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La factura del gas en Alicante: recorte de producción en el textil y cierre de hornos en La Escandella

Los empresarios denuncian la falta de ayudas y señalan que la rebaja del IVA solo beneficia al consumidor final

Instalaciones del fabricante de tejas La Escandella, que ha decidido parar tres de sus cuatro hornos. David Revenga

El anuncio de Pedro Sánchez de que rebajará el IVA del gas del 21% al 5% supondrá un alivio en la factura de la calefacción de muchas familias, pero, salvo que el decreto incluya alguna otra medida, apenas tendrá repercusión para las industrias alicantinas que sufren las consecuencias del precio estratosférico que ha alcanzado este combustible con la guerra de Ucrania. Se trata de sectores como el textil, donde ya son numerosas las firmas -sobre todo el segmento de los acabados- que están aplicando recortes de producción para evitar pérdidas; o de la cerámica, cuyo máximo exponente en la provincia, el fabricante de tejas La Escandella, ha optado por apagar este mes de septiembre tres de sus cuatro hornos ante la imposibilidad de trabajar con los costes actuales.

"El IVA es un impuesto neutro para las empresas, porque el IVA que pagan luego lo repercuten. La bajada de tipos no supone una ayuda, si acaso, de tesorería", apunta el presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad (Ateval), Pepe Serna. El sector fue el primero en lanzar la alerta y a finales del primer trimestre ya había casi una decena de firmas que tramitaban ERTE para parte de sus plantillas. Desde entonces la situación no ha hecho más que empeorar, pese a las reiteradas llamadas de auxilio de las compañías.

"Las únicas ayudas que se aprobaron –que concedían 2.400 euros por trabajador a las empresas más consumidoras de gas- apenas cubren el sobrecoste que tienen las compañías en un mes", señala Serna, que recuerda que el precio del gas se ha multiplicado por más de diez y los futuros apuntan a tarifas incluso superiores. Las más afectadas son las 60 empresas que se dedican a los acabados, que dan trabajo a unas 1.700 personas en la autonomía. Tareas como el tintado y otras similares donde se necesita calentar agua. "Son empresas que normalmente trabajan para otras, por lo que la afectación al final alcanza a todo el sector", insiste el presidente de Ateval.

Las compañías tratan de sobrevivir como pueden y lo que han hecho, en su mayoría, es cerrar aquellas líneas que más gas consumen y centrarse en las que menos gasto suponen, pero el resultado es una caída de producción.

Otro de los sectores que se ve con el agua al cuello es la cerámica. En Castellón son las azulejeras, pero en Alicante el máximo exponente de esta actividad es el fabricante de tejas La Escandella. Tras aguantar hasta el mes de agosto con toda la maquinaria a plena producción, la compañía ha optado por apagar tres de sus cuatro hornos desde el pasado día 1  de septiembre. "Con esta factura del gas es inviable producir", señala, categórico, su director general, Alfred Vincent, que exige al Gobierno ayudas para las empresas. "En Francia, el Gobierno paga el 30% de la diferencia entre el precio de hace un año y el actual, aquí no hay nada", se lamenta el ejecutivo.

La fábrica de tejas de La Escandella. David Revenga

En su caso, este combustible ha pasado de representar el 25% de sus costes a más del 50%. De momento, la dirección de la compañía mantiene a los 250 trabajadores que conforman su plantilla, con los que ha pactado tirar de vacaciones y días libres, pero, si la situación no mejora, la firma no descarta recurrir a medidas como el ERTE. Mientras tanto, tirarán de stock para servir los pedidos a sus clientes, y han decidido mantener un horno para las necesidades que puedan surgir. "La situación es muy preocupante", insiste Vincent para reclamar una actuación más contundente del Gobierno.

En el resto de sectores de la provincia, el problema sigue siendo el precio de la electricidad. En el caso del metal, donde se encuentran algunas de las empresas más electrointensivas, son muchas las mercantiles que están optando por reorganizar su producción para trasladarla de aquellas horas donde la luz es más cara a otras con tarifas más asequibles, según explica el presidente de Fempa, Luis Rodríguez. "Hacen falta ayudas directas", señala el portavoz empresarial, que confía en que la anunciada reforma del sistema de fijación de precios por parte de la CE consiga moderar la factura.

También en el sector del mármol hay muchas empresas que en estos momentos analizan "si les interesa abrir todas las líneas de producción tras las vacaciones o si optan por algún tipo de medida", asegura el presidente de la patronal sectorial, David Beltrá. Por su parte, tanto la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano, como el responsable de la Asociación de Componentes (AEC), Manuel Román, aseguran que, aunque en su caso la electricidad no supone el mayor coste, también se están viendo obligados a subir los precios de sus productos ante la imposibilidad de asumir toda la subida contra sus márgenes.

El plástico agrupa su producción

Otra de las estrategias a las que están recurriendo algunas empresas, especialmente del sector del plástico, es la de concentrar toda su producción en sólo cuatro días, de forma que puedan parar las máquinas el quinto, con el consiguiente ahorro. Una estrategia de "optimización de la producción" con la que, de momento, se está evitando el recurso a los ERTE, según apunta el director de la patronal IBIAE, Héctor Torrente, que también apunta a la extensión de las placas fotovoltaicas como otra opción para recortar gastos.

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