Huida récord

La crisis energética duplica la fuga de clientes del mercado regulado de la luz

La tarifa PVPC pierde en seis meses más de un millón de usuarios hasta un total de 8,8 millones, mientras que el mercado libre escala a su máximo histórico con 19 millones de clientes

La crisis energética duplica la fuga de clientes del mercado regulado de la luz.

La crisis energética duplica la fuga de clientes del mercado regulado de la luz.

Sara Ledo

La crisis energética marcada por la invasión de Rusia en Ucrania ha duplicado la huida de clientes de la tarifa regulada de la electricidad, que ha pasado de una fuga de 450.000 usuarios entre junio y diciembre de 2021 a otra de más de un millón en los seis meses siguientes, según los datos oficiales publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En un año su cuota de mercado pasa del 40% al 30% de consumidores.

La tarifa regulada se dirige únicamente a pequeños hogares y pymes -menos de 10 kilovatios de potencia contratada- y su importe depende directamente del precio que marca el mercado mayorista de la luz. Por su parte, la tarifa del mercado libre toma como referencia el precio de la tarifa PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) y le añade un margen, por lo que aunque se trata de un precio más estable también es más caro. Numerosos informes publicados por el regulador han avalado la PVPC como la tarifa más barata.

Sin embargo, el disparate de precios de los últimos meses, unido a algunas medidas del Gobierno --como el recorte de beneficios a quienes vendan su energía más allá de los 67 euros por megavatio-hora-- ha intercambiado las posiciones. En 2021, tras el incremento de los precios de la electricidad a partir de la primavera, los clientes con tarifa regulada pagaron de media un 20% más, mientras que los del mercado libre se beneficiaron en su mayoría de unos precios artificialmente reducidos porque aún no habían no interiorizado el alza del mercado y, al mismo tiempo, se vieron beneficiados por la rebaja de impuestos y de los costes regulados por parte del Gobierno.

Esto provocó una fuga de usuarios 'regulados', que se tradujo en la huida de unos 450.000 clientes en seis meses, alentados, además, por el ruido generado alrededor de las nuevas tarifas horarias que entraron en vigor en junio de ese año y las campañas publicitarias de las grandes compañías que ofrecían 'precios estables' en el mercado libre. Pero el gran vuelco se produjo en 2022, cuando un millón de personas se fueron del mercado regulado en los primeros siete meses del año hasta quedar reducido a 8,8 millones en julio, el último mes con datos oficiales de la CNMC. Mientras tanto, la cifra de clientes del mercado libre ha escalado al máximo histórico de 19 millones.

A partir de entonces los cambios parecen haberse mantenido, a tenor de los registros de las dos principales compañías energéticas entre junio y septiembre recogidos en sus resultados trimestrales. En el caso de Endesa, la compañía cedió 602.000 usuarios de este mercado hasta el noveno mes del año, de los cuales 139.000 ocurrieron en el tercer trimestre. Mientras que Iberdrola, de los 395.000 clientes del mercado regulado (aquí también se incluyen sus clientes de gas) que se pasaron al libre, unos 94.000 fueron en los meses de verano. En ambos casos, las dos principales compañías eléctricas en España, ganaron usuarios de este suministro en términos netos. Es decir, sumaron más clientes del mercado libre de los que perdieron en el regulado.

Y todo ello, a pesar de que la evolución de la tarifa regulada de la luz se ha ido tornando en más favorable para el cliente que la del mercado libre: el recibo mediano de la tarifa regulada acumuló hasta octubre de 2022 una subida del 14% (se situó en 58 euros), mientras que el del mercado libre subió el 20% (hasta los 80 euros), según datos de Caixabank Research, a partir de los datos anonimizados de sus clientes.

La salida de clientes del mercado regulado no es nueva y de hecho ese es uno de los objetivos de la liberalización del mercado eléctrico, el problema está en que los intercambios se producen entre compañías de los grupos verticalmente integrados, lo cual no agita la competencia, sino al contrario. De hecho, en los últimos meses han sido constantes las quejas por parte de las comercializadoras más pequeñas sobre que las grandes empresas pueden poner precios más bajos. Si bien en este caso no ha trascendido ninguna investigación por parte del regulador como ha ocurrido en las gasolineras.

Los usuarios del mercado liberalizado son mucho más rentables para las cuentas de resultados de las grandes empresas porque les permiten estirar los márgenes como propietarias de la generación que son, mientras que la tarifa regulada tiene un precio vinculado a la producción del mercado, sin capacidad de ensanchamiento. Con todo, se prevé que el año que viene se le dé el estoque definitivo al crear una nueva metodología de cálculo para la tarifa PVPC que reformulará su cálculo e impedirá acogerse a ella a las empresas medianas, pues, según la propuesta del Ejecutivo, se limitará a usuarios domésticos y microempresas (aquellas con menos de diez trabajadores o con una facturación anual por debajo de los 2 millones de euros).

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