El Gobierno despeja el futuro de Stellantis en Vigo con el Perte y la alta tensión

El grupo valora los avances pero insiste en concretar el apoyo a la inversión en las próximas semanas

Panorámica del polígono industrial de Balaídos.

Panorámica del polígono industrial de Balaídos. / MARTA G. BREA

Lara Graña | @lara_grana / José Carneiro

La pandemia global del covid mancomunó por primera vez los esfuerzos de la Unión Europea en favor de un abrupto cambio en los modelos productivos: la agenda hacia la descarbonización ya estaba clara de antes, pero no había, hasta ese momento, fondos habilitados para sufragarla. La invasión de Ucrania, que exhibió a las claras la enorme dependencia comunitaria de la energía exterior, terminó de acelerar este camino. Ahora hay dinero, mucho dinero, sobre la mesa. En esta hoja de ruta están las factorías de vehículos, pieza clave industrial del continente, con planes completos de electrificación que permitirán colmar esas exigencias de Bruselas en clave de emisiones. Pero había un problema grave en la de Stellantis Vigo: cuenta con un suministro eléctrico deficitario, con una potencia de 132 kilovoltios (kV), que causa constantes cortes de tensión y la pérdida de centenares de coches al año. ¿Cómo iba a convertirse en una factoría 100% de vehículos eléctricos si no tiene potencia suficiente para ensamblar los modelos de combustión? Ahora, tras múltiples titubeos, promesas y negativas, el Gobierno central ha garantizado una solución a esta anomalía histórica. La planta de Balaídos tendrá enchanche a la muy alta tensión (220 kV), con una subestación que se va a financiar con fondos comunitarios. Un proyecto que irá de la mano con el Perte VEC (del vehículo eléctrico y conectado), como habían reclamado tanto desde la dirección de la fábrica en Vigo como desde la de la cúpula del grupo que preside Carlos Tavares.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, fue la que despejó ayer este camino. Y de forma rotunda, pese a que ella misma había ejercido de piedra en el zapato para las posibilidades de la subestación, insistiendo en los últimos meses en que Stellantis Vigo no tenía “necesidad” de reforzar su suministro eléctrico y contradiciendo incluso a la ministra de Industria, Reyes Maroto. “Es una subestación clave para dotar a la fábrica de automóviles de Stellantis y a toda la zona industrial de Vigo de mayor seguridad de suministro”, expuso este martes, a preguntas de FARO, tras avanzar esta decisión tras la reunión semanal del Consejo de Ministros. No hay cifras de inversión para este proyecto, aunque Ribera sí anticipó que se utilizarán fondos del Plan REPowerEU, diseñado por Bruselas para ahorrar energía, “estimular la descarbonización industrial” y, a la postre, dejar de padecer los efectos del veto a los combustibles que controla Vladimir Putin.

El procedimiento

Para habilitar la construcción de una subestación de alta tensión es necesario que esta figure en la planificación de la red de transporte que diseña el Gobierno, y que a continuación se remite a Red Eléctrica Española (REE). Se realizan por periodos de cinco años. La de Balaídos, aunque sí fue planificada para el periodo 2015-2020, no figura en la que está en vigor a día de hoy (hasta 2024). ¿Cómo se hará?

En primer lugar, se hará una modificación actual de esa planificación de red, y se ejecutará de forma inmediata. “Antes del 31 de marzo de 2023”, concretaron fuentes de Transición Energética. Este procedimiento no es en absoluto habitual, pero así lo permite el último Real Decreto aprobado por el Ejecutivo para paliar los efectos de la guerra (20/2022). Dice así: “Contempla el lanzamiento de una nueva planificación de la red de transporte de energía eléctrica para dar cabida a las necesidades de refuerzo de la red que se han identificado”. Y continúa: “Mediante este real decreto-ley se introduce un mandato al Gobierno para que, en el primer trimestre de 2023, inicie una modificación de aspectos puntuales de la planificación de la red”. Ahí entrará la subestación de Balaídos, que en su día se había denominado proyecto Nuevo Vigo y se había presupuestado en 66,8 millones de euros. Este proceso excepcional se utilizará de igual modo para levantar una subestación en Sagunto para la planta de baterías de Volkswagen.

Las mismas fuentes del equipo de Teresa Ribera puntualizaron ayer que fue “en el último año” cuando detectaron “una necesidad de refuerzo” de la red de suministro, un extremo que se contradice con dos respuestas por escrito remitidas al Senado y otras tantas misivas enviadas al presidente de la Xunta y al conselleiro de Economía, Alfonso Rueda y Francisco Conde, respectivamente, como desgranó FARO. En todo caso, se trata de una decisión que desbloquea una reclamación que ha venido realizando Stellantis y toda la red de proveedores desde hace más de diez años. “El proceso es el marco adecuado para analizar apropiadamente todas las propuestas y acoger todas las iniciativas que contribuyan a la modernización y descarbonización de la economía”, remacharon desde Madrid. El anuncio fue bien recibido por la compañía, en espera de una próxima concreción administrativa, y por el titular del Gobierno gallego. “Es uno de los temas que le pedí en nuestra primera reunión, una buena noticia para Vigo y para Galicia”, enfatizó Rueda, quien apuntó asimismo que “teníamos una carta en otra dirección, pero me alegro mucho de que hayan rectificado. Es un mérito de todos”, zanjó. También se congratuló el alcalde de la ciudad olívica, Abel Caballero. “Es una gran noticia para la ciudad. Vigo sigue avanzando”.

Las primeras inversiones para la nueva plataforma industrial de Balaídos se ejecutarían ya este verano

El grupo valora los avances pero insiste en concretar el apoyo a la inversión en las próximas semanas

El tiempo corre, más en el sector de automoción, y cualquier proyecto industrial del calado de una nueva plataforma o lanzamiento empieza a trabajarse muchos años antes. En el caso concreto de la STLA Small a la que aspira Balaídos, tres años antes. Fuentes de la multinacional que pilota Carlos Tavares explican que la decisión sobre si se asigna o no este proyecto a la factoría gallega tiene que tomarse en cuestión de “semanas” porque las primeras inversiones en el centro deben ejecutarse ya este próximo verano, aprovechando el parón por las vacaciones de la plantilla en agosto.

Desde el grupo se valora la predisposición del Gobierno para echar una mano a la empresa, después de las desavenencias más o menos públicas entre ambas partes. El enganche de la factoría a la red de Muy Alta Tensión (MAT) de Porriño es uno de los avances de la mesa de negociación, pero no el único. El apoyo financiero del Ejecutivo a la inversión, ya sea a través del Perte o por vía directa a través de los PGE, como ha ocurrido con los 190 millones de euros atribuidos a las inversiones de Volkswagen en Comunidad Valenciana y Cataluña, resulta vital (el grupo pide un porcentaje de ayuda del 25% sobre el total de la inversión), como también las aportaciones a las que se han comprometido la Xunta, la Zona Franca o el propio Concello.

Pero más allá de las manifestaciones de apoyo, antes de tomar una decisión, la palabra más repetida por los responsables de Stellantis es “concreción”, en referencia a las ayudas. La planta de Vigo necesita un sustituto para el Peugeot 2008 (V20), que se tiene que empezar a producir en 2026, y las primeras inversiones tendrán que acometerse el próximo agosto.

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