El Juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante, con sede en Elche, ha convocado para el próximo 28 de noviembre la junta de acreedores de New Millennium Sports SL, la distribuidora de Kelme en España, que se encuentra en concurso desde octubre del año pasado. Una decisión que obligará a los responsables de la compañía a tener lista su propuesta de convenio en las próximas semanas, ya que debe presentarse 40 días antes de esa fecha, tal y como recoge el edicto publicado en el BOE este jueves, o bien arriesgarse a solicitar una prórroga al juzgado.

En este sentido, desde un primer momento los responsables de la firma señalaron que su intención era llegar a un acuerdo que permitiera su continuidad, ya que consideran que el negocio es viable, si se consigue reducir la carga que supone la deuda. De hecho, desde la declaración del concurso, la compañía ha seguido operando con normalidad desde las instalaciones que ocupa en el Parque Empresarial de Elche y se ha mantenido a sus 36 trabajadores en plantilla.

De esta forma, los esfuerzos se centran en negociar con los distintos acreedores para conseguir una quita considerable de la deuda ordinaria -lo que se conoce en el argot como un convenio gravoso, que puede implicar reducciones de más del 60%-, además de cerrar un acuerdo con los denominados acreedores privilegiados, como la Agencia Tributaria.

Más complicado lo tendrá aún el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), al que la compañía debe alrededor de 6,5 millones de euros, ya que su deuda tiene la consideración de subordinada, por la participación minoritaria que se quedó dentro de la operación de rescate de la marca que en su día organizó la Generalitat, bajo los gobiernos del PP.

En total, el pasivo de New Millennium Sports asciende a unos 21 millones de euros, de acuerdo con el informe que realizó en su día el administrador concursal, el economista ilicitano Pedro Algarra, de Galsan Consultores; mientras que los activos estarían valorados en unos 24 millones, aunque una parte considerable son créditos fiscales y otros activos intangibles.

La firma decidió solicitar el concurso de acreedores en octubre del año pasado, cuando a la caída de ventas provocada por la pandemia –que redujo su facturación anual de 12 a 6 millones de euros-, se le sumó una sentencia de la Audiencia Provincial que obligaba a la compañía a indemnizar con 3,2 millones de euros a un antiguo licenciatario de la marca en Panamá.

Rescate público

New Millennium Sports SL es una de las dos sociedades que se crearon cuando en el año 2008 la Generalitat salió, por segunda vez, al rescate de Kelme, que se encontraba ahogada por la enorme deuda que arrastraba. Así, para salvar la marca, el Ejecutivo autonómico constituyó, por un lado, Desarrollos Urbanísticos Aguamarga, en la que participaron el IVF, la CAM y Bancaja y que compró a la compañía unos terrenos en el saladar homónimo, lo que le permitió reducir su endeudamiento. Eso sí, a un gran coste para el erario público, ya que los terrenos estaban protegidos y nunca se recalificaron, por lo que los herederos de las cajas de ahorros valencianas –Sabadell y Bankia- exigieron el pago de los avales que habían concedido, lo que costó al Consell 39 millones de euros.

Por otro lado, se constituyó New Millennium Sports, a través del fondo Tirant, que conformaron la gestora Riva & Gacía y el IVF. Fue a esta sociedad a la que se traspasó todo el negocio industrial y de comercialización de prendas y calzado deportivo.

Para ganar liquidez, la compañía vendió los derechos de la marca, las licencias y la distribución internacional al grupo chino YuanXiang, a través de la mercantil Kelme Sports, que opera con normalidad. De esta forma, New Millennium Sports ya solo se encargaba de la distribución de los productos de la marca en España.