Miles de jóvenes llegados de todas partes de España se congregaron este sábado en el WiZink de Madrid para asistir a Mundo Crypto, lo que en principio iba a ser un evento sobre criptomonedas. Pero la conclusión tras las cinco largas horas de ponencias que allí se ofrecieron es que ni criptomonedas ni criptomonedos: el organizador, el joven canario Mani Thawani, venía a hablar de su nueva plataforma de formación en el "metaverso" y de un —poco novedoso— portal de noticias con el que pretende recompensar a los redactores según las visitas que reciban.

La sensación de fiasco se incrementó cuando, a partir de las diez de la noche, los organizadores invitaron a los asistentes a colocarse un set de realidad virtual en la cabeza, de los que no tienen pantalla y metes el móvil dentro, para entrar juntos a dicho "metaverso" y batir el récord Guinness de cantidad de gente conectada (al "metaverso"). Pero la cosa no funcionó. El wifi se cayó, la aplicación no funcionó y nadie llegó a ver gran cosa. El Palacio de los Deportes estaba, de repente, lleno de chavales con gafas gigantes balanceando la cabeza buscando un avatar de Thawani en un supuesto mundo virtual.

Al final proyectaron un vídeo pixelado del muñeco de Thawani pidiendo perdón —"siento no haberos visto a todos en el metaverso: hemos traído a los mejores técnicos, pero la conexión ha fallado"— y viajando por diferentes escenarios (una playa, una ciudad llena de rascacielos) mientras contaba las bondades de ese nuevo mundo, en el que, decía, no hay transporte público ni cambio climático. Los más jóvenes no se acordarán, pero en el año 2003, antes de que naciera Facebook, hubo una red social llamada Second Life cuyos gráficos eran muy parecidos a los que veinte años después ha proyectado el joven canario.

La emisión terminó con un videoclip metaverseado de Thriller de Michael Jackson tras el cual poca gente aplaudió. Luego salió él en persona y habló durante una hora larga de sus proyectos, pero para entonces las gradas ya habían empezado a vaciarse. Pasaban las once de la noche y los jóvenes, casi todo chicos de entre veinte y treinta años, llevaban allí desde las seis.

Siete mil jóvenes desoyen las advertencias de la CNMV y asisten al evento de MundoCrypto

Siete mil jóvenes desoyen las advertencias de la CNMV y asisten al evento de MundoCrypto Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EP

¿Qué se suponía que iba a ser Mundo Crypto?

La de este año no era la primera edición de Mundo Crypto. Hubo otra el año pasado celebrada en la Casa de Campo de Madrid en la que las criptomonedas, que aún subían como la espuma, sí fueron las protagonistas. Thawani fue entonces acusado de provocar un pump & dump: decir que el valor de una criptomoneda que alguien ha comprado barata va a subir y animar a otros a comprarla, inflando artificialmente su precio, para aprovechar, vender caro y sacar una buena tajada. Una manipulación de mercado clásica.

Un verano después, la 'energía' que rodea al mundo de las criptomonedas es muy distinta. Su valor de mercado conjunto se ha desplomado y el discurso de Mundo Crypto y de su fundador, que llegó a montar un sarao en 2021 para contratar a decenas de 'traders', se ha transformado. Ya en la rueda de prensa que dio el jueves antes del evento, tras la alerta de la CNMV de que ni Mundo Crypto ni varios de los patrocinadores contaban con licencia para ofrecer servicios de inversión, Thawani adelantó que no era eso lo que pretendían. A cambio, presentarían "un nuevo modelo educativo descentralizado". Por lo que explicó después, será una academia con cursos de emprendimiento e inversión (también en criptomonedas).

No será la primera vez que un supuesto gurú termina ofreciendo cursos para transmitir a otros su éxito previo pago. Historias similares son las de los jóvenes 'dropshippers' (que enseñan a montar tiendas online con productos importados de China) y la de IM Academy, una red ya desmantelada que prometía a los jóvenes hacerse ricos mediante cursos de inversión en cripto. El término que utiliza Mundo Crypto para vender su idea es el de "adopción masiva responsable".

Hasta la aparición de Thawani, el acto consistió en una sucesión de ponencias, algunas en inglés sin traducción y con mal sonido, intercaladas con sorteos (de un bitcoin y un coche) y juegos para el público. Dos de los ponentes, fundadores de una casa de cambio de criptomonedas, dijeron que su sede fiscal está en Seychelles y la oficina en Singapur ante los aplausos fervientes del público y la aprobación de la moderadora, la "emprendedora Web3" (según la biografía de la web) Pilar Troncoso, a quien apenas se entendía. Fuera, en los pasillos, vendían cerveza y había algunos puestos con gafas de realidad virtual y muchas máquinas recreativas arcade, aún más vintages que Second Life.

La nota más seria la pusieron los economistas Daniel Lacalle, Juan Ramón Rallo y Pablo Gil. Lacalle comenzó hablando de inflación, gasto público y tipos de interés, aunque realizó una segunda intervención para recalcar que "no existen los activos sin riesgos", que "a mayor descentralización, mayor volatilidad" y que es importante diferenciar entre la tecnología y el activo de inversión. Rallo, que empezó saludando a los "supervisores de la CNMV" y desatando el griterío apasionado del público, también pidió cautela con los "activos digitales". Salvo Bitcoin, dijo, el valor del resto depende de la credibilidad de su emisor. Gil recordó a los jóvenes que el mayor cambio tecnológico fue la creación de internet y que todo lo que venga después será solo un escalón más, además de que "el 80 o 90%" de las criptomonedas desaparecerán, como desaparecen las startups y las apps. Fue difícil encontrar a alguien descontento con esta charla; es más, a la gente se le hizo corta.

También aplaudió el público, aunque no tanto, a los cuatro diputados de El Salvador que acudieron a hacer propaganda de su país. El Salvador es la primera región del mundo en adoptar, con mucho bombo pero sin gran éxito, Bitcoin como moneda de curso legal. Aseguraron los ponentes que su país es más seguro desde que operan con Bitcoin. Dijeron que buscaban "inversionistas" como los presentes y terminaron levantando a parte de la gente de su silla para hacerla recitar la frase: "yo prometo visitar El Salvador".

Un joven le pidió la mano en directo a su novia, entre el público se pudo ver al Pequeño Nicolás y el popular youtuber Wall Street Wolverine, conocido por su frase "aquí se holdea con cojones" (que expresa la actitud de no vender criptomonedas aunque se esté derrumbando su valor), hizo un cameo en el escenario.

Aunque inicialmente estaba previsto que lo presentaran los televisivos Cristina Pedroche y Jorge Fernández, la alerta del regulador y la presión mediática provocaron que ambos y que algunas de las empresas participantes (como PlayStation y Coca Cola) se cayeran de la programación. El diario Vozpópuli informó este mismo sábado de que Patricia Conde y Javier Cárdenas los sustituirían, pero al final no: fueron la expresentadora de Movistar Danae Boronat y el influencer del mundo cripto Andrés Meneses quienes llevaron la batuta.

La organización presumió de haber vendido 7.000 entradas, que costaban 47 euros reembolsables (es decir, que en principio la asistencia fue gratis y los costes del evento corrieron a cargo de los patrocinadores). Estaban casi llenas las gradas, con capacidad para 9.000 personas, y había algunas personas VIP (camareros, mesita y sofá) en pista. En Youtube lo siguió una media de 3.000 personas. Entre el público, había dos perfiles más o menos claros: el del joven emprendedor relacionado con el mundo de las startups y el del joven trabajador ajeno al sector tecnológico que hace no tanto decidió probar suerte y comprarse unas criptos. Algunos se quejaron de la falta de información sobre el programa, que no estuvo disponible en la web, y de la ausencia de 'stands' sobre el mundillo cripto en los pasillos.

"A ver si nos hacemos ricos", bromeaba Rubén, un treintañero madrileño que acudió con sus amigos Javi y Manu. Rubén, un consultor especializado en el control de calidad, compró criptos hace un tiempo y las mantiene "como inversión a largo plazo", sabiendo que es un dinero que puede perder. Venían los tres a "informarse", a "aprender", a enterarse mejor de qué va esto. Lo mismo que otro grupo de tres chicos de entre 20 y 21 años venidos de Alicante y Cuenca. Estudiantes de biotecnología y enfermería, lamentaron haberse dado cuenta tarde de que lo que les gusta es el mundo de la inversión.

Thawani agradeció a los asistentes su presencia y no dudó en tirar de victimismo, en una semana en la que buena parte de la atención mediática ha estado en su evento. "Gracias por estar aquí y por haber venido a pesar de todas las presiones que hemos sufrido", dijo al público. "Los medios de comunicación nos han intentado silenciar. La manipulación mediática es real. Pero lo que no saben es que el mundo de las cripto no es solo un instrumento financiero".