El juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante, con sede en Elche, ha decretado el concurso voluntario de acreedores de Edijar SA, la histórica firma de artes gráficas de Almoradí propiedad de Antonio Alonso Miravete, el que fuera presidente de la patronal provincial del ramo y actual director de la oficina del Plan Vega Renhace, aunque desde 2015 era su hijo, Antonio Alonso Guerrero, quien estaba al frente de la compañía como administrador único. Una decisión que los responsables de la firma adoptan con la intención de reestructurar su actividad para garantizar su continuidad, tras el impacto del covid y, sobre todo, de las subidas de costes que han experimentado en el último año, según han explicado ambos.

De acuerdo con las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, Edijar encadenaba ya dos años consecutivos en números rojos y, aunque la firma logró incrementar alrededor de un 5% sus ingresos en el último ejercicio, la facturación se mantenía muy alejada de la cifras prepandemia, con 1,1 millones de euros de ingresos frente a los 1,46 de 2019. Un descenso que el propietario de la compañía vincula con los cierres que se han registrado entre una parte de su clientela, formada por pequeñas y medianas empresas. En este sentido, aunque la firma ha diversificado su actividad en los últimos años, el 80% de sus ventas sigue dependiendo de la impresión de calendarios comerciales.

Junto al impacto directo de la pandemia, el actual administrador único de la compañía, Antonio Alonso Guerrero, también apunta el incremento de todo tipo de costes que se ha producido durante el último año y señala que sólo el papel ya se ha encarecido más de un 40% desde el pasado mes de diciembre, además de la escasez que existe y que ha impedido en ocasiones desarrollar la actividad con normalidad.

Antes estas circunstancias, desde la compañía han optado por reestructurar su actividad, mediante la externalización de una parte del proceso de producción. Así, la intención es mantener la impresión de la parte publicitaria de los calendarios, la que requiere de un servicio más personalizado y de mayor valor añadido, y subcontratar en otras imprentas de mayor tamaño la parte que refleja los meses y días. Una medida que obligará a realizar un recorte de plantilla pero que la compañía considera imprescindible para garantizar su viabilidad.

"Los que buscamos es ganar en flexibilidad", apunta Alonso Guerrero, que también destaca que ahora el negocio se ha concentrado mucho en los últimos meses del año, frente a lo que ocurría anteriormente, lo que también obliga a buscar una estructura de personal diferente.

En cualquier caso, tanto el ejecutivo, como su padre y todavía propietario de la firma insisten en todo momento en que la intención es mantener la actividad de la firma, cuyos orígenes se remontan hasta 1930, cuando la fundó Antonio Alonso Rufete.

Al tratarse de un concurso voluntario, los actuales responsables conservan las facultades de administración de la empresa, aunque intervenidas. Se ha nombrado como administradora concursal a la abogada María Soler para supervisas el proceso, según recogía el BOE el pasado viernes.