Sin acuerdo. Así finalizó la reunión sobre el convenio del calzado celebrada este jueves, lo que ha llevado a los sindicatos a mantener su convocatoria de movilizaciones pese a las mejoras planteadas desde la parte empresarial en materia salarial. De no mediar un acercamiento de última hora, los trabajadores del sector están convocados a una huelga el próximo 1 de diciembre.

Representantes de la Federación de Industrias del Calzado de España (FICE) y la Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado y la Marroquinería (AEC) mantenían ayer un encuentro con responsables de los sindicatos  CC OO y UGT con el objetivo de desbloquear las negociaciones sobre el convenio.

Los empresarios pusieron sobre la mesa una nueva propuesta de incremento salarial que mejoraba en más de dos puntos a la anterior. Según la información facilitada desde la propia patronal, la oferta contemplaba subidas del 8% para la nómina de enero de 2023 respeto a las vigentes, y un compromiso de incremento para los próximos cuatro años con una revisión al IPC real topada al 2,5%. En total, añadieron las mismas fuentes, el incremento habría alcanzado entre un 12,5% y un 15% en ese intervalo de tiempo, en función del comportamiento de la inflación.

Sin embargo, según la portavoz de la representación empresarial, María Estrigas, «para desconcierto de los presentes, los representantes sindicales, lejos de valorar nuestra oferta, sin criterio alguno han incrementado su última propuesta, demostrando una manifiesta voluntad de no negociar».

Durante la reunión, añade Estrigas, la patronal tuvo conocimiento de que esa misma mañana, antes de que arrancaran las negociaciones, los sindicatos ya habían solicitado la intervención del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), «lo que podría ser una prueba clara de su escaso interés por llegar a un acuerdo», apunta.

CC OO y UGT habían venido reclamando hasta el momento una subida salarial acorde a la inflación para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, incluyendo una cláusula de revisión que permita igualar la subida del IPC, aunque sin topes, que es lo que pretende aplicar la patronal.

El secretario general de UGT en el Vinalopó, Ismael Senent, ha reiterado que esta pretensión es irrenunciable, por lo que mantienen su postura en lo que respecta a las movilizaciones. Eso si, matiza, «dejando siempre la puerta abierta a un acuerdo hasta el último momento». De no mediar ese entente, está anunciada una convocatoria de huelga para el primer día de diciembre.