Estrategia financiera

La banca se lanza a colocar fondos de deuda como alternativa a pagar por los depósitos

El sector descarta remunerar el ahorro a plazo tradicional de forma generalizada y lleva a sus clientes a invertir en productos más rentables pero de mayores comisiones

Los presidentes del Santander (Ana Botín), BBVA (Carlos Torres Vila), CaixaBank (José Ignacio Goirigolzarri) y Sabadell (Josep Oliu).

Los presidentes del Santander (Ana Botín), BBVA (Carlos Torres Vila), CaixaBank (José Ignacio Goirigolzarri) y Sabadell (Josep Oliu).

Pablo Allendesalazar

Los grandes banqueros del país han confirmado en los últimos días lo que era una evidencia desde hace meses: no están aumentando la remuneración de los depósitos pese al alza de tipos oficiales del Banco Central Europeo (BCE), lo retrasarán todo lo que les sea posible, y en ningún caso será una subida de tipos sustancial ni generalizada. Todo ello a pesar de que el encarecimiento del precio oficial del dinero para combatir la inflación es uno de los factores que explican que las seis grandes entidades alcanzasen el año pasado el mayor beneficio conjunto de su historia: 20.850 millones de euros. Eso sí, en lugar de pagar por los depósitos, están animando a sus clientes ahorradores a contratar fondos de inversión, sobre todo de deuda pública y empresarial o capital garantizado, que les permiten cobrar más comisiones.

Quizá quien mejor resumió la estrategia de la banca fue Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank: "Tenemos que pensar en el interés del cliente, que cuando ahorra es conseguir el mejor retorno, y este no se consigue con los depósitos a plazo. Seguimos creciendo en fondos de inversión, que en este momento tienen atractivo, en particular aquellos que, con subyacentes de corto plazo y alta calidad crediticia como es la deuda del Tesoro, pueden generar unos retornos muy atractivos y además tienen ventajas como la fiscalidad". 

Aún más claro fue Onur Genç, su homólogo del BBVA: "Tenemos otros productos para nuestros clientes, pero pagar por los depósitos transaccionales no está sobre la mesa para clientes minoristas". El ejecutivo, así, apuntó que el sector no tiene necesidad de captar depósitos gracias a su elevada liquidez, con lo que la remuneración de los depósitos no comenzará a subir de forma de forma perceptible hasta mayo, junio o incluso más tarde. Frente a ello, apuntó, su entidad comenzó el pasado junio a lanzar fondos de inversión para clientes que no necesitan sus ahorros a corto plazo y que incluyen deuda pública española. 

"El depósito clásico no es la alternativa más atractiva", abundó César González Bueno, número dos del Sabadell, quien defendió las bondades de los fondos garantizados gracias a su "rentabilidad superior y ventanas en las que se puede contar con la liquidez". También María Dolores Dancausa, de Bankinter, afirmó que está ofreciendo a sus clientes, "como alternativa a los depósitos", productos "mucho más interesantes", como un fondo de deuda pública a 14 meses y fondo de bonos empresariales a 18 meses.  

Más rentabilidad de los clientes

Detrás de esta estrategia está que el alza de tipos del BCE permite a los bancos obtener una mayor rentabilidad de sus clientes, algo que no quieren dejar escapar tras ocho años de precio oficial del dinero en negativo. Así, el tipo medio de los nuevos depósitos bancarios en diciembre fue del 0,64%, frente al 0,06% de un año antes. En el mismo periodo, el BCE encareció el dinero del 0% al 2,5%, el euríbor se disparó del -0,5% al 3,018% (con el consiguiente alza de las cuotas hipotecarias) y el tipo de los nuevos créditos para la compra de vivienda se incrementó del 1,38% al 2,91%

Ello ha provocado un alza generalizada de lo que en el sector se conoce como diferencial de clientes, es decir, el margen que existe entre el tipo medio que les cobran por prestarles y el tipo medio con que remuneran su ahorro. Valga como ejemplo: el de CaixaBank, líder del mercado español, aumentó en 0,36 puntos el año pasado, hasta el 2,18%, porque el rendimiento del crédito subió en 0,5 puntos mientras que el coste de los depósitos apenas lo hizo en 0,14 puntos. "Por supuesto que en algún momento vamos a remunerar el ahorro, pero quiero destacar que, cuando los tipos eran negativos, el BCE nos cobraba pero nosotros no cobramos a los clientes minoritas en España, mientras que en muchos países sí les cobraban", justificó Ana Botín, presidenta del Santander

Las estadísticas de los fondos de inversión de la patronal Inverco dan prueba de la estrategia de la banca. Las nueve mayores gestoras del mercado español, que pertenecen a los principales bancos del país, elevaron en enero su número de clientes en 8.493 respecto a diciembre, hasta los 14,6 millones, y registraron en enero suscripciones netas por valor de 2.790 millones de euros (8.257 millones en entradas y 5.466 millones en retiradas). Para el conjunto de gestoras, por su parte, la cifra fue de 3.202 millones y de forma abrumadoramente mayoritaria (2.726 millones, el 85%) el dinero fue a parar a fondos de renta fija pública y privada.

Interés por la deuda

La deuda del Estado está sin duda de moda, como demuestran las colas en el Banco de España para comprarla o los problemas que ha sufrido la web del Tesoro, dos vías más baratas para adquirirla que a través de los bancos. Según las últimas cifras del Banco de España, los particulares cerraron noviembre con 2.232 millones de euros invertidos en títulos del Tesoro (950 millones en letras a corto plazo y 1.282 millones en bonos y obligaciones de más largo vencimiento). La cifra es 1.222 millones y un 120% superior a la de un año antes y 869 millones y un 63% superior a la de octubre. De hecho, solo en este enero, el Tesoro vendió 400 millones de deuda a través de su web, más que en todo 2022. 

La subida de tipos del BCE —2,5 puntos desde julio, hasta el 2,5%— sí que se ha trasladado al interés de la deuda pública, no como a los depósitos, y explica su mayor atractivo para los hogares. Así, el tipo medio de la deuda en circulación se situó al cierre del año pasado en el 1,727%, desde el 1,636% de un año antes, en la que fue su primera subida desde 2011. Más representativo para entender el renacido interés de los hogares son los tipos de las nuevas emisiones de deuda. Dos ejemplos: el de las letras a seis meses pasó del -0,69% en las subastadas en diciembre de 2021 (el Estado devolvía al inversor menos dinero del que le había prestado) al 2,09% en diciembre, mientras que el de los bonos a 10 años se disparó del 0,39% al 2,9%. 

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