Proteger, mantener y hacer crecer el patrimonio de la empresa familiar, de manera que el mismo pueda ser transmitido a las siguientes generaciones, es una preocupación de todas las familias empresarias. Dicha preocupación se intensifica en momentos de inestabilidad económica como el actual, dado que el patrimonio familiar está sometido a muchos más riesgos.

Un instrumento clave para conseguir dicho objetivo de protección del patrimonio familiar, es la oficina familiar, o más comúnmente conocida como family office, entendida como la organización que gestiona de manera conjunta y profesionalizada el patrimonio familiar, de acuerdo con el propósito, necesidades e intereses de la familia para la cual trabajan.

La oficina familiar en su fase más incipiente suele estar intrínseca a la empresa familiar y no funciona como plataforma independiente. No obstante, a medida que la empresa familiar crece y genera ingresos, entran en juego más generaciones con intereses no vinculados al negocio familiar, o se produce una transmisión de dicho negocio, se hace recomendable una oficina familiar independiente.

Inmaculada Pascual, directora responsable de la oficina de Alicante de PwC

Inmaculada Pascual, directora responsable de la oficina de Alicante de PwC

Las ventajas de una oficina familiar son múltiples, tales como la obtención de sinergias en costes y centralización de servicios, la mitigación del riesgo en la medida que permite la diversificación de inversiones, el acceso a más y mejores inversiones, el alineamiento de los intereses de los distintos miembros de la familia, así como la obtención de una mayor rentabilidad. Asimismo, en muchos casos la oficina familiar también presta servicios de asesoramiento a los miembros de la familia, o actúa como impulsora del protocolo y legado familiar.

La creación o mejora de una oficina familiar empieza por definir cuál el propósito y visión de la familia, cuáles son sus necesidades e intereses, así como su perfil inversor y de riesgo, y a partir de ahí, ya se diseña la oficina familiar para garantizar que funcione correctamente, trabajando en las distintas áreas clave: operaciones, necesidades de personal, tecnología, asesores, gobernanza y estructura óptima desde un punto de vista jurídico y fiscal.

María Sanchíz, socia responsable de empresa familiar y grandes patrimonios en PwC.

María Sanchíz, socia responsable de empresa familiar y grandes patrimonios en PwC.

La estructura jurídico-fiscal de la oficina familiar hay que planificarla adecuadamente, de manera que asegure una fiscalidad óptima tanto a los socios personas físicas, especialmente a lo que se refiere al Impuesto sobre Patrimonio e Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, como a la propia oficina familiar, en lo relativo a la tributación de los dividendos y plusvalías de sus inversiones. La Comunidad Valenciana es una de las comunidades, donde más se paga, tanto por Impuesto sobre Patrimonio (y más, teniendo en cuenta la última subida de tributación anunciada por el gobierno de la Comunidad con efectos para el 2023), como por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, por lo que cobra especial relevancia asegurar la aplicación de la exención en el Impuesto sobre Patrimonio de las participaciones en la empresa familiar, aunque sea parcialmente.