Un acercamiento insuficiente. Eso es lo que han considerado los sindicatos con relación a la última oferta lanzada por los empresarios en la negociación del convenio nacional del calzado en materia salarial, circunstancia que les ha llevado a romper puentes y a convocar formalmente para el 1 de diciembre una jornada de huelga a la que están convocados 16.500 trabajadores de la provincia de Alicante. CC OO y UGT justifican la movilización en que no van a consentir una pérdida de poder adquisitivo, mientras que la patronal califica la convocatoria de incoherente.

Los ánimos se han ido caldeando en la negociación colectiva del sector del calzado a medida que avanzaban las reuniones, y siempre con las reivindicaciones de incremento salarial como principal punto de discordia. Si bien el convenio es de ámbito nacional, la provincia de Alicante es el territorio en el que mayor peso tiene esta industria, con potentes centros productores en Elche, Elda y Petrer, lo que ha llevado a que sea también en este territorio donde se ha venido escenificando el descontento de la parte sindical, con una concentración que a finales de octubre se celebraba ante la sede de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal).

Tanto CC OO como UGT han venido reclamando durante todo este tiempo, como medida irrenunciable, una cláusula de revisión salarial que permita igualar la subida del IPC, con la finalidad de que los trabajadores no piedan poder adquisitivo. También otras cuestiones complementarias, como una reducción de jornada en doce horas, complementar a partir del cuarto mes la incapacidad temporal, subir el plus de distancia o una regulación del contrato fijo discontinuo.

Inicialmente las posturas estaban muy distanciadas, pero la Federación de Industrias del Calzado de España (FICE) y la Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado y la Marroquinería (AEC), planteaban en el último encuentro un acercamiento, consistente en subidas del 8% a partir de enero de 2023 y un compromiso de incremento para los próximos cuatro años con una revisión al IPC real topada al 2,5%, lo que, afirman, habría supuesto un aumento de entre un 12,5% y un 15% en ese intervalo de tiempo, en función del comportamiento de la inflación. Pero es en el apartado del IPC donde está el principal punto de desencuentro, toda vez que los sindicatos no están dispuestos a admitir ningún tope.

Mediación

Así la cosas, y ya con la situación muy tensa, patronal y centrales sindicales han cerrado sin acuerdo la reunión en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), lo que ha traído consigo la convocatoria formal de una jornada de huelga para el jueves de la próxima semana.

El secretario general de UGT en la Muntanya, Vinalopó y Vega Baja, Ismael Senent, ha lamentado la ruptura de la mesa de negociación, algo de lo que responsabiliza a los empresarios. Según sus palabras, "no dan su brazo a torcer, y lo que tenemos claro por nuestra parte es que no vamos a consentir que los trabajadores vuelvan a ser los que paguen las consecuencias de la crisis". Según sus palabras, "hablamos de un sector en el que los salarios ya son muy bajos, y no puede ser que la inflación los reduzca todavía más".

En parecidos términos se expresa Miguel Ángel Cerdán, responsable de la negociación de CC OO por la demarcación del Vinalopó y la Vega Baja, quien señala que "en el encuentro de mediación hemos planteado un último intento para cerrar un acuerdo, pero no hay manera". El representante sindical recuerda que ya se acumulan varios años sin incrementos salariales, "y lo que no vamos a permitir es que los trabajadores salgan de esta más pobres", advierte.

Por su parte, José María Escrigas, portavoz de la representación empresarial en la negociación y componente de Avecal, resalta que "respetamos la convocatoria de huelga, porque los sindicatos están en su legítimo derecho, pero entendemos que esta acción no es coherente". En este sentido, subraya que el ámbito de la negociación no está cerrado, y que "nuestra intención es seguir dialogando hasta alcanzar un acuerdo que sea beneficioso para todas las partes". En opinión de la patronal, añade, "la propuesta que hemos dejado encima de la mesa pensamos que es buena, pero seguimos abiertos a negociar".

Los sindicatos han anunciado la celebración de asambleas en los próximos días con el objetivo de explicar los puntos de desacuerdo y motivar a los trabajadores para que la jornada de huelga sea un éxito. A partir de ahí, de no mediar un acercamiento, se plantearían nuevas movilizaciones.