La concesionaria del hospital público de gestión privada de Torrevieja facturó cerca de 128 millones de euros y anotó un beneficio de alrededor de seis millones de euros en su último ejercicio al frente de esta área de salud, antes de su reversión a la Conselleria de Sanidad. Unas cifras que, eso sí, suponen un retroceso con respecto al ejercicio anterior, ya que el traspaso y, por tanto, el fin de la facturación de la firma por estos servicios se produjo a dos meses y medio de completar el año, en concreto el 15 de octubre.

Esas son, al menos, las cifras que resultan de trasladar los resultados de 2021 que reflejan las cuentas depositadas por la mercantil Torrevieja Salud SL al conjunto de la UTE responsable de la concesión. Aunque la responsable última es Ribera Salud, la gestión del área se realizaba  a través de una unión temporal de empresas participada en un 65% directamente por la hasta hace poco matriz del grupo –aunque ahora la cabecera se ha trasladado a la sociedad holding Primero Salud-, y en un 35% por la citada mercantil, que es la que presenta balances separados y, por tanto, la que ofrece una fotografía de la evolución de la actividad.

En este caso, Torrevieja Salud SL anotó el año pasado unos ingresos de 44,6 millones de euros, lo que supuso un descenso del 14,5% con respecto al ejercicio anterior, por este menor periodo de facturación, por así decirlo. Por su parte, los beneficios cayeron un 40%, hasta los dos millones de euros. Como esta firma no tiene otra actividad, estos resultados se pueden extrapolar al conjunto de la UTE, que, de esta forma, habría logrado unos ingresos de 128 millones y unos beneficios cercanos a los seis millones.

La reversión de la gestión privada del área de salud de Torrevieja se produjo tras finalizar el plazo de 15 años establecido en el contrato de concesión y la negativa de la Generalitat a prorrogarlo, tal y como pretendía el grupo, ahora propiedad de la francesa Vivalto Santé. Se trata de la segunda concesión de Ribera Salud que regresa a manos públicas, tras la del Hospital de Alzira, en València.

Una vez finalizada la concesión, ahora la actividad de Torrevieja Salud se focaliza en el cobro y pago de los activos y pasivos que mantiene la compañía y, sobre todo, en el seguimiento de las liquidaciones que todavía debe acordar la firma con la Generalitat. Y es que el sistema establecido supone que el Ejecutivo autonómico adelanta unos pagos mensuales en función de una serie de criterios poblacionales y de asistencia, que luego se ajustan a posteriori para incluir, por ejemplo, a los pacientes de otras áreas de salud que atiende o a los que residen en su zona de influencia pero tienen que ser tratados en otros hospitales. Además, también la denominada cápita, es decir, la cantidad fija que se recibe por paciente se establece definitivamente a posteriori –generalmente con años de retraso- ya que su actualización depende de parámetros como el gasto estatal o el autonómico en sanidad y el IPC.

Más facturación en Elche

Precisamente, el cierre de las liquidaciones correspondientes a los años de 2010 a 2012 y la actualización de las previsiones sobre la evolución de la cápita han llevado a otra de las concesiones del grupo, la responsable del hospital Vinalopó Salud, a anotarse unos ingresos y unos beneficios de récord en 2021. En concreto, Elche-Crevillente Salud SA contabilizó el año pasado en sus balances una cifra de negocio de 171,8 millones de euros, frente a los 129,7 millones de 2020, mientras que sus beneficios ascendieron a 12,3 millones de euros, casi el triple que el año anterior.

Al respecto, desde la compañía señalan que este considerable incremento de los resultados se explica, en parte, por el sistema de contabilidad que deben utilizar las concesionarias públicas, que obliga a adelantar parte de los beneficios esperados hasta el fin de la concesión para anticipar también el pago de impuestos. Un sistema en realidad pensado para las concesionarias de infraestructuras, como las autopistas, que suelen registrar pocas ganancias al principio, al contabilizar las amortizaciones de la construcción, y muchas al final. Así, la actualización de los parámetros de negocio, ha conllevado también estos mayores beneficios contables.

En el terreno puramente asistencial, Elche-Crevillente Salud proporcionó el año pasado cobertura sanitaria a 151.000 personas, atendió casi 79.000 urgencias, realizó 12.281 altas de hospitalización y practicó casi 10.000 intervenciones quirúrgicas, entre otros servicios.