Alicante es un buen destino para hacer negocios. O, al menos, eso es lo que se deduce de los últimos datos del Colegio de Registradores sobre traslados de empresas dentro del territorio nacional, que indican que la provincia es capaz de atraer más compañías desde otras zonas del país de las que deciden marcharse, sea por los motivos que sea.

En concreto, entre el año 2019 y el primer semestre de 2022 hasta 818 mercantiles decidieron instalarse en Alicante procedentes de otras demarcaciones, mientras que las que realizaron el camino inverso sumaron 698, lo que deja un saldo favorable de 120 empresas para la provincia, que, de esta forma, ha visto reforzado su tejido productivo. Hay que tener en cuenta, además, que esta estadística únicamente recoge a las compañías que cambian su domicilio social, por lo que habría que añadir todas las que han decidido abrir delegaciones, que también han sido numerosas.

Además, el saldo positivo se ha mantenido de forma sostenida durante todo este periodo, con la única excepción de 2020, cuando la pandemia provocó que se registraran diez salidas más que entradas. Así, en 2019 se ganaron 52 sociedades, en 2021 fueron 61 y en el primer semestre de este año el censo empresarial de la provincia ha engordado en otras 17 firmas a través de esta vía, según las cifras de los registradores.

Aunque lo cierto es que los motivos que llevan a una empresa a trasladarse pueden ser de lo más variados –desde la disponibilidad de suelo industrial a precio asequible para poder crecer, hasta las buenas comunicaciones a través del puerto y el aeropuerto, según señalan los propios registradores- -, tanto empresarios como expertos coinciden en que la provincia ha ganado atractivo como destino en los últimos años.

"Alicante ha sabido enriquecer y diversificar su tejido productivo. Además de ayudar a los sectores tradicionales a innovar y digitalizarse, se han atraído empresas innovadoras que generan nuevas oportunidades de negocio y que a su vez animan a otras compañías a instalarse por la posibilidad de generar sinergias entre ellas", apunta el presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez.

Una tarea a la que han contribuido iniciativas como Distrito Digital, Alicante Futura, los parques científicos de las universidades o proyectos privados, como la reconversión de Panoramis en centro de negocios.

Distrito Digital se ha convertido en un polo de atracción de empresas para Alicante. Información

La calidad de vida también influye, sobre todo desde que la tecnología permite estar conectado con clientes y colaboradores en todo el mundo, sin necesidad de desplazamientos físicos. "En muchas ocasiones se produce porque son los ejecutivos o los empresarios los que empiezan teletrabajando desde aquí y acaban por traer la empresa", apunta el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández de Elche José María Gómez Gras, que también incide en el ecosistema emprendedor que se ha generado en la zona en los últimos años, que supone un motivo más para escoger la provincia como ubicación.

Tampoco hay que olvidar los motivos políticos y, en concreto, la desbandada de empresas que provocó el desafío independentista en Cataluña. Aunque el grueso de las salidas desde esta autonomía se produjeron en 2017 y 2018 –cuando, por ejemplo, el Sabadell decidió fijar su sede en Alicante ante el castigo que estaba sufriendo en los mercados por la inseguridad que generaba el "procés"-, en los últimos tres años y medio se han instalado en la provincia otras 102 mercantiles procedentes de Barcelona, frente a solo 48 compañías alicantinas que se han trasladado a la capital catalana, lo que deja un saldo favorable de 54 empresas, el mayor de todos.

Sin embargo, en términos absolutos, el mayor volumen de intercambios se produce con Madrid y con las provincias vecinas de Murcia y València. En los dos primeros casos este flujo beneficia a Alicante, mientras que con València se mantiene un equilibrio entre salidas y entradas.

En concreto, desde la capital del Estado llegaron 208 empresas en este periodo frente a las 180 mercantiles alicantinas que se instalaron allí; mientras que de Murcia vinieron 144 compañías murcianas, frente a las 117 que "emigraron" hasta allí.

La competencia malagueña

Entre las pocas provincias con las que Alicante presenta un saldo negativo se encuentran Castellón, a donde fueron a parar 13 empresas alicantinas más de las que llegaron desde allí, y también resulta llamativo el caso de Málaga, que logró captar 11 firmas de la provincia más de las que salieron desde allí con destino a la Costa Blanca. Hay que recordar que la ciudad andaluza es precisamente el espejo en el que siempre se mira Alicante en su estrategia para atraer inversiones y compañías tecnológicas. Una estrategia que, de momento, parece que aún da mejores resultados para los malagueños.