El desperdicio alimentario se redujo un 8,6% anual en España en 2021 con el cambio de hábitos, un comportamiento positivo para toda la sociedad en tiempos de encarecimiento de los alimentos, según el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

Según datos avanzados a Efe por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), los residentes en España desperdiciaron 1.245,88 millones de kilos de alimentos en 2021, el 8,6% menos que el año anterior.

El MAPA ha explicado ese mejor aprovechamiento por tendencias como el cambio de hábitos tras la pandemia, con un incremento de la flexibilidad laboral y una vuelta al consumo fuera de casa.

Además, se tiende a percibir más el valor de la comida ante la subida de los precios y existe más concienciación social, entre otros factores señalados.

"Luchar contra el desperdicio alimentario es trabajar también para beneficiar al conjunto de la sociedad, sobre todo en momentos como el actual, en el que los alimentos se han encarecido por el aumento de los costes de la energía y de las materias primas", ha asegurado Planas en declaraciones a Efe.

Menos consumo en casa y más fuera

Con el fin del confinamiento y las menores restricciones, el año pasado los habitantes de España tuvieron menos ocasión de cocinar en casa, por lo que el volumen de compra se contrajo el 7,2%.

Mientras, aumentó el consumo extradoméstico en un 10,4%, impulsado por la mayor presencialidad laboral y la vuelta al ocio.

No obstante, todavía había en 2021 más de 13 millones de hogares (tres de cada cuatro) que seguían desperdiciando alimentos, y fuera de casa la proporción era del 40%, según el MAPA.

Los datos reflejan que, de media, cada persona desperdició 28,21 kilos en 2021, lo que supone 2,72 kilos menos que en 2020.

El 3,8% de todos los alimentos y bebidas comprados dentro y fuera de los hogares terminó en la basura (frente al 3,9% del año 2020), un porcentaje que se elevó al 4,2% dentro de casa y se redujo al 0,8 % fuera de ella.

Según los productos

En 2021, disminuyó la proporción de sobras que se desechaban (del 18,9% frente al 23,8% del año anterior), mientras que el resto fueron productos sin utilizar.

Dentro de lo que se tira sin haber sido usado, destacaron las carnes congeladas (con una tasa de desperdicio del 16,7%) y las salsas (15,9%), seguidas de cafés, infusiones y legumbres, estas últimas categorías con tasas que ascendieron en un año al 12%.

Hay una serie de platos que suponen el 66 % de las recetas desperdiciadas y que, sin embargo, son los que más vieron reducir su despilfarro: desde los platos con base de pescado (-50,4%) y de carne (-42,5%) hasta los que llevan arroz (-35,6%) y pasta (-35,4%).

Fuera del hogar, las bebidas fueron los productos que más se desperdiciaron, el 53,6% del total, seguidos de alimentos (44,1%) y aperitivos (2,3%).

Las comidas y las cenas son los momentos en los que más se desperdicia fuera de casa, pero en 2021 ofrecieron dos tendencias distintas: al alza en los almuerzos y a la baja en las cenas, según los datos del Ministerio.

Además, los productos que más cuota de desperdicio registraron fueron las aguas, las bebidas refrescantes, las hortalizas, la cerveza y las carnes, en línea con lo observado en 2020.

Una nueva ley

El titular de Agricultura ha sostenido que, en un momento como el actual, "se hace más necesario que nunca implantar medidas que eviten el despilfarro de los recursos naturales y energéticos invertidos para la producción de alimentos".

De esa forma, se evita la generación de más residuos, con el consiguiente impacto ambiental, y la banalización del esfuerzo de los agricultores, ganaderos y pescadores.

Entre las iniciativas que buscan poner fin a ese problema, Planas ha destacado la futura ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, que se prevé que entre en vigor a principios de 2023.

"En consonancia con las grandes líneas del Gobierno en materia de justicia social, protección ambiental y crecimiento económico, combatir el despilfarro de alimentos es un imperativo ético que debe implicar a toda la sociedad, desde la producción hasta el consumo final", ha afirmado el ministro.

Ha apuntado que la citada ley busca "orientar la producción hacia un sistema más eficiente, más inteligente y más enfocado hacia la economía circular", y despertar la conciencia hacia un consumo más responsable.

"Es hora de hacer efectivo el lema de la campaña del Ministerio 'Aquí no se tira nada', porque no hay alimento más caro que el que se tira a la basura", ha agregado Planas.

El Gobierno ha ratificado su compromiso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, que recogen la meta de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el mundo, tanto en la venta al por menor y entre los consumidores, como en la cadena de producción y suministro.