Industrial Juguetera (Injusa) logró facturar el año pasado dos millones de euros más que el ejercicio anterior, gracias al tirón experimentado por las ventas tras el momento más complicado de la pandemia. La compañía, además, consiguió volver a la senda de los beneficios tras el retroceso experimentado en 2020. Hasta aquí, todo positivo. El problema va a venir en el ejercicio en curso, toda vez que la firma con sede en Ibi ya augura un empeoramiento de los resultados debido a la caída experimentada por el consumo en el actual contexto de inflación.

Injusa, compañía dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos, triciclos infantiles y gamas de jardín y mascotas, ha presentado las cuentas de resultados correspondientes a 2021, un año en el que la empresa obtuvo una cifra de negocios de 16,6 millones de euros frente a los 14,7 del curso anterior. Se da la circunstancia, además, que los resultados de explotación ofrecieron un saldo positivo de 245.356 euros, cuando en 2020 se registraron pérdidas por valor de 534.247 euros.

El gerente de la empresa, Luis Berbegal, atribuye esta evidente mejora de los balances a la notable recuperación de las ventas registrada tras el peor año de la crisis sanitaria propiciada por covid. "Después de tanto tiempo de restricciones y confinamiento, hubo un momento de euforia en el mercado que se tradujo en estos crecimientos. La explosión de gasto por parte de los compradores, lógicamente, se reflejó en nuestras cuentas", enfatiza.

Este despegue, sin embargo, es también el origen del retroceso que, todo parece indicar, van a registrar los resultados de la firma en el ejercicio actual. Según sus palabras, "se generó un exceso de aprovisionamiento en los establecimientos comerciales, y eso se tradujo en unos stocks que está costando mucho liberar".

A eso hay que añadir la complicada coyuntura que se está registrando a nivel internacional. Berbegal explica que Injusa destina el 80% de su producción a las exportaciones, y que "la inestabilidad que afecta a todos los mercados no nos beneficia en absoluto".

También hace referencia a la elevada inflación, que se está traduciendo en una caída del consumo, sobre todo en productos como los que fabrica la empresa. "Los juguetes económicos -señala- están funcionando bien, pero no sucede lo mismo con los nuestros, que son de una gama alta y no están al alcance de muchos consumidores en la actual situación".

La compañía, igualmente, está teniendo que hacer frente a otras cuestiones como el encarecimiento de las materias primas, los fletes y, sobre todo, los costes energéticos. "Nosotros pagábamos antes una factura mensual de 21.000 euros, y ahora nos encontramos con que se nos ha disparado a los 111.000".

Esta circunstancia ha propiciado que la firma haya apostado por realizar una inversión de 800.000 euros para la instalación de placas solares, lo que le generará unos ahorros del 30%. "El problema -resume Berbegal- es que no podemos repercutir todos los incrementos de costes que estamos sufriendo, porque si lo hiciésemos nuestros productos serían prácticamente invendibles". Con todo, el gerente de Injusa subraya que la empresa presenta una situación de solidez que le permitirá hacer frente a estos desajustes.