Alicante solo conserva un tercio de sus sucursales bancarias

Las cuatro grandes entidades ya controlan el 65% de la red en la provincia

El antiguo local de una de las múltiples sucursales que han cerrado en los últimos años en Alicante.

El antiguo local de una de las múltiples sucursales que han cerrado en los últimos años en Alicante. / Jose Navarro

La red de sucursales bancarias de la provincia no deja de encoger. El proceso de concentración de entidades que siguió al estallido de la burbuja inmobiliaria y los progresivos recortes provocados por la digitalización y la caída de rentabilidad que supuso el prolongado periodo de tipos de interés negativos han hecho retroceder el número de oficinas financieras a su nivel más bajo desde septiembre de 1975, antes incluso de la llegada de la democracia. Un proceso en el que, además, se ha reducido considerablemente el número de operadores, hasta el punto de que en la actualidad los cuatro grandes bancos españoles concentran el 65% de todas las sucursales existentes en la zona.

Así se desprende de los últimos datos del Banco de España sobre la evolución de la red que las entidades de créditos tienen en Alicante, que reflejan claramente el cambio radical que ha sufrido la estructura del sector. De esta forma, al cierre del pasado mes de septiembre tan sólo quedaban operativas 600 sucursales en toda la provincia, tras la desaparición de otras 92 delegaciones en los 12 meses anteriores. Aunque, para ser justos, hay que señalar que buena parte de estas clausuras se corresponden con los ajustes derivados de la fusión entre CaixaBank y Bankia, que se ejecutaron en su mayoría en el último trimestre del año pasado. Por el contrario, a medida que avanzó 2022, el ritmo de nuevos cierres ha ido disminuyendo.

En cualquier caso, la cifra de sucursales que permanecen abiertas apenas suponen un tercio de las que llegaron a existir a mediados de 2007, cuando la expansión de las cajas de ahorros se encontraba en su apogeo y se contabilizaban hasta 1.770 oficinas. A partir de ese momento, y con la llegada de la crisis, la cifra empezó a caer de forma constante, con mayor o menor velocidad, dependiendo del momento y, sobre todo, de las distintas fusiones que se han realizado.

Evolución del sector financiero en Alicante

Evolución del sector financiero en Alicante / Información

Pero la red no es lo único que ha menguado en este tiempo. El proceso de reestructuración del sector financiero también ha supuesto un recorte sustancial del número de entidades que tienen presencia en Alicante y ha concentrado la oferta en menos manos. De 53 entidades de crédito que tenían sucursal en la provincia en 2007 se ha pasado a solo 24, y muchas de ellas mantienen una presencia casi testimonial. De hecho, sólo nueve operadores tienen más de 10 oficinas.

El Sabadell vuelve a ser la entidad con más oficinas en la provincia, a pesar de haber realizado algunos ajustes (3), con un total de 139. Una posición de liderazgo que había mantenido tradicionalmente desde que integró el negocio bancario de la CAM y que perdió momentáneamente con la integración de Bankia y CaixaBank. Tras los cierres que siguieron a esta fusión –muchos de ellos para agrupar varias oficinas en una de mayores dimensiones-, la nueva CaixaBank se sitúa en segunda posición, con 111 delegaciones frente a las 185 que contabilizaba el Banco de España un año antes. El BBVA mantiene 76 (seis menos que un año antes) y el Santander, 58 (una menos que en septiembre de 2021).

El local de una antigua sucursal en la ciudad de Alicante.

El local de una antigua sucursal en la ciudad de Alicante. / Jose Navarro

De esta forma, entre los cuatro grandes bancos españoles concentran el 65% de la red, 20 puntos más de lo que sumaban las cuatro entidades con más presencia en el año 2007, todo un indicativo del grado de concentración que se ha alcanzado. Si se le suman las 71 oficinas del grupo Cajamar (incluidas Caixaltea, Caixa Petrer y Caixa Callosa), los cinco primeros bancos acaparan el 75% de las delegaciones, frente al 50% que suponía la misma cantidad de entidades en 2007.

Competir a distancia

Para el director adjunto del Insituto Valenciano de Investigaciones Económica (Ivie) y uno de los mayores expertos en el sector, Joaquín Maudos, este ajuste de la red era necesario "porque había un claro exceso de capacidad, que ha habido que corregir para que el sector sea viable". Además, Maudos recuerda que, a pesar de que el grado de concentración que se ha alcanzado en España "supera claramente la media europea", esto "no implica necesariamente menos competencia. Y más hoy en día donde se puede competir a distancia sin necesidad de que haya una oficina".

En cualquier caso, el experto sí considera que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) debe vigilar que exista suficiente diversidad. Además, Maudos también confía en que las medidas que ha diseñado la banca para evitar la exclusión financiera en los municipios más pequeños corrijan los problemas de acceso a los servicios financieros que el propio Ivie detectó en uno de sus informes.

Ahora la gran pregunta es si el ajuste continuará. Algunos responsables bancarios, como el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, ya han apuntado que 2023 no será un año de grandes recortes, aunque esto no significa que el goteo de bajadas de persiana no vaya a continuar. Así, Joaquín Maudos aún ve cierto margen.

Por el contrario, los sindicatos de los trabajadores del sector consideran que "ya se ha tocado hueso" y que, si los cierres siguen, se agravarán los problemas de atención a determinados colectivos, como los mayores, que ya han provocado protestas, como recuerda el responsable estatal de Sector Financiero de UGT, Victoriano Miravete.

Centros de servicios

En cualquier caso, lo que también parece que sigue es el cambio en el propio concepto de oficina financiera. La mayoría de entidades están optando por delegaciones de mayor tamaño que, además, se especializan en tareas de valor añadido, como el asesoramiento en productos de ahorro o la gestión de créditos, mientras el resto de operativa se deriva a canales digitales o los cajeros. Es el caso de las oficinas Store de CaixaBank. En el caso del Santander han ido un paso más allá, con su modelo de Workcafés. El Sabadell, por su parte, ha optado por limitar el modelo de "megaoficinas" que anunció en 2019 a sólo una por dirección territorial, aunque sí aboga por reformar algunas delegaciones para adaptarlas a los nuevos tiempos, como hará próximamente con una de sus sucursales de Elche y otra de Xàbia.