Una subida del 1,5% en el Euribor en solo seis meses ha aterrorizado a aquellos españoles que cuentan con una hipoteca variable. Para un préstamo medio de 150.000 euros a 25 años, esto supone un incremento de 85 euros al mes o 1.020 euros al año, una cuantía sin duda muy valiosa para las familias, en un entorno inflacionario como el actual en el que ven mermada su capacidad de compra y se vienen recuerdos del pasado, como los vividos en la crisis inmobiliaria de 2008.

"No creo que el Euribor vaya a pasar del 1,5%, como mínimo hasta el primer semestre de 2023", afirma el profesor titular de Economía de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos. Por el contrario, sí apunta a que el tipo medio de este índice desde 1999 ha sido un 3,39%, por lo que en lo que resta de década se podrían volver a ver esas cotas.

Josep Vera, director de desarrollo de negocio del portal Hipotecas.com, también manda un mensaje de tranquilidad: “Estamos alarmando mucho y estamos en un interés bajo porque, en 2006, llegamos hasta el 5%. Llevamos 6 años en negativo y eso no es natural ni bueno para la economía”. Desde enero de 2016, el Euribor, el índice de referencia que indica el tipo de interés promedio al que los bancos europeos conceden préstamos, entró en terreno negativo. Esto supone que aquellos que contasen con deudas, durante los últimos seis años, en vez de pagar intereses por el capital prestado era el banco el que descontaba sus cuotas.

El comportamiento del Euribor va ligado a los tipos de interés, dictados por el Banco Central Europeo. Entre marzo de 2016 y julio de 2022, estos permanecieron en negativo; pero el despunte de una inflación, que pasó de transitoria a permanente, obligó a reaccionar al responsable de la política monetaria del Viejo Continente. Por el momento, Christine Lagarde ha anunciado que se situarán en el 0,5%, pero el mercado ya descuenta una subida hasta el 1% antes de acabar el año. Entre los que esperan esta situación están los bancos, que ven peligroso prestar dinero barato y suben el interés.

Con una subida del 1,5% de enero a junio, el Euribor ha comenzado a frenar su escalada para estabilizarse en el entorno del 1%. Su máximo lo marcó en el 1,2% en julio, para formar un rango entre el 0,8% y el máximo. “Nuestra estimación es que el Euribor finalice el año por debajo del 2% y es una tasa muy atractiva”, señala Josep Vera a El Periódico de España.

Este aumento del Euribor solo influenciará a aquellos que cuenten con una hipoteca variable, un rara avis desde 2016, con la introducción del tipo fijo. Aún así, cerca del 80% de los hipotecados lo está en variable. Esta tendencia se ha revertido y, en 2022, el 70% de los préstamos otorgados son a un tipo fijo. Los compradores de viviendas aprovecharon las inusuales tasas bajas para dejar atado el incierto futuro. Sobre cuanto puede afectar esta situación a las familias, desde Hipotecas.com señalan que su principal problema es la inflación y este alcanza a muchas más que una hipoteca variable. “Alguna familia aislada puede tener problemas temporales para hacer frente al pago, pero la situación no se parece en nada a la de 2008”, asegura el director de desarrollo de negocio del portal.

El profesor Bernardos hace un último llamamiento a aquellos que dispongan de una hipoteca variable: "Es la penúltima oportunidad de pasarse a tipo fijo. Todo lo que sea un interés fijo por debajo del 3%-3,5% es bueno, por debajo del 2,5% es un chollo y por debajo del 1,5% un regalo". Bernados describe lo vivido en la última década como algo "excepcional", que tarde o temprano cambiará la tendencia.

Encarecimiento de las hipotecas

El encarecimiento de las hipotecas supone un empeoramiento de las condiciones de acceso a la vivienda de aquellos con menos ahorro. El grupo más perjudicado son los jóvenes, que en muchos casos disponen de ingresos recurrentes, pero el alquiler les impide alcanzar una entrada para comprar una vivienda. En condiciones normales, las entidades financieras piden a un comprador disponer de un 20% del precio y capital suficiente para asumir los costes de la adquisición, como el impuesto de transmisiones o la notaría. En definitiva, para comprar un piso promedio de 200.000 euros es necesario un ahorro entre 45.000 y 50.000 euros. “La coyuntura actual puede afectar a compras de menor tamaño o más lejos del centro de las ciudades”, explica Vera.

En este punto, algunos gobiernos regionales han apostado por una alianza con la banca. La primera en ponerla en marcha ha sido la Región de Murcia con su programa Aval Joven. A través de este plan, el Ejecutivo murciano avala el 20% de la compra que es lo que debe tener teóricamente ahorrado el joven. Para ello, llegó a un acuerdo con Bankinter, Banco Sabadell, Cajamar, Caja Rural Central y Caja Rural Regional; de forma que los jóvenes que acrediten solvencia económica pueden comprar una vivienda sin ningún capital ahorrado. Recientemente, la Comunidad de Madrid anunció un plan muy similar, una línea de 18 millones para avalar a menores de 35 años que quieran adquirir su primera residencia hasta 390.000 euros. En el caso de la capital, solo responderá por el 15%, por lo que lo máximo a financiar será el 95%.