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Javier Gisbert (Presidente de FOPA)

"La falta de inversión en obra pública está siendo un lastre para la competitividad de la provincia de Alicante"

Javier Gisbert, presidente de FOPA, ante una obra. RAFA ARJONES

El alcoyano Javier Gisbert, gerente de la compañía Gestaser, está al frente de la Federación de Empresarios de Obras Públicas y Auxiliares de la Provincia de Alicante (FOPA) desde diciembre del año pasado, si bien ya llevaba 16 años en la organización ocupando diferentes puestos en la junta directiva. Los problemas para el sector han ido cambiando a lo largo del tiempo, pero hay uno que se mantiene de forma inalterable, como es la falta de inversión por parte del Estado en la provincia. La reivindicación, como no podía ser de otra forma, continúa encima de la mesa, en un momento en el que las carencias en materia de infraestructuras son más que evidentes.

¿Hay alguna explicación para que la provincia se encuentre año tras año a la cola en las inversiones?

No lo sé, quizá tendríamos que haber sido más reivindicativos, pero lo cierto es que las quejas han estado siempre ahí por nuestra parte sin que hasta ahora hayamos tenido resultados. Porque lo cierto es que el año pasado volvimos a ser los últimos en inversión por parte del Estado en términos comparativos con la ratio de habitantes, una realidad que todavía es más sangrante si se tiene en cuenta que Alicante es la provincia que más visitantes recibe a través del turismo, por lo que hay una población flotante que no se tiene en cuenta. Y eso, lamentablemente, ha sido siempre así. Solo ha habido excepciones cuando se han acometido de forma puntual inversiones fuertes, como, por ejemplo, la construcción del aeropuerto o las mejoras que se hayan podido ejecutar en esas mismas instalaciones. Está claro que se tiene que dar prioridad a la España vaciada, pero no puede ser que sistemáticamente nos sitúen a la cola, porque la falta de inversión en obra pública está siendo un lastre para la competitividad de la provincia.

También se quejan del bajo nivel de ejecución de los fondos que se presupuestan...

Esa es otra, porque si nos vamos a los datos generales de la Comunidad Valenciana, nos encontramos con que en los últimos años solo se ha llegado a ejecutar un 64% de lo presupuestado, un porcentaje que se reduce al 35% si de lo que hablamos es de la construcción. Estamos, por tanto, ante un problema endémico, porque como mínimo se debería ejecutar un 60% de las obras que se anuncian.

La CEV, la Cámara, Ineca y ustedes mismos han decidido sumar esfuerzos para reclamar la ejecución de proyectos que consideran estratégicos. ¿Piensa que esta vez sí tendrán éxito las reivindicaciones? 

Dicen que la unión hace la fuerza, y, en este caso, hemos decidido ir juntos y sumar esfuerzos para tratar de hacer ver al ministerio que la provincia tiene un grave déficit en materia de infraestructuras, al que se le debe poner remedio con la mayor agilidad posible. Lo que pedimos es de justicia.

¿Cuáles son las principales necesidades?

Están recogidas en un estudio que elaboraron la CEV y la Cámara de Comercio hace dos años, y la verdad es que prácticamente no se ha registrado ningún avance. El eje ferroviario Elche-Alicante es totalmente imprescindible, porque no puede ser que el aeropuerto no tenga una conexión directa con el tren. También se debe mejorar de una vez por todas la línea entre Alcoy y Xàtiva y terminar el tren de la costa entre València y Alicante, porque es vital para el turismo. Luego, claro está, figuran el Corredor Mediterráneo y los puertos secos para los que se postulan San Isidro, Novelda y Villena, que deberían ejecutarse los tres por el volumen de mercancías que manejarían. En materia de carreteras, también es imprescindible el tercer carril para la autovía A-70 entre Alicante y Elche, y la A-31 entre Elda y Monforte del Cid, al igual que el desdoblamiento de la carretera Orihuela-Torrevieja y de la variante de este último municipio. Hablamos, en definitiva, de inversiones por un valor estimado de 3.000 millones de euros que, insisto, son absolutamente necesarias para que la provincia gane en competitividad.

La construcción también se enfrenta a otro problema, como es la falta de mano de obra, ¿cuáles son los motivos?

Es un problema general, porque, según las estimaciones que maneja el sector, a nivel nacional hacen falta 250.000 trabajadores, mientras que a nivel provincial el déficit se sitúa en 10.000. Las causas son variadas, pero una de las principales es la crisis registrada en 2008, que hizo que mucha gente que trabajaba en nuestro sector, al perder el empleo, se pasara a otros, y ya no ha regresado. También es evidente que la gente ya no quiere trabajar en la construcción, y la prueba es que, si en 2007 había 345.000 afiliados menores de 25 años, ahora solo hay 53.000. Yo, además, lo he comprobado de primera mano desde mi faceta de profesor de Ingeniería Civil en la Universidad de Alicante, dado que al principio se matriculaban 180 alumnos en el primer curso y en los últimos la media es de apenas 50.

Los sindicatos dicen que es por las condiciones laborales...

No estoy de acuerdo, porque nuestros trabajadores cobran bastante más de lo que lo hacen en otros sectores. Hablamos de entre un 30% y un 40% por encima del salario mínimo interprofesional. Lo que pasa es que la gente piensa que es un oficio duro, cuando, en realidad, la construcción ha evolucionado mucho y ahora todo está mucho más mecanizado. También nos encontramos con que la presencia femenina es absolutamente minoritaria. Sí ejercen cargos de dirección, entre otros, pero no los oficios relacionados directamente con la obra, que, repito, son ahora mucho más llevaderos.

¿Cuáles son las consecuencias de esta falta de mano de obra?

Las empresas prácticamente nos estamos quitando a los trabajadores, y la situación se puede agravar con la llegada de los fondos europeos y el plan Edificant de renovación de infraestructuras educativas, cuya ejecución está en riesgo como consecuencia de este problema.

¿Qué soluciones plantean al respecto?

De entrada, se impone una labor pedagógica, para que la gente vea la construcción como una profesión atractiva. También sería muy interesante promover titulaciones más cortas que las actuales, de unos seis meses, en especialidades como albañilería básica o tabiquería, de manera que puedan incorporarse cuanto antes al trabajo, porque lo que hace falta es gente que conozca el oficio. Y, si esto no funciona, lo que nos tocaría es importar mano de obra de fuera, a través de una oferta que estuviera disponible en las oficinas de Labora. Que las empresas tengan esa opción si no encuentran aquí trabajadores.

¿La inflación también está afectando al sector?

Los costes de las materias primas se han disparado por encima del 30% y eso está propiciando que muchas licitaciones estén quedando desiertas, porque las diferentes administraciones no sacan los precios actualizados. La solución pasa por una reforma de la Ley de Contratos del Sector Público, que permita a las empresas presentar ofertas al alza o efectuar revisiones de precios. Es imprescindible tomar cartas en el asunto, porque el impacto está siendo terrible sobre las firmas del sector.

Regreso de los premios de la federación tras dos años de ausencia

La Federación de Empresarios de Obras Públicas y Auxiliares de la Provincia de Alicante (FOPA) ha celebrado la decimosexta edición de sus premios tras dos años de ausencia como consecuencia de la pandemia. En esta ocasión el ganador de la mejor obra provincial ha sido el proyecto de duplicación de la calzada de acceso al aeropuerto, mientras que la galardonada en la categoría de mejor integración en su entorno, sostenibilidad y medio ambiente se la ha llevado la actuación de corrección de la erosión y adecuación de espacios forestales degradados en el Tossal de Alicante. El jurado, además, ha otorgado una mención especial a la peatonalización de la Plaça de Baix y la calle Corredora en Elche.

El presidente de FOPA, Javier Gisbert, señala que «ha sido un placer poder recuperar estos premios, cuya intención es poner en valor la obra pública y privada en la mejora de la sociedad, su función social y la capacidad que tienen estas actuaciones para mejorar la vida individual y colectiva de las personas». En esta edición han sido un total de 16 las obras que se han presentado para su valoración por parte del jurado.


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