Entrevista

Luis Planas: "Los adjetivos que se han utilizado con Juan Roig no me han parecido adecuados"

Luis Planas, el pasado jueves, antes de la entrevista.

Luis Planas, el pasado jueves, antes de la entrevista. / FERNANDO BUSTAMANTE

Jordi Cuenca

Nacido en Valencia en 1952, Luis Planas ha sido consejero de Agricultura y Presidencia de la Junta de Andalucía y embajador de España ante Marruecos y la UE. Conduce la cartera de Agricultura del Gobierno de Pedro Sánchez, desde junio de 2018. Por tanto, es uno de los veteranos. Esta semana ha estado en su ciudad natal coincidiendo con dos polémicas de calado. Las críticas por el trasvase Tajo-Segura, que se considera perjudicial para el campo valenciano, y las descalificaciones de la ministra Belarra al presidente de Mercadona, Joan Roig.

¿Por qué ha permanecido el ministerio de Agricultura de perfil en la cuestión del trasvase Tajo-Segura que ha provocado la protesta general de los agricultores alicantinos, murcianos y valencianos?

A mí no me preocupa lo diga el ministro de Agricultura sino lo que piensen los agricultores y lo que el Gobierno de España está haciendo. Y hasta aprobar el tercer ciclo de planificación hidrológica ha habido un intenso trabajo interno como resultado del cual hemos conseguido poder garantizar a todos los agricultores de la Comunitat Valenciana, Murcia y Almería que van a poder regar fuere cual fuere el contexto climático en el que nos encontráramos. Desde 1980, la disminución de la pluviometría media ha sido de un 12 %. Según los cálculos de científicos y meteorólogos que tenemos, puede alcanzar el 14 % o 15 % en 2050. En esas condiciones, tenemos como orígenes los recursos superficiales, las aguas profundas, la posibilidad de regenerar las aguas recicladas o no convencionales y la desalación. Al regante no le importa el origen. Le importa el caudal y el precio. Sobre el caudal, es fundamental mantener ese volumen necesario. En cuanto al precio, habrá un mix entre la utilización del agua desalada, que es más cara, el agua regenerada, que es un precio intermedio, y las aguas superficiales.

A Ximo Puig le han puesto en un aprieto electoral por esta cuestión. Toda Alicante ha protestado. La Generalitat ha decidido, tras no lograr concesiones del Gobierno, poner dinero de sus fondos propios para abaratar el agua desalada. Y está encima de la mesa el recurso judicial. ¿Cómo lo valora?

Creo que quien está en un auténtico aprieto es el Partido Popular, porque ha escogido de nuevo un terreno que le es clásico: las guerras del agua, basadas en sentimientos y no en datos. Ahí la derecha navega muy a gusto. Un dato objetivo. Entre 2014 y 2018, 829 hectómetros cúbicos. Gestión del PP, con meses en los que no funcionó el Tajo-Segura. El PP calla sobre ello. Esa es la realidad de la gestión del agua del PP. Entre 2018 y 2022, 1.229 hectómetros cúbicos. Hemos hecho una gestión favorable y comprometida con el regadío.

Sus socios de Gobierno, Podemos, han criticado al presidente de Mercadona, Juan Roig, al que la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, tildó de "capitalista despiadado". La parte socialista del Gobierno ha rebajado el tono. ¿Qué opina?

Hay una cuestión de forma. Creo que la buena política no utiliza adjetivos, utiliza sustancia, y a mi los adjetivos que se han utilizado no me parecen adecuados. Creo en el respeto y la educación cuando se está de acuerdo y en desacuerdo. Y eso vale para todos. Sobre el fondo, la realidad es que la cadena alimentaria en España funciona muy bien. ¿Qué le hemos pedido?. Que colabore con el Gobierno en la implementación de las medidas que hemos adoptado para intentar moderar el precio de los alimentos. Los datos de que dispongo son que la distribución se ha implicado en la aplicación de las medidas. El problema no son los márgenes empresariales, sino los costes, de los cereales y las oleaginosas, de la energía y de los fertilizantes, particularmente.

Entonces, el señor Roig no es un "capitalista despiadado".

No hago opiniones personales sobre nadie, ni siquiera sobre mi mismo.

Los empresarios han expresado su incredulidad por esas descalificaciones que vienen de una ministra del Gobierno.

Más que criticar a nadie, que no lo veo oportuno, voy a dar mi punto de vista. Creo en una economía y una sociedad que tengan unos servicios públicos fuertes y para eso hace falta que haya una economía competitiva. Lo dice nuestra Constitución: una economía social de mercado y esta se basa en empresas y emprendedores que llevan a cabo una actividad legítima que comporta lograr beneficios. Que se cree riqueza me parece fantástico.

Los precios del transporte van a la baja, los del campo, también, y la falta de suministros como los cereales que vienen de Ucrania o Rusia han logrado sustitutos. ¿Si esto es así, hay que mirar hacia la distribución como causante del problema?

La situación desde el punto de vista económico está equilibrándose y muy posiblemente normalizándose, si se puede considerar normal que tengamos una guerra en Europa. Hemos vivido una subida muy elevada de los precios del petróleo y el gas, que han bajado. Respecto a las materias primas, depende. Hay algunas que continúan en precios notoriamente altos como la colza, el arroz y el trigo duro. Tenemos otras que han vuelto a precios anteriores o se acercan, como el trigo blando, el girasol e incluso el maiz. Estamos en una situación en la que parece que los precios disminuyen y se estabilizan, con la excepción de los fertilizantes, que están dos o tres veces por encima por el amoniaco. La perspectiva es que los precios se estabilicen y vayan bajando progresivamente pese a que el entorno es muy volátil. ¿Cuál es la dificultad de la cadena alimentaria? Muchas veces nos quejamos de que el precio del petróleo no se refleja muy directamente en la estación de servicio, pero en la cadena alimentaria esos reflejos tanto en el alza como en la disminución son más dilatados en el tiempo. Un ejemplo, el maíz o la soja se trasladan a los precios de los piensos y luego al sector ganadero. Se están produciendo unos precios pero aún no se han reflejado a nivel de productor final.

Es decir, que el problema no estaría tanto en la distribución como en las cadenas de valor intermedias.

Yo no identificaría ni con producción primaria ni con industria ni distribución un problema particular. Es un mix.

¿Tienen ya algún aviso de cómo habrá impactado la rebaja del IVA ahora que nos acercamos al final del primer mes de aplicación?

Tenemos la impresión, por datos parciales cualitativos, que las empresas están repercutiendo en el tiquet de compra la bajada del IVA. Muestran señales positivas. La respuesta a su pregunta la tendremos con la publicación por el INE de los datos de enero, que espero y deseo que serán favorables. Podrían bajar en algún aspecto los precios, pero no van a pasar de quince a cero.

"La perspectiva es que los precios de los alimentos se estabilicen y vayan bajando progresivamente"

¿Tendría que haberse extendido la rebaja del IVA a otros productos como la carne o el pescado?

Algunos de los que proponen ampliarlos en realidad están confundiendo lo que es una medida de apoyo a los ciudadanos de lo que son las de apoyo a los ganaderos o los pescadores. En España hemos pagado 169 millones de euros de apoyo al sector lácteo, porque estimábamos que tenía menor margen de rentabilidad, y 193 millones para los sectores cárnicos y de los cítricos. En el caso del pescado, el descenso que ha habido en el consumo no está vinculado al factor precio, sino a los hábitos de consumo. Estamos haciendo un seguimiento cercano. Lo veremos con los datos de febrero y adoptaremos las medidas necesarias para intentar del mismo modo que somos el país de la UE con la menor inflación, también reducir significativamente los precios de los alimentos.

Volviendo a los precios en el campo, los agricultores siguen quejándose de que la ley de cadena alimentaria no soluciona sus problemas de rentabilidad. ¿Qué les puede decir?

Estamos en un contexto muy excepcional en relación con el incremento del precio de los insumos, pero también del coste del transporte y de un factor que no hay que desdeñar, que es el climático. Hemos tenido una reducción este año del 49 % de la producción de aceite de oliva, del 26,5 % de cereales, del 16 % de cítricos… No estamos en un año normal. La ley de cadena alimentaria ha venido a ayudar. No sé qué hubiera ocurrido si no estuviera en vigor, pero sí hago un pronóstico: hubiera ocurrido como en la crisis de 2008 y anteriores. Es decir, el peso del reparto de la cadena lo habría pagado el sector primario. No ha sido el caso.

Ximo Puig le ha pedido extender el tratamiento en frío en Sudáfrica a las mandarinas coincidiendo con la próxima presidencia española de la UE. ¿Qué le ha respondido?

Creo que hay ir más allá y tenemos que jugar fuerte. En tres sentidos. Primero, la consideración de los cítricos como producción sensible de la UE. La Comisión Europea es consciente. No se pueden negociar acuerdos comerciales de futuro sin considerar producción sensible para España y la UE los cítricos. Segundo elemento: los productos importados tienen unas garantías de seguridad alimentaria de los requisitos de la UE. Pero pedimos más, pedimos que sean producidos en esas condiciones. En tercer lugar, la protección frente a epidemias y plagas. La UE tiene una de las legislaciones más estrictas en materia de control de fronteras respecto a países terceros. Hace falta implementarla bien y, cuando es necesario, y lo fue con la falsa polilla de la naranja, que se apliquen medidas como el tratamiento en frío. Como se hizo. Tenemos que ver la incidencia en otros productos y, si es necesario, tomar decisiones.

Se aventuraba una recesión para este 2023 pero ahora parece que España va a esquivarla. ¿Coincide con el nuevo pronóstico?

Si tiráramos de hemeroteca y viéramos las predicciones del PP desde el año pasado, hoy deberíamos estar en una situación de un país quebrado. La realidad es que la EPA de 2022 ha puesto de manifiesto la creación de empleo y el crecimiento económico ha sido del 5,5 %. Si combinamos ambas con el hecho de que la inflación es la más baja de la zona euro nos encontramos en una situación buena dentro de un contexto difícil. Por tanto, se han alejado los fantasmas y gritos agoreros que pensaban que podría haber una catástrofe a nivel nacional. Ahora se han olvidado de lo que dijeron en su momento. La cumbre de Davos refleja muy bien ese sentimiento positivo que viene dado por la resistencia de la economía europea pese a la guerra, por el esfuerzo de la Administración Biden en relanzar la economía norteamericana y el fin de la política de la covid cero en China y la progresiva reapertura de su mercado.

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