Es difícil calibrar cuánto es consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria, que trastocó por completo toda la estructura del mercado inmobiliario, y cuánto se debe a los cambios sociológicos que se han registrado en la última década, pero lo cierto es que en la última década se han registrado cambios más considerables en la forma en que los alicantinos -y los españoles, en general- acceden a la vivienda. Unos cambios que se traducen en que cada vez más hogares viven en casas alquiladas y también en propiedades heredadas de su familia, mientras que la cifra de los que deben hacer frente mes a mes al pago de la hipoteca se ha reducido notablemente y no por las mejores razones.
Así lo refleja la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas que acaba de publicar el INE, un trabajo que complementa los datos del censo y que, por tanto, supone una buena radiografía de la transformación que se ha registrado en este terreno entre 2011 y 2021.
Y lo primero que cabe destacar es el importante aumento del número total de hogares que hay en la provincia, que este tiempo ha pasado de 738.367 a 766.168. Un incremento que viene dado por el aumento de la población –de 1.852.166 a 1.884.261 habitantes-, pero, sobre todo, por el incremento de los hogares unipersonales, que pasan de 176.476 a 206.314, y de los formados por parejas solas (de 241.509 a 243.685), mientras que se reducen los más extensos. Sin duda, una tendencia reflejo del envejecimiento de la población y de los cambios en los modelos de familia.
Pero, más allá del aspecto puramente demográfico, el mayor cambio se produce en la forma en que estos hogares acceden a la vivienda. Así, la cifra de familias alicantinas que viven de alquiler ha aumentado de unas 79.000 a casi 119.000 en esta última década, o, lo que es lo mismo, del 10,7% al 15,5% del total. Igualmente, hasta 72.487 hogares residen en casas heredadas o donadas por sus familias, casi un 9,5% del total, cuanto en 2011 solo sumaban unos 47.000, el 6,3%.
Frente a estos incrementos, la cifra de alicantinos que vive en casas compradas por ellos mismos y que ya están completamente pagadas se mantiene en el 40%, aunque en términos absolutos crece de 292.505 a 306.824 hogares; y lo que se reduce significativamente es el porcentaje de hogares hipotecados, que pasan del 36,7% al 27,4%, o, lo que es lo mismo de 271.263 a 209.423. Es decir, que hay casi 62.000 familias hipotecadas menos.
Lo que podría ser una buena noticia, por lo que supone de caída de endeudamiento, refleja en realidad las dificultades que han existido todos estos años para acceder a la financiación, que han frenado la emancipación o han obligado a buscar otras alternativas a decenas de miles de familias, tal y como recuerda la catedrática de la Universidad de Alicante y experta en el sector inmobiliario Paloma Taltavull. "La desaparición de las cajas de ahorro ha supuesto también la desaparición de todo el modelo de acceso a la vivienda en propiedad que existía en España y ha provocado un problema muy grave a los nuevos hogares", asegura la experta, que recuerda la importante subida de los precios de los alquileres y la pérdida de recursos que eso supone para estas familias.
Además, Taltavull señala que otra parte importante de esta reducción de la cifra de hipotecados se explica por el gran número de familias que perdieron sus viviendas, como consecuencia del alud de embargos bancarios que siguió al estallido de la burbuja y la llegada de la gran recesión. Un periodo en el que, según los últimos datos del Poder Judicial, se ejecutaron casi 62.000 hipotecas en la provincia.
El estudio del INE ofrece datos desagregados para los municipios de más de 50.000 habitantes, que también resultan ilustrativos de la estructura de la provincia. Por ejemplo, frente a la media del 15,5% de hogares alquilados en el conjunto de la demarcación, destacan las cifras que se registran en algunas poblaciones turísticas, como Torrevieja, donde uno de cada cuatro vecinos vive en una casa arrendada –y hay que tener en cuenta que el informe contempla solo la población censada-, o Benidorm, donde las familias alquiladas representan el 38% del total.
Por el contrario, estas poblaciones tienen menores porcentajes de hogares que soportan una hipoteca. En este caso, la población con más familias con un préstamo pendiente de pago es San Vicente, donde casi un 40% de sus residentes pagan hipoteca, algo normal si se tiene en cuenta que fue una de las zonas donde compraron casas muchas parejas jóvenes en los años del boom. También Alcoy, con un 34,2%, o Alicante, con un 31%, presentan un nivel superior de familias hipotecadas.
Casi 94.000 familias tienen segundas reidencias
La encuesta del INE también ofrece datos sobre el porcentaje de hogares alicantinos que cuentan con una segunda residencia y que asciende a 93.788, el 12% del total. Una cifra que responde exclusivamente a las propiedades que tienen los residentes censados en la provincia, es decir, no cuenta las cientos de miles de casas y apartamentos propiedad de extranjeros o de personas de otras zonas del país que no tienen fijada su residencia en la zona. Curiosamente, el porcentaje de alicantinos con segunda vivienda está por debajo de la media nacional, que alcanza el 15,5%.