Los promotores quieren que el turismo residencial deje de ser el "patito feo" del sector, con frecuencia demonizado en los años posteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria, y que se empiece a reconocer la aportación que realizan a la economía de la Comunidad Valenciana. Una aportación que consideran más que suficiente para recibir una atención diferenciada por parte de la Generalitat, que recoja la especificidad de este negocio, con intereses comunes con el resto de la actividad turística, pero también con problemas propios de su vertiente puramente inmobiliaria, como la gestión del suelo.

Así se lo han trasladado recientemente los responsables de la Asociación de Promotores de la Provincia de Alicante (Provia) al propio jefe del Consell, Ximo Puig, durante una reunión a la que los empresarios llegaron cargados de datos para refrendar sus argumentos. Un dosier en el que, por ejemplo, comparan el dinero que movió la venta de viviendas a extranjeros durante el primer trimestre del año con las exportaciones de la automoción o los cítricos -dos sectores que habitualmente reciben mucha más atención por parte de las administraciones- para demostrar que realizan una aportación mucho mayor.

Un edificio en construcción en Alicante. Álex Domínguez

En concreto, de acuerdo con los cálculos realizados por Provia en base a las últimas estadísticas del Colegio Notarial de Valencia, las compras de inmuebles por parte de clientes internacionales sumaron un importe de 3.802 millones de euros durante los primeros seis meses del año. Una cifra que supera holgadamente los 2.998 millones que consiguieron las Ford y toda la industria auxiliar que se ha desarrollado en la autonomía con sus ventas al extranjero. Igualmente, también multiplican casi por tres los ingresos generados con los envíos de cítricos durante el mismo periodo, que alcanzaron los 1.363 millones de euros, y suponen más de cinco veces más que las exportaciones que contabilizó el sector del calzado, de 690 millones.

Además, con una diferencia importante, que la mayoría de estos sectores también realizan importaciones, por lo que el saldo real se reduce, algo que no ocurre con el turismo residencial. Por ejemplo, la automoción valenciana vende por valor de 2.998 millones, pero también suma 2.239 millones en importaciones, es decir, en compras al extranjero.

Empleo

En cuanto al empleo, desde Provia recuerdan que un estudio de la UA cifraba en más de 96.000 los puestos de trabajo directos e indirectos que sostiene esta actividad sólo en la provincia de Alicante, incluyendo tanto la construcción y comercialización de las segundas residencias, como toda la actividad que más tarde se genera con su uso.

Al respecto, los promotores señalan que las propios datos de la Agencia Valenciana de Turismo reconoce que el 80% de las pernoctaciones de turistas de la Comunidad Valenciana se producen en alojamientos privados –es decir, en segundas residencias, ya sean propias, de familiares o amigos, o alquiladas- frente a sólo un 20% de visitantes que se queda en hoteles, campings o apartamentos turísticos.

Esto se traduce en que, con independencia del dinero que mueve la propia compraventa de las viviendas, los turistas alojados en segundas residencias realizaron el año pasado un gasto de 2.636 millones de euros en la autonomía, frente a los 1.737 millones que se dejaron los que escogieron alojamiento colectivos.

"Se trata de que se reconozca que somos una industria muy potente, que genera riqueza y que tenemos una serie de problemas específicos que también merecen atención", señala el secretario general de Provia, Jesualdo Ros. En este sentido, Ros señala que su mera inclusión dentro de la secretaría autonómica de Turismo que dirige Francesc Colomer –con el que aseguran que están muy satisfechos- provoca que no se tenga en cuenta al sector cuando se elaboran, por ejemplo, normas urbanísticas que también les afectan. De ahí que reclamen un departamento propio.

Comisionado

Durante el encuentro con Puig, los promotores propusieron la creación de una dirección general específica de turismo residencial, aunque el jefe del Consell planteó la posibilidad de crear un comisionado como el del plan Vega Renhace, más fácil de encajar en la estructura de la Administración autonómica cuando se quieren coordinar aspectos de distintas áreas. Una propuesta que tampoco desagrada a los empresarios. En cualquier caso, la decisión final todavía está por tomar, ya que, entre otras cosas, ahora se quiere incorporar a las negociaciones a los promotores de Castellón y València para que sea un acuerdo de toda la autonomía.

Una imagen de la zona del PAU 5 en la Playa de San Juan. Áxel Álvarez

En cualquier caso, desde Provia apuntan como primer objetivo a una modificación de la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana, un documento elaborado en 2007 y aprobado en 2011 que está provocando numerosos quebraderos de cabeza en muchos municipios al limitar su crecimiento. Y es que para definir la expansión urbanística de las poblaciones solo se contempla la población censada, pero no la población flotante que suponen las segundas residencias, lo que limita el desarrollo de suelo, entre otras cuestiones.