Los alicantinos se aprietan el cinturón: fuera caprichos y menos dinero para ocio

Hasta el 80% de los consultados asegura que ha empezado a controlar más sus gastos

Un establecimiento con un cartel anunciando las rebajas de invierno.

Un establecimiento con un cartel anunciando las rebajas de invierno. / David Revenga

David Navarro

David Navarro

La inflación empieza a hacer mella en las economías domésticas y ya son pocos los hogares que consiguen escapar a sus consecuencias. Aunque la mayoría confía en que su situación económica personal se mantenga estable o incluso mejore levemente, son pocos los que todavía no han empezado a tomar medidas para reducir sus gastos y adaptarse a lo que prevén que será un año complicado por culpa de las subidas de precios.

Así al menos lo aseguran los consultados por el Club de Marketing del Mediterráneo y Coto Consulting, que ha realizado una encuesta entre los residentes de Alicante, Castellón y València para conocer por dónde irán las tendencias del consumo este 2023.

Y la conclusión no puede ser más clara: hasta un 80,8% de los participantes en el estudio aseguran que ya han empezado a controlar más sus gastos y un 68% afirma que consume o intenta salir menos que antes.

Una mujer paga con tarjeta en una tienda.

Una mujer paga con tarjeta en una tienda. / Matías Segarra

En este contexto de menor expectativa de gasto, los autores del estudio señalan que los consumidores ya no se dejan llevar tanto por la impulsividad, sino que han empezado a comparar antes de comprar (47,8%) o someten las compras a un proceso de reflexión, una opción que refiere el 39,3% de los 400 encuestados en toda la autonomía.

En la misma línea, el 96,9% de los participantes afirma que en su hogar van a llevar a cabo diferentes medidas de ahorro, como no gastar en caprichos o reducirlos al máximo (53,3%) y reducir el ocio en general (39,8%). Eso sí, con algunas excepciones. Así los miembros de la generación Z, es decir, los más jóvenes, que son los que peor han llevado el confinamiento y la reducción de la vida social de los últimos años, están dispuestos a disfrutar más y salir de viaje, por lo que destinarán más presupuesto a esta categoría (23,9%).

Sin embargo, el estudio revela que en las compras del día a día (alimentación, cuidado personal, moda o deporte), la mayoría de encuestados mantendrán el mismo nivel de gasto que en 2022.

Una calle comercial en Benidorm.

Una calle comercial en Benidorm. / David Revenga

Además, la encuesta también señala que los consumidores de la Comunidad se muestran mucho más pesimistas con lo que no pueden controlar, que es principalmente la evolución de la situación económica a nivel nacional y global. Sin embargo, se muestran optimistas con su propia economía, ya que el 41,5% espera mantenerse igual y el 16,5% mejorar. Los que creen que su economía empeorará señalan, como principal motivo, el encarecimiento de los suministros (47%).

Prima el precio

En cuanto al proceso de toma de decisiones antes de realizar una compra, según la encuesta, la mayoría admite que la rapidez sigue prevaleciendo pese al contexto de incertidumbre en la compra de los productos más habituales: el 69,8% realiza la compra justo cuando realiza la búsqueda de un producto o servicio, o bien unas pocas horas después. Por su parte, el precio se consolida como el principal atributo de elección en el proceso de compra, por encima de la sostenibilidad (en el 74% de las respuestas) y de la marca y sus valores (en el 58% de los casos).

Finalmente, sobre los canales de venta preferidos para los consumidores, el estudio concluye que la omnicanalidad se impone en la fase de búsqueda del producto, con cierta preferencia hacia la tienda física, y la fase de compra sigue dominada por la tienda física. Sí que es cierto que los más jóvenes son los más digitales y, por lo tanto, a menor edad adquiere más peso la búsqueda y la compra online.

Sobre los principales motivos que llevan a los consumidores a decantarse por las compras online, los encuestados por el Club de Marketing del Mediterráneo y Coto Consulting destacan la flexibilidad (sin desplazamientos, sin horarios…), la amplitud de surtido y el precio. En cambio, entre los valores que realzan de las tiendas físicas se destaca el hecho de tocar, ver y seleccionar el producto, la disponibilidad inmediata del mismo o que el propio consumidor pueda elegir el producto que va a comprar.