El productor de melones y lechugas radicado en Los Montesinos Soldive España echa el cierre. Tras el fracaso en la búsqueda de un nuevo inversor que garantizara la continuidad de la firma –la compañía llegó a mantener la pasada primavera conversaciones con Florette, que no llegaron a fructificar-, los propietarios han optado por solicitar el concurso voluntario de acreedores, acompañado además de la petición de liquidación y disolución de la empresa.

Así se recoge en el edicto del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante, con sede en Elche, que ha publicado este jueves el Boletín Oficial del Estado, en el que se concede un mes a los acreedores para comunicar sus deudas. Las facultades del concursado han quedado suspendidas y en su lugar se ha nombrado como administrador concursal al despacho valenciano Azpal Administradores concursales.

Lo cierto es que la compañía ya apenas mantenía actividad desde el pasado 18 de mayo, cuando envió a casa a los trabajadores fijos discontinuos que suponían el grueso de las 140 personas que formaban su plantilla, según apuntan desde el comité de empresa y el sindicato CC OO, a los que se ha emplazado a una próxima reunión para conocer cuál es la situación en la que quedan. De esta forma, apenas quedaban una quincena de empleados, que eran el personal fijo de la firma que trabajaba todo el año.

De capital francés, los problemas de Soldive salieron a la luz el pasado mes de febrero, cuando el personal de la compañía se movilizó contra el despido de 23 trabajadores afectados por un ERE. La firma lo justificó por los problemas surgidos con la producción de melones, a raíz de la DANA que asoló la Vega Baja y otros episodios climatológicos que redujeron las cosechas. Sin embargo, desde la dirección se aseguró que se potenciaría el cultivo de lechuga –en concreto de una variedad muy apreciada en Francia- para compensar esta caída del negocio.

Los trabajadores no se acababan de fiar y exigieron garantías de continuidad. El conflicto pareció encarrilarse cuando la firma anunció que negociaba la entrada de un nuevo inversor, la multinacional Florette. Pero las conversaciones no cuajaron y Florette se retiró del acuerdo.

Según el relato de los trabajadores, a mediados de julio se comunicó a los jornaleros que ya no debían volver y los mandaron a su casa. Fue la semana pasada cuando la firma comunicó a los delegados de personal la petición del concurso de acreedores. Este diario ha tratado de recabar la versión de la compañía de lo ocurrido sin éxito.