La agricultura constituye un sector estratégico en España que aporta un gran valor económico, social, territorial y medioambiental. Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción hortofrutícola de España se sitúa en torno a los 28 millones de toneladas, con un valor medio de producción superior a los 15.000 millones de euros. Estos datos colocan a España como el primer productor de la Unión Europea y el tercero del mundo. Además, el sector destaca por su clara vocación exportadora, ya que más de la mitad de la producción se destina a los mercados exteriores, por valor de casi 18.400 millones de euros y un saldo positivo de la balanza comercial de más de 13.400 millones de euros, en 2021.

El Consell acaba de lanzar el II Plan Valenciano de Agricultura Ecológica (2021-2025) con un presupuesto de más de 114,28 millones de euros frente a los 78 millones del programa anterior

Unas cifras que cobran más importancia si se analizan zonas concretas como es el caso del sudeste español donde representa alrededor del 10% de PIB. En la provincia de Alicante, la Vega Baja es la líder indiscutible en el sector agrario al gozar de una de las huertas más productivas y de mayor calidad de toda Europa. El PIB de la agricultura en esta comarca supera el 6% y genera el 53% de toda la producción provincial a pesar de representar un 26% de las hectáreas cultivadas de superficie agraria útil. Los principales grupos de cultivos son los cítricos (60,1%), las hortalizas (20,4%) y los frutales (9,9%).

Una parte de la industria mejora su rendimiento con la agricultura ecológica, más rentable y con un mayor valor añadido

Sin embargo, el sector agrario provincial se enfrenta a grandes retos para poder mantener su competitividad en un contexto en el que el déficit hídrico, el aumento de los costes energéticos y los precios en origen están mermando la industria alimentaria. En este sentido, ASAJA Alicante ya alertó en su balance agrario de 2021 que el valor económico global de la agricultura en la provincia de Alicante cayó un 11%, a pesar de la leve mejoría generalizada en los precios en origen percibidos por los agricultores con respecto a los dos años anteriores. En concreto, la agricultura ha pasado de 522 millones de euros en 2020 a 464 millones de euros en 2021. Por su lado, la superficie cultivada en la provincia se ha mantenido estable respecto al 2020 al registrar un total de 130.363.

Alicante lidera  la producción ecológica certificada en la Comunitat con 87.510 toneladas al tener un mayor rendimiento en la producción

Mejorar y optimizar recursos

En este contexto, los agricultores tratan de minimizar los grandes obstáculos a los que se enfrentan: la subida sin precedentes de los costes de producción en la agricultura y el precio en origen. Unos costes que el estudio de ASAJA Alicante concreta en «el encarecimiento de la energía eléctrica (necesaria fundamentalmente para extraer el agua de riego) en un 270%; el gasóleo que usan los tractores y otras máquinas agrarias ha subido un 73%, así como los abonos (+48%), el agua (+33%), los plásticos de invernadero (+46%) o las semillas (+20%)». A ello hay que sumar la inestabilidad del trasvase Tajo-Segura.

Para hacer frente a todos estos retos, tanto de la Generalitat Valenciana como desde el propio sector están tomando medidas para mejorar la gestión de sus recursos y reducir los gastos asociados a su actividad a través de la inversión en tecnología, innovación y la extensión de la agricultura ecológica, más rentable que la tradicional.

En cuanto a los recursos hídricos, el Consell ha apostado por la planificación de una política integradora que incluye la modernización de regadíos, la reutilización de agua depurada, la desalinización, la apuesta por las nuevas tecnologías y la eficiencia energética que, junto con la utilización de los trasvases como complemento de recurso hídrico, van a permitir realizar una planificación hidrológica con soluciones y propuestas sostenibles que integren los indicadores del cambio climático. Para conseguirlo, el Consell lleva años trabajando en tres grandes ámbitos: inversiones y ayudas, apoyo a las rentas de los agricultores y fomento de proyectos de investigación en el IVIA. 

La superficie cultivada en la provincia se ha mantenido estable con respecto al 2020 con un total de 130.363 hectáreas

Un ejemplo de ellos fue la instalación en Villena de un innovador sistema de bombeo fotovoltaico para riego instalado en un pozo de la localidad, que permite un regadío 100% renovable sin emisiones de CO2, reduciendo un 60% el coste energético y hasta un 30% el ahorro en el consumo de agua. Asimismo, la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural recuperó en 2016 las ayudas para la modernización de regadíos que no se convocaban desde el año 2011 por el anterior gobierno, al tiempo que ha impulsado las tareas para reutilizar aguas residuales.

Promoción de la agricultura ecológica

Para aumentar la rentabilidad del sector, el gobierno autonómico promueve entre los agricultores la oportunidad que supone diferenciar las producciones y dotarlas de mayor valor añadido, acorde con los compromisos de calidad y sostenibilidad, apostando por la ecológica, donde España es ya uno de los grandes productores europeos. 

La Vega Baja genera el 53% de toda la producción provincial. Alex Dominguez

Para ello, se puso en marcha el I Plan Valenciano de Agricultura Ecológica (2016-2020) que impulsó el crecimiento de la superficie certificada en un 81,2% y de los operadores en un 51,1% durante ese periodo. Ahora acaba de lanzar el II Plan Valenciano de Agricultura Ecológica (2021-2025) con un presupuesto de más de 114,28 millones de euros frente a los 78 millones de inversión del programa anterior. 

En la Comunidad Valenciana, el 51% de la superficie ecológica se concentra en la provincia de Valencia en 2020, mientras que Alicante (25,1%) y Castellón (23,8%) se reparten casi a partes iguales el resto de superficie. A pesar de esta distribución, Alicante lidera la producción ecológica certificada estimada con 87.510 toneladas al tener un mayor rendimiento en la producción. 

Tecnología y digitalización

Otra área en la que los productores están trabajando, aunque aún queda mucho por hacer, es la apuesta por la tecnología para optimizar procesos y reducir costes por medio de la digitalización. En este sentido, ya existen soluciones para la automatización de los sistemas de riego, cosecha automática, control de plagas y enfermedades, así como la monitorización de cultivos mediante drones y teledetección. El objetivo es buscar soluciones en la tecnología que los ayude a trabajar de forma más precisa, eficiente y sostenible.

El Consell ha apostado por la planificación de una política integradora que incluye la modernización de regadíos, la reutilización de agua depurada, la desalinización, la apuesta por las nuevas tecnologías y la eficiencia energética

En concreto, las tecnologías dirigidas a optimizar las áreas de control de riego, temperatura, humedad, conductividad y costes de personal, además de la incorporación de robots para automatizar tareas como la plantación y la recolección estarán entre las más solicitadas en los años más cercanos. A estas habrá que sumar aquellos sistemas inteligentes que ayuden a la hora de tomar decisiones para riego, fertilización, control de plagas y enfermedades.