Inflación, incertidumbre y menos consumo: así fronta el año la economía alicantina

Turismo, juguete, textil o calzado miran de reojo a la desaceleración del consumo mientras la construcción teme el año electoral y las subidas de costes

Una fábrica de calzado en el polígon de Torrellano de Elche.

Una fábrica de calzado en el polígon de Torrellano de Elche. / Matías Segarra

David Navarro

David Navarro

No va a ser un año sencillo y ya van muchos seguidos. Los empresarios alicantinos miran con desconfianza el ejercicio que acaba de arrancar, en el que prevén que la inflación y la incertidumbre vuelvan a marcar el rumbo de sus negocios. Y es que, a pesar de la moderación de los precios de los últimos meses, son pocos los que dan la situación por controlada y, sobre todo, temen las consecuencias que ha provocado el alza del IPC, en forma de subidas de tipos de interés y de una desaceleración del consumo que amenaza directamente la evolución de sectores tan significativos para Alicante como el turismo, el calzado o el juguete.

Por si fuera poco, la cita electoral tampoco contribuirá a mejorar las cosas, ya que los años de elecciones las licitaciones de obra pública se paralizan. Y todo esto sin contar con los problemas propios de la provincia, como la falta de inversión estatal o la amenaza de recorte de los caudales del trasvase, que elevan aún más la incógnita.

Ése es, a grandes rasgos, el panorama que dibujan los dirigentes de las principales patronales sectoriales de la provincia consultados para este reportaje y que, eso sí, se resisten al pesimismo, confiando en que lo peor se concentre en los primeros meses del año y que con la primavera llegue la reactivación.

"Pese a todo, esperamos que la actividad económica de la Comunidad y la de Alicante se resienta menos que otros territorios. En el tercer trimestre hemos crecido por encima de la media nacional y europea y, aunque este año la desaceleración continuará, somos positivos", asegura el presidente de CEV, Salvador Navarro. Así, la patronal autonómica calcula que el PIB podría avanzar en el entorno del 1%. Una cifra baja, pero que elude la recesión que se augura en otras zonas de Europa.

Con todo, Navarro reconoce que en contra de las empresas alicantinas provincia "jugará el aumento de los costes de producción, lo que en muchos casos lleva a una contención de márgenes porque es imposible trasladarlo a precios, y la incertidumbre, porque en estos contextos las empresas arriesgan menos". Unos problemas a los que suma la ya citada falta de inversión pública y el "desacierto en materia hídrica", en relación a las últimas decisiones del Gobierno sobre los caudales del Trasvase del Tajo o la subida del precio de agua desalada. No obstante, también recuerda que es en este tipo de coyunturas cuando también surgen "más oportunidades de crecimiento" y recuerda que las empresas alicantinas "saben moverse muy en contextos como el actual".

Más allá de la visión general, ésta es la situación que pronostican los distintos sectores:

Turistas en el paseo de Benidorm.

Turistas en el paseo de Benidorm. / David Revenga

Turismo: Con la vista puesta en el BCE y el mercado británico

A pesar de un arranque difícil por la explosión de casos de covid que provocó la variante ómicron, los hoteleros reconocen que 2022 "ha sido un año muy bueno", sobre todo gracias a las cifras del verano, que es "cuando se consigue la mayor rentabilidad", según apunta la secretaria general de Hosbec, Nuria Montes. De cara al ejercicio que arranca, los hoteleros ven una situación "muy compleja, porque todas las noticias que llegan sobre subidas de las hipotecas, los tipos de interés y la inflación no son el caldo de cultivo más favorable para que el sector recupere definitivamente las cifras de 2019", según Montes.

Los empresarios no creen que se produzca una debacle, porque consideran que "las vacaciones seguirán siendo una prioridad de gasto para muchas familias", pero reconocen su preocupación. En especial, por la evolución de la economía del Reino Unido –el principal mercado internacional de la Costa Blanca-, que está sufriendo las consecuencias de la inflación con especial dureza, agravadas por los efectos del Brexit. En este sentido, los datos de programación de vuelos del aeropuerto de El Altet tampoco ofrecen buenos augurios, ya que las compañías que operan con las islas británicas han previsto para la temporada de verano de 2023 -del 1 de mayo al 31 de octubre- 1.800.165 asientos, un 8,8% menos de los que ofrecían antes de la pandemia.

Montes cree que la contrapartida podría llegar desde el mercado nacional, ya que, de la misma forma que la pérdida de poder adquisitivo frenará las llegadas de europeos a la Costa Blanca,  también podría reducir los viajes de los españoles al exterior y desviar esa demanda a la provincia. La inflación también podría provocar un adelanto de las reservas, lo que sería positivo.

Una fábrica de calzado en Petrer.

Una fábrica de calzado en Petrer. / Áxel Álvarez

Calzado: Pendientes del consumo de las familias

"Sabemos que la moda no es un bien de primera necesidad y, por tanto, que es de lo primero que recortan las familias cuando vienen las dificultades", resume la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano, sobre las perspectivas del sector para el nuevo ejercicio. Así, tras haber recuperado las cifras precovid el año pasado, los fabricantes de la que es la primera exportación de la provincia –más de mil millones de euros, sólo hasta septiembre-, se enfrentan a la amenaza de una nueva caída en el principal destino de sus envíos, el mercado europeo.

Eso sí, también tienen muy clara la receta para estos casos: seguir con la diversificación de sus destinos, en este caso con la vista puesta en países donde ahora tienen menos cuota, como Japón o Australia, ya que la incertidumbre también atenaza mercados emergentes para el sector, como China, y otros donde podrían crecer pero donde la situación económica tampoco es boyante, como es el caso de Estados Unidos.

Por el lado de los costes, Cano señala que sigue existiendo una "gran volatilidad en el precio de algunas materias primas", aunque en el lado positivo, la firma del convenio colectivo da estabilidad al sector.

Una fábrica del sector textil en Muro.

Una fábrica del sector textil en Muro. / Juani Ruz

Textil: Costes disparados y sin ayudas

En una situación muy similar se encuentra el textil, según apunta el presidente de Ateval, Pepe Serna, con el agravante que el sector sufre con mayor intensidad la subida de los costes energéticos, que ya ha llevado a algunas firmas a plantear ERTES. A pesar de ello, el Gobierno ha dejado a este negocio fuera de las ayudas a las actividades gasintensivas, en una decisión que Serna considera "incomprensible e inaceptable".

Con más de 22.200 ocupados en el conjunto de la Comunidad y una facturación de 2.275 millones sólo en el segmento de confección (un 13,2% más que en 2021), Serna señala que "la incertidumbre es máxima porque realmente es imposible predecir qué ocurrirá".

Una fábrica de muñecas en Onil.

Una fábrica de muñecas en Onil. / Lucio Abad

Juguete: Con las esperanzas depositadas en la exportación

"Las noticias no son muy halagüeñas para el consumo, en general, pero siempre hemos apostado por la diversificación de mercados y puede que la exportación pueda aportar algún crecimiento", asegura el director de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor. En especial, el sector considera que la depreciación del euro puede impulsar las ventas en los países extracomunitarios y en Estados Unidos, al hacer más asequibles los productos europeos. No obstante, Pastor señala que la subida de costes seguirá siendo un problema, aunque tienda a estabilizarse, una situación que tampoco mejorará con la entrada en vigor del nuevo impuesto que grava los envases de plástico con una tasa de 0,45 euros por kilo.

Una factoría de laminación de aluminio.

Una factoría de laminación de aluminio. / Álex Domínguez

Metal: Demasiado stock acumulado

El sector del metal es uno de los primeros que ha empezado a sufrir la desaceleración de pedidos en la última parte de 2022, una situación que se prevé que continúe en los primeros meses de este año, según el presidente de Fempa, Luis Rodríguez. El problema se ha producido por la acumulación de stock de muchos de sus clientes, que decidieron acaparar material para evitar los retrasos derivados de los cuellos de botella que se produjeron al finalizar el confinamiento, y se han encontrado ahora con un exceso de material.

La consecuencia es una caída de la demanda, que ya ha llevado a algunas firmas a ralentizar su actividad y poner en marcha algunos ERTE. No obstante, Rodríguez confía en que la situación empiece a mejorar con el segundo trimestre del año, a medida que se vacíen los almacenes. Eso sí, todo dependerá, insiste el dirigente empresarial, de lo que ocurra en los próximos meses en las principales economías europeas.

Obras en la carretera de Elche a Santa Pola.

Obras en la carretera de Elche a Santa Pola. / Antonio Amorós

Obra pública: Sobrecostes y freno por las elecciones

Las constructoras de obra pública arrancan el año con un doble problema, según expone el presidente de FOPA, Javier Gisbert. Por un lado, las empresas deben afrontar el problema del alza de los materiales, que ha provocado que la mitad de los trabajos ejecutados en el último año "se haya realizado a pérdidas", según explica Gisbert. Aunque el Gobierno aprobó un decreto para que las administraciones actualizaran los precios de las obras adjudicadas, lo cierto es que prácticamente ninguna ha empezado a aplicarlo, por lo que las firmas han tenido que adelantar el dinero con la esperanza de cobrarlo algún día, lo que ha tensionado su tesorería.

Y, por otro, la cercanía de las elecciones supone un freno a la adjudicación de nuevos proyectos –"en el primer año de legislatura, las licitaciones son muy pocas", apunta el empresario-, lo que reduce considerablemente las perspectivas de negocio. Eso sí, como contrapartida, confían en que los fondos europeos empiecen a ejecutarse y animen la actividad.

Inmobiliario: Proyectos en espera de que los precios se estabilicen

Tampoco la construcción de vivienda presenta una situación mejor. Como reconoce el secretario general de la Asociación Provincial de Promotores (Provia), Jesualdo Ros, muchos empresarios han decidido paralizar o posponer el arranque de sus nuevos proyectos "ante la imposibilidad de hacer una previsión sobre sus costes, lo que impide fijar el precio de venta de las viviendas". Y eso a pesar de que la mayoría de las compañías ha agotado por completo todo el stock que tenía disponible de vivienda acabada o en construcción durante el boom de ventas del último año. "Las empresas prefieren no arriesgar, ya aprendieron la lección en otras crisis", insiste Ros.

Una mala noticia ya que esto significa que caerá el empleo en el sector y, sobre todo, podría llevar a ajustes en las empresas que suministran a la construcción.

Cantera de mármol en Monte Coto, en Algueña.

Cantera de mármol en Monte Coto, en Algueña. / Áxel Álvarez

Mármol: Apuesta por la internacionalización para remontar las cifras

El sector del mármol es uno de los pocos que no ha logrado recuperar todavía el volumen de actividad de antes de la pandemia, tal y como señala el presidente de la asociación Mármoles de Alicante, David Beltrá, que cita las subidas de costes, la inflación, la guerra y la inestabilidad de los mercados entre los motivos de esta situación. Desde la patronal están apostando por potenciar la internacionalización como vía para remontar las cifras, una apuesta que confían que contribuya a que la actividad mejore este 2023, a pesar de toda la incertidumbre que existe sobre la coyuntura económica. Oriente Medio, Estados Unidos y Francia son los tres mercados que han puesto en su objetivo.

Un jornalero durante la campaña de los cítricos.

Un jornalero durante la campaña de los cítricos. / Álex Domínguez

Agricultura: Buenos precios para los cítricos, pero con la amenaza al trasvase

Tras un año "desastroso", en el que una primavera excesivamente húmeda y un verano y otoño con demasiado calor han arruinado una tras otra las diferentes cosechas, el campo alicantino llega a 2023 en pie de guerra con el Gobierno por la amenaza al trasvase que supone el borrador de plan hidrológico del Tajo. "Si lo aprueban tal cual será la sentencia de muerte del trasvase y de la agricultura de buena parte de la provincia", asegura el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, que insiste en la inviabilidad de esta actividad sin los aportes externos del acueducto.

A corto plazo, las condiciones climáticas han supuesto una merma considerable de la cosecha de cítricos –la más importante económicamente en Alicante-, pero, a cambio, ha elevado los precios, lo que puede redundar en que los ingresos de los agricultores sean más altos. Un pequeño alivio en medio del mar de dificultades al que se enfrenta el sector, que también sufre por la subida de precio de fertilizantes, plásticos o carburantes.