El impuesto al plástico aumenta los costes a los fabricantes y reduce su competitividad

La industria provincial del sector, concentrada en la Foia de Castalla, teme que la tasa dirigida a envases no reutilizables lleve a sus clientes a apostar por otros materiales. Las empresas se quejan de dificultades técnicas para aplicar la normativa

Una empresa de fabricación de envases de plástico en la Foia de Castalla.

Una empresa de fabricación de envases de plástico en la Foia de Castalla. / Juani Ruz

M. Vilaplana

M. Vilaplana

El nuevo impuesto a los envases plásticos no reutilizables va a tener un impacto más que significativo sobre las empresas que se dedican a la fabricación. Así lo denuncian desde la Foia de Castalla, comarca que concentra la mayor parte de este sector a nivel provincial, sobre la base de que la entrada en vigor de esta normativa ya está incrementando los costes de las empresas en materia de gestión, al tiempo que reduce su competitividad. Y es que el principal temor existente entre los fabricantes reside en la más que previsible pérdida de clientes, que podrían decantarse por envases elaborados con otros materiales y que no estén sometidos a esta nueva carga impositiva. La industria también denuncia las dificultades técnicas y administrativas que están encontrando para aplicar la normativa.

Fue el pasado 1 de enero cuando empezó a aplicarse esta nueva tasa, que grava con 0,45 euros el kilo de plástico no reciclado que se utilice en la fabricación de envases no reutilizables. Y ello a pesar de las solicitudes de moratoria lanzadas desde la Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip), al considerar que no es el mejor momento por la actual situación de la inflación, y también porque su aplicación es sumamente compleja. La patronal, además, se queja de que España es el único país de la Unión Europea que ha decidido implantar este impuesto, lo que, critica, supone un agravio comparativo.

La Foia de Castalla es el epicentro en la provincia de Alicante del sector del plástico, con unas 300 empresas dedicadas a esta actividad. Según señala el director de la asociación comarcal de empresarios (Ibiae), Héctor Torrente, la medida ya está teniendo consecuencias negativas en materia de costes, toda vez que las compañías han tenido que reforzar sus estructuras administrativas para aplicar el impuesto, pese a las numerosas dudas y trabas que siguen existiendo. "Resulta muy difícil -explica- determinar con exactitud la composición exacta de los plásticos y, además, obliga a las empresas a realizar una trazabilidad que no siempre es sencilla". Torrente, además, subraya que "se están penalizando fiscalmente los plásticos no reutilizables cuando, en la actualidad, no se fabrica el suficiente plástico reciclado para poder atender toda la demanda existente".

Con todo, uno de los elementos de mayor preocupación para el sector es la pérdida de competitividad. Según el director de Ibiae, "existe un riesgo más que real de pérdida de clientes, porque podrían acabar decantándose por envases elaborados con otros materiales, como es el cartón".

Una opinión muy similar tienen en la empresa ITC Packaging, de Ibi, desde donde resaltan que actualmente trabajan con materiales reciclados, biobasados y compostables, aunque, añaden, su disponibilidad es baja y el precio alto. Además, subrayan que el impuesto tiene una intencionalidad recaudatoria y que, por su propia naturaleza, se prevé que sea repercutido a toda la cadena. En este sentido, consideran que este tipo de políticas tendrían más efectividad si se aplicaran a todos los materiales con los que se fabrican envases y si la recaudación se destinara a mejorar los actuales sistemas de gestión y tratamiento de todos los residuos.

El nuevo tributo encarecerá la cesta de la compra

Los fabricantes del sector advierten de que el nuevo impuesto encarecerá todavía más la cesta de la compra, al entender que acabará repercutiéndose sobre el precio de buena parte de los productos que vayan envasados en plásticos. Uno de los problemas principales es que la mayoría de los polímeros reciclados no son válidos para el contacto alimentario, por lo que estarán afectados por la tasa. 

Desde la patronal Anaip se destaca que el aumento de las materias primas y de la energía ponen muy difícil a las empresas que fabrican envases seguir jugando con sus márgenes y no repercutir este impuesto a sus clientes, por lo que todo indica que el bolsillo de los consumidores se verá afectado por este tributo.

La llegada de esta nueva tasa ha puesto de acuerdo a asociaciones y empresas de sectores tan diversos como la alimentación y bebidas, la cosmética, la distribución y los supermercados, e incluso a los asesores fiscales, que han solicitado sin éxito su aplazamiento y revisión, tanto por lo que supone en materia de aumento de costes, como también por su complejidad. Así lo señala Bernardo Guillem, gerente de Plásticos Inden, de Ibi, quien, aparte de criticar el impuesto, afirma que su aplicación está siendo «caótica».