La cosa parece no tener techo. Los precios de la luz continúan su desbocado ascenso hasta el punto de alcanzar este miércoles los 436 euros el megavatio hora, lo que supone la cifra más alta desde que el pasado mes de junio entró en vigor la denominada excepción ibérica. Se trata de registros más moderados que los que imperan en el resto de Europa, pero eso no es consuelo ni para las familias ni para los sectores económicos, concretamente el comercio y la industria, que aseguran estar contra las cuerdas. Así lo denuncian sus representantes, que también expresan sus quejas por el nuevo recargo del tope del gas que están aplicando las compañías energéticas, encareciendo todavía más las facturas. Ayudas y rebajas impositivas constituyen la receta que negocios y empresas plantean para poder hacer frente a la situación.

La semana ha arrancado con un auténtico acelerón en lo que respecta al incremento del precio de la luz. Si el martes ya se situaba en los 365 euros el megavatio hora, el miércoles se registraba un nuevo aumento del 20% que ha servido para batir un nuevo máximo desde que empezó a aplicarse la excepción ibérica. Se trata de la cuarta cifra más alta desde que hay registros, acercándose peligrosamente al récord de 545 euros del pasado 9 de marzo.

Por si esto fuera poco, estos ascensos han ido a coincidir con un nuevo recargo, concretamente el del tope del gas, que se corresponde con la compensación que perciben las centrales que utilizan el gas en la producción de la electricidad. Se trata de un concepto que no se está cobrando en todas las facturas, dependiendo de cuando se hayan renovado, pero que puede alcanzar importes más que significativos en el caso de las empresas que son grandes consumidoras.

Todo ello está teniendo un impacto notable en los sectores productivos, empezando por el comercio. Así lo denuncia el presidente de la Federación de Comercio y Pymes de la Provincia de Alicante (Facpyme), Carlos Baño, quien no duda a la hora de señalar que los costes energéticos "están ahogando a los establecimientos en un momento especialmente delicado por el incremento general de costes de suministros y materias primas y el descenso del consumo".

Baño se ha referido al tope del gas puesto en marcha por el Gobierno como una medida "más cosmética que efectiva, porque el gasto en suministro energético sigue al alza y no está repercutiendo en una mejora de la situación económica de pymes y autónomos". En este sentido, asegura que esta medida está generando, en algunos casos, incrementos de hasta el 30% en la factura energética de los comercios, que se suma a las subidas superiores al 50% que ya se habían producido en la primera mitad del año.

Ante esta situación, que califica como una "tormenta perfecta que amenaza la viabilidad y compromete el futuro de infinidad de negocios", desde Facpyme se le reclama al Gobierno central y a la Generalitat "medidas compensatorias, como están recibiendo otros sectores, para ayudar a un comercio que es clave para la economía provincial y que no puede más ante el aumento desmesurado de los gastos fijos a los que tiene que hacer frente".

¿Y que sucede con la industria? Pepe Serna, presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana, destaca que numerosas empresas intensivas en el uso de la energía, como las de los acabados, están en una situación límite, hasta el punto de que ya se han presentado expedientes de regulación de empleo. También Luis Rodríguez, presidente de la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), quien afirma que "está muy bien lo de la excepción ibérica, pero es un disparate que la diferencia la tengan que pagar los consumidores". En este sentido, subraya que hay empresas que están teniendo que hacer frente a incrementos de facturas de 2.500 euros al mes.

Así lo corrobora Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), quien señala que la industria está teniendo que asumir los sobrecostes para seguir siendo competitiva, mientas que para los comercios uno de los gastos más importantes es la factura eléctrica. Navarro reconoce que la energía es más barata en España que en otros países, "pero aún así -enfatiza- acaba afectando a las cuentas de resultados". En ese sentido, opina que una solución podría venir de la mano de "una reducción de las cargas impositivas que penalizan la factura de la luz".

Las compañía eléctricas destacan que los costes están regulados

Las compañías eléctricas destacan, respecto al recargo del tope del gas, que se trata de un coste que viene regulado por el real decreto 10/2022, y que se están limitando a aplicar lo que dice la normativa

En el caso de Iberdrola, fuentes de la empresa han destacado que no se está aplicando en todas las facturas. En las de tarifas reguladas, la compañía está interiorizando este concepto dentro del coste de la energía. En el mercado libre, por otro lado, el tope del gas solo aparece en las facturas cuyo contrato de formalización es posterior al 26 de abril, no en las anteriores.

Sea como fuere, esta carga en las facturas está generando quejas por parte de consumidores, tanto de los sectores productivos como de las familias en general.