El textil ya no aguanta más. La interminable escalada de los precios del gas y la electricidad está poniendo contra las cuerdas a las empresas, hasta el punto que muchas de ellas se están planteando la posibilidad de presentar Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) e incluso recurrir a los cierres. La situación es tan delicada que al sector no le ha quedado otra que lanzar un grito de auxilio al Gobierno, con el objetivo de que cumpla con sus promesas e implemente medidas de apoyo. Cuestiones como ayudas directas o una rebaja de los impuestos que engordan las facturas de la luz son algunas de las propuestas que se plantean desde esta industria.

Los desorbitados precios están teniendo un durísimo impacto sobre los sectores más intensivos en el consumo energético. Uno de ellos es el textil, con una fuerte implantación en el clúster formado por las comarcas alicantinas de l'Alcoià y El Comtat y la valenciana de la Vall d'Albaida, donde se concentran 1.020 empresas que en su conjunto emplean a 8.500 trabajadores y facturan cerca de 800 millones de euros. Cifras que sitúan a este territorio como el tercero en importancia para esta industria en el conjunto del país, solo por detrás de Barcelona y Madrid.

Pues bien, la compleja situación por la que se está atravesando ha llevado al Consejo Intertextil Español (CIE) a reclamar a la Administración que cumpla con sus promesas de ayuda, a la vista de que las habilitadas hasta el momento están resultando del todo insuficientes. Desde la patronal se destaca que los precios del gas se han multiplicado por cinco en un año, mientras que la electricidad cuesta el doble. Así, la energía ya representa el 50% de los costes empresariales para el subsector de los tintes y acabados, del que depende el resto de la cadena de valor. En la industria de la hilatura el coste de la electricidad ha pasado del 10% al 30%, mientras que en la tejeduría se sitúa en el 55%.

El presidente del CIE, Manuel Díaz, afirma que "estamos ante una situación totalmente insostenible. Las empresas se están descapitalizando para poder hacer frente a esta crisis de precios energéticos, y no hay ninguna señal positiva de cara al resto del año". El representante del sector subraya, asimismo, que en un momento en el que la Unión Europea está trabajando para que se implementen las medidas de transformación del sector hacia modelos de circularidad y sostenibilidad, la realidad es que la industria aún está lejos de alcanzar la estabilidad suficiente para poder invertir en los cambios que pide la Comisión. Además, a la repercusión de la crisis energética, se suma el incremento de los costes de las materias primas, el transporte y otros insumos.

"Se prevé un otoño tremendamente complicado para la industria textil. Nuestras empresas se ahogan y, en algunos casos, ya se empiezan a plantear expedientes de regulación e incluso cierres por la imposibilidad de hacer frente a esta situación", enfatiza Díaz.

Desde el CIE se recuerda que hace unas semanas la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, calificaba al textil como un motor social y económico que supone el 3% del PIB, el 4% del empleo y el 9% de las exportaciones del país. Pues bien, la entidad empresarial considera que estas cifras van a caer en picado y que "la Administración debe tomar las riendas ante esta situación tan excepcional que está poniendo en jaque a nuestra industria".

En este contexto, desde la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval), su presidente, Pepe Serna, ratifica la envergadura del problema, que ya había propiciado meses atrás la presentación de algún ERTE. Según sus palabras, las medidas a adoptar por parte del Gobierno deberían pasar por ayudas directas y una rebaja de los impuestos y las tasas presentes en las facturas energéticas. "Pintan bastos y hay que actuar ya", subraya.

Por su parte, León Grau, presidente del instituto tecnológico Aitex y gerente de Hilaturas Miel, destaca que las empresas se están quedando sin márgenes y que si para el subsector de los acabados, precisamente el más afectado, "se van a parar otras muchas cosas en nuestra industria". También ve muy complicado el futuro el consejero delegado de la empresa Comersan, Jorge Sanjuan, quien destaca que "repercutir los precios en los clientes no es nada fácil y además genera tensiones".