CRECIMIENTO EMPRESRIAL EN EL EXTRANJERO

La empresa española que protege contra la guerra química al ejército de Ucrania

La compañía Hispano Vema abastece al ejército de Ucrania de equipos de descontaminación contra agentes NBQ | La firma nació hace 20 años en la capital aragonesa como proveedora de hospitales de campaña y factura un 15% de forma progresiva desde 2015

Dos soldados ucranianos se descontaminan con equipos de HispanoVema.

Dos soldados ucranianos se descontaminan con equipos de HispanoVema. / HISPANO VEMA

M. Calvo Lamana

Es difícil ponerle coto a la creatividad humana para envilecer el progreso científico utilizando do el arte de la guerra. Ha ocurrido en Ucrania como ya pasó en Siria o en Irak: la guerra química y sus mil agentes ponen en jaque a los ministerios de Defensa de todo el mundo. Con los obuses cayendo demasiado cerca de la central nuclear de Zaporiyia y la amenaza del uso de armas de destrucción masiva, la protección y la prevención contra este modo de hacer la guerra vuelve a la palestra. Y una empresa zaragozana, HispanoVema, conoce bien el asunto. 

Nacida hace 20 años, ha experimentado desde 2015 un crecimiento anual de entre el 15 y el 20% al internacionalizar su mercado. Encontraron un nicho de mercado especifiquísimo que les ha abierto un horizonte: la protección contra la guerra química. La empresa se ha hecho con un contrato para abastecer de equipos de descontaminación contra agentes nucleares, radiológicos y químicos (NBQ) a la guardia nacional del ejército de Ucrania, además de adjudicarse otro con la Unidad Militar de Emergencias (UME) para levantar varias estaciones de descontaminación NBQ de personal y material pesado por un importe de 1,2 millones de euros.

La compañía se ha especializado como proveedora de equipos de descontaminación de agentes químicos, con un abanico que abarca desde mochilas portátiles hasta estaciones de descontaminación masiva, que articulan las capacidades para descontaminar a grandes cantidades de población afectadas por incidentes con agentes químicos, biológicos o radiológicos, tales como el napalm, el gas mostaza o los agentes incapacitantes o nerviosos como el tabún o el gas lacrimógeno.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) española dispondrá de estaciones de descontaminación como la de la imagen, que pertenece al ejército belga.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) española dispondrá de estaciones de descontaminación como la de la imagen, que pertenece al ejército belga. / HISPANO VEMA

"En Ucrania teníamos un cliente con el que teníamos confianza. Habíamos estado montando una estación de descontaminación en Kiev en 2019, por lo que nos conocíamos. Los primeros días de la guerra estábamos a ciegas: no sabíamos nada de él. Pero cuando logramos saber que estaba vivo retomamos la operativa. Queríamos ayudar y hemos vendido equipos al ejército de Ucrania, a la Unión Europea, al Reino Unido o Estados Unidos", explica Rafael Arruga.

"Queríamos ayudar y hemos vendido equipos de descontaminación al ejército de Ucrania, a la Unión Europea, al Reino Unido o Estados Unidos"

En sus inicios, HispanoVema nació como una proveedora de hospitales de campaña para las Fuerzas Armadas y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, aunque aún mantienen su actividad en este mercado. De hecho, durante los peores compases de la pandemia, levantaron en la Comunidad Valenciana tres grandes hospitales de campaña donde ubicar a los enfermos de covid. 

Poco a poco fueron descubriendo que el verdadero mercado estaba fuera. La firma se fue expandiendo en el escenario internacional. Primero en países de Sudamérica y poco a poco tocando otros continentes más lejanos. «En los últimos seis años el crecimiento ha sido exponencial», explica Rafael Arruga, el director de Desarrollo de Negocio de la compañía. Ahora, HispanoVema tiene presencia en más de 40 países en cuatro continentes, con un especial volumen de negocio en África (en países como Congo, Angola, Marruecos, Mozambiaque, Mauritania o Burkina Faso), así como en Oriente Medio (Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes) o en Asia (Vietnam, Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y China). 

Un crecimiento sostenido

Sin embargo, Arruga mantiene que el crecimiento es "sostenido". "Aunque tenemos un crecimiento de la facturación anual de entre el 15 y el 20% desde 2015, al final seguimos siendo una pyme con 20 trabajadores", apunta Arruga. 

El nicho de negocio sobre el que asentar el crecimiento estaba fuera, y la protección frente a la guerra química era una oportunidad de negocio. Se demostró que la apuesta acertada cuando el temor se expandió por los países colindantes a Ucrania cuando Rusia se planteaba utilizar este armamento de destrucción masiva en los primeros compases de la invasión y cuando comenzaron los ataques a la central nuclear de Zaporiyia. La compañía había trabajado con anterioridad como proveedora una rama del ejército ucraniano similar a la Guardia Civil, por lo que pronto se adjudicaron un contrato para abastecer de sistemas de descontaminación de agentes NBQ (nucleares, biológicos y químicos) a la guardia nacional, encargada de, entre otras cosas, la protección de las fronteras.

Equipos de protección radiológica suministrados por HispanoVema en Guangzhou.

Equipos de protección radiológica suministrados por HispanoVema en Guangzhou. / HISPANO VEMA

"La Unión Europea va a llevar hasta el final una política de prevención ante los riesgos de los agentes químicos. Desde el punto de vista geoestratégico, muchos países han tomado decisiones de protección para contra los agentes NBQ. Los presupuestos de defensa se han incrementado en este sentido para estar preparados ante lo que pueda venir", explica el director de desarrollo de negocio de la firma afincada en Zaragoza. Es la conocida como teoría del cisne negro, basada en estar preparadospara la catástrofe pese a que las probabilidades de que ocurra sean mínimas y marca el momento en el que una compañía de estas características debe estar al quite.

El Consejo Europeo aprobó en abril de 2021 un programa de emergencia de 560 millones de euros para la preparación de un contingente para preparar a los países miembros ante a amenaza de los agentes NBQ. "No se había hecho una inversión tan grande nunca y esta se desarrollará en los próximos años. Nosotros podemos y debemos estar ahí", explica Rafael Arruga.

Esta cuantiosa partida, enmarcada dentro de los planes RES EU, también recaló en España. HispanoVema se hizo con uno de los contratos que se ofertaban, licitado por dos millones de euros de un centro de apoyo internacional que se ubicará en España y que gestionará la Unidad Militar de Emergencias (UME).