Tras el paréntesis que se produjo durante la pandemia -cuando el aumento de la mortalidad distorsionó las cifras, al elevar notablemente la cantidad de bajas-, el número de pensionistas de la provincia vuelve a crecer con fuerza, como consecuencia del envejecimiento que sufre la población. Una realidad que se acentuará aún más en los próximos años y que pondrá a prueba la resistencia del sistema.

De momento, con los datos de septiembre el número de alicantinos que cobra algún tipo de pensión contributiva alcanza ya los 298.220, lo que supone 3.638 más que hace 12 meses. En otras palabras, que durante el último año la provincia ha sumado diez pensionistas más cada día.

Se trata de un incremento del 1,2% que, aunque no parece demasiado, es muy superior al registrado en el conjunto del país, que fue del 0,7%, según el último balance de la Seguridad Social. Además, se trata de un ritmo de crecimiento que se ha mantenido más o menos estable durante la última década, con la excepción de 2020, cuando se redujo a menos de la mitad por las consecuencias del covid. Así, desde 2012 la provincia ha sumado 34.449 beneficiarios más.

Una realidad de la que son muy conscientes los sindicatos, que insisten en la necesidad de seguir mejorando la calidad del empleo que se crea para garantizar la viabilidad de las prestaciones. "Está claro que la pirámide poblacional se ha invertido y eso supone más presión para el sistema. De ahí que sea tan importante que los puestos de trabajo que se crean sean de calidad y que suban los salarios", recuerda la secretaria general de UGT en l'Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez.

La evolución de las pensiones en la provincia de Alicante. A. Estévez

En el caso de Alicante, esta mejora del mercado laboral es especialmente necesaria, si se quiere que algún día se cierre la brecha que existe actualmente entre el importe medio de las pensiones a nivel nacional y las de la provincia, que ahora mismo son un 13,4% más bajas como consecuencia del elevado peso de actividades muy estacionales, que solo ofrecen empleo durante algunos meses al año –lo que impide acumular carreras largas de cotización- o en sectores con bajas remuneraciones. En concreto, la pensión contributiva media en Alicante se situó el mes pasado en los 945,5 euros, frente a 1.092,2 euros del conjunto del país.

La buena noticia es que estos importes van a experimentar un salto considerable a partir del próximo mes de enero, cuando se aplique la subida del IPC, que el Gobierno estima que se situará alrededor del 8,5%, según consta en los Presupuestos Generales del Estado que se presentaron la semana pasada en el Congreso.

Este porcentaje supondrá una mejora de algo más de 80 euros mensuales por beneficiario en el caso de la provincia, que elevarían por primera vez la pensión media por encima de la barrera psicológica de los mil euros. Para ser exactos, hasta los 1.026 euros.

A pesar de las críticas que también ha recibido la decisión del Ejecutivo, desde los sindicatos recuerdan el peso que tiene el consumo de este colectivo a la hora de mantener la actividad económica, por lo que consideran que se trata de un aumento que beneficiará al conjunto de la población, tal y como recuerda el responsable de CCOO en l’Alacantí i les Marines, Francisco García.

Igualmente, hay que recordar que, más allá de la media, lo cierto es que en la provincia hasta el 30,3% de los pensionistas cobran lo que se conoce como complementos de mínimos –una cantidad extra que reciben cuando el cálculo de su pensión según los criterios establecidos no alcanza el importe mínimo que cada año fija el Gobierno-, lo que supone un porcentaje seis puntos superior a la media.

Por tipos de pensión, hasta 206.775 alicantinos cobran una paga contributiva por jubilación, cuyo importe medio se sitúa en 1.071,9 euros. Alrededor de 55.300 mujeres cobran una pensión de viudedad, con una media de 706,5 euros; otros 23.075 residentes reciben una pensión de invalidez (936,7 euros); 11.876 cobran pensión de orfandad (387 euros); y 1.208 reciben la prestación a favor de familiares (617,6 euros).

En estas cifras no se computan otros aproximadamente 17.900 alicantinos que son beneficiarios de las pensiones no contributivas que gestiona el Imserso.

Los jubilados sostienen uno de cada cuatro hogares

La importancia de mantener el poder adquisitivo de las pensiones queda clara si se tiene en cuenta el peso que tiene este colectivo sobre el total de la población provincial. En el caso de Alicante, prácticamente uno de cada cuatro hogares está sostenido por un pensionista, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa. Una cifra que aumenta considerablemente en épocas de crisis, cuando las pagas que reciben muchos jubilados se convierten en el salvavidas de toda la familia. Así, en plena pandemia hasta el 28,8% de los hogares alicantinos llegó a depender de la paga de un pensionista, cuatro puntos más que ahora, de acuerdo con el Portal Estadístico de la Generalitat.