La incertidumbre económica y los altos costes mantienen el empleo en la industria por debajo de 2019

La agricultura, lastrada por el colapso de los mercados y las malas cosechas, registra la misma situación, mientras que la construcción y los servicios presentan mejores cifras que antes del covid

Trabajadores en la planta logística de una industria textil de la comarca de El Comtat.

Trabajadores en la planta logística de una industria textil de la comarca de El Comtat. / JUANI RUZ

M. Vilaplana

M. Vilaplana

El empleo de la provincia de Alicante ha registrado una rápida y contundente recuperación tras los momentos más complicados de la pandemia, pero no es oro todo lo que reluce. Y es que la mejoría de las cifras está siendo desigual, dependiendo de los sectores. El caso más llamativo es el de la industria, que en la actualidad cuenta con un 5% menos de trabajadores que en 2019, debido a factores que le han impactado de lleno, como el incremento de los costes energéticos y de las materias primas y la incertidumbre que pesa sobre la economía a nivel internacional. También la agricultura sufre el mismo problema, en este caso con un 25% menos de empleados, algo que hay que atribuir al bloqueo experimentado por los mercados europeos a raíz de la guerra de Ucrania y a las malas cosechas generadas por diferentes incidencias meteorológicas. La construcción y los servicios, por su parte, presentan índices de ocupación más elevados que antes de la irrupción de la crisis sanitaria, gracias al buen ritmo en la compraventa de viviendas y al despegue del turismo.

Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que la industria de la provincia de Alicante aglutina en estos momentos a 121.400 trabajadores, lo que supone una mejora del 21% con relación a 2021, aunque sigue estando un 5% por debajo de 2019. Son diversas las causas que han influido para que continúe registrándose este desfase, empezando por la inflación. Según recuerda la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano, "el nuestro fue uno de los sectores que se vio más afectado por las restricciones en la pandemia, lo que generó una fuerte caída de los niveles de ocupación". Desde entonces, el camino no ha resultado fácil, puesto que, apunta, "nos hemos tenido que enfrentar a cuestiones como el incremento de los costes y una incertidumbre económica que sigue estando muy presente. Todo ello ha derivado en una pérdida de competitividad para nuestras empresas, lo que está ralentizando la creación de puestos de trabajo".

En parecidos términos se expresa el presidente de la Federación de Empresas del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), Luis Rodríguez, quien destaca que "todavía estamos sufriendo ajustes y, pese a que hay empresas que han hecho los deberes para subirse el carro de la innovación y la tecnología, hay otras que siguen rezagadas". En este sentido, destaca que uno de los factores que están influyendo en el empleo es "la falta de mano de obra especializada para cubrir algunas ramas de actividad, lo que pone de relevancia la importancia de incidir en la formación".

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval), Pepe Serna, pone especial énfasis en los fuertes incrementos de costes energéticos que han tenido que afrontar las empresas, sobre todo las del subsector de los acabados, hasta el punto de paralizar algunas líneas productivas y forzar la presentación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). De ahí que, recuerda, se esté reclamando al Gobierno la inclusión del sector entre los beneficiarios de las ayudas que se han habilitado a tal efecto.

Agricultura

La agricultura también está rezagada en materia de empleo con relación a 2019, al contar en estos momentos con 18.700 trabajadores en el conjunto de la provincia, lo que supone una cantidad idéntica a la del año pasado, pero un 25% menos que antes de la crisis. Con todo, el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, desvincula a la pandemia de este retroceso. Según sus palabras, "fuimos una de las pocas actividades a las que les fue bien durante el covid, debido a que nos consideraron un sector estratégico".

El menor nivel de ocupación, aclara, está relacionado con dos cuestiones más recientes. La primera de ellas, la guerra de Ucrania, que propició que los cítricos que se cultivan en países como Turquía para el mercado ruso, acabaran entrando en Europa debido al bloqueo comercial, lo que propició una saturación que ha estado penalizando a los productores alicantinos. La otra razón, subraya Andreu, han sido las malas cosechas provocadas por incidencias meteorológicas como las abundantes lluvias de la primavera. "Todo eso -lamenta-, ha propiciado una menor necesidad de mano de obra".

La otra cara la viven la construcción y los servicios. En el primer caso, el número de trabajadores actual es de 62.300, lo que representa un aumento del 28% con relación a 2021 y un 10% más que en 2019, fruto de la demanda embalsada en materia de viviendas, así como del tirón comprador, sobre todo, por parte de clientes extranjeros. Los servicios, empujados por el turismo, contabilizan 610.400 empleados, un 5% más que el año anterior y un 4% por encima a lo que había antes del covid.