Un giro de 180 grados. Eso es lo que se ha vivido en el conflicto de Fundesem en las últimas horas. Hasta el punto de que el alcalde de Alicante, Luis Barcala, y el conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, han optado por cerrar filas y dar otra oportunidad a Fundesem. Para ello, han emplazado a los responsables de la escuela de negocios a una reunión el próximo lunes, 11 de julio, para que les presenten un plan de viabilidad para hacer frente al pago de la deuda y seguir, de este modo, con la actividad. Todo, además, con la vista puesta en que el centro pueda iniciar el nuevo curso desde la más absoluta normalidad.

Todo se precipitó a últimas horas del miércoles, tras la reunión del patronato de la fundación y la junta de la sociedad limitada responsables de la escuela de negocios, después de que la pasada semana el Ivace decidiera rescindirle el contrato de alquiler de su actual sede y exigirle el pago de las rentas atrasadas, que ascienden a 1,65 millones de euros. Fue en ese contexto en el que el nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, vino a pedir la disolución de Fundesem y la dimisión de su presidente, Cayetano Sánchez Butrón. Una demanda que, visto lo visto, acabó consiguiendo el efecto contrario. No sólo por el hecho de que, finalmente, el patronato acabara dando luz verde por unanimidad -con el voto de Baño también- a solicitar el concurso de acreedores para renegociar la deuda y buscar la viabilidad del centro. También porque provocó la reacción airada del empresariado. No sólo en la reunión se le dejó clara cuál es la posición del tejido económico de la provincia, sino que provocó su movilización en las últimas horas.

Ya en el patronato la respuesta que recibió Baño fue contundente: se le argumentó que Alicante y los empresarios necesitan una escuela de negocios; que preocupa, y mucho, la desaparición de Fundesem; y que todas las organizaciones empresariales poco menos que deben ser sensibles a las reivindicaciones de los empresarios. La demanda del presidente de la institución cameral y el temor a que el concurso de acreedores, lejos de servir para ganar tiempo, acabe reeditando una nueva versión de lo vivido con el centro de oficios de Coepa -hoy pasto del vandalismo y hasta de un incendio el mismo miércoles por la tarde, casi en paralelo a la reunión de Fundesem- llevaron a un nuevo giro de guion ya el jueves por la mañana.

Así las cosas, el empresariado trasladó su preocupación a la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) y a su presidente en la provincia de Alicante, Joaquín Pérez, que optaron finalmente por mover ficha y empezaron a hablar con todas las partes para organizar una reunión en la que estuviera Fundesem, el Ayuntamiento de Alicante, la Conselleria de Economía, la Cámara de Comercio y la Universidad Europea con el fin de encontrar una salida negociada desde el diálogo y el consenso.

Sin embargo, parece que, de momento, no va a ser necesario llegar a ese extremo. Barcala y Climent participaron este jueves por la tarde en otra reunión de urgencia, que se celebró en el Ayuntamiento de Ibi para facilitar el encaje de agendas entre el alcalde y el conseller. De ahí que se buscara un punto intermedio. En ese encuentro, las dos partes expusieron los argumentos que han venido ofreciendo en los últimos días, y acordaron que es necesario dar otra oportunidad a Fundesem, sobre todo después de que el tejido empresarial haya presionado para que se le dé la oportunidad para poder revertir la situación.

Con estos puntos de partida, la escuela de negocios debe presentar ahora ese plan de viabilidad que debe pasar por los servicios técnicos y jurídicos del Consell, y, posteriormente, una vez reciba el plácet, por el consejo de dirección del Ivace, que precisamente es quien acordó la rescisión del contrato. En cualquier caso, se quiere acelerar al máximo el proceso y que todo quede resuelto en cuestión de semanas, para que, en caso de que se garantice la viabilidad del centro, el curso pueda comenzar con normalidad tras el parón estival.