Los 1.144 despidos de Ford reducirán en un 10% la carga de trabajo de la industria auxiliar de la provincia

El cese de la producción de dos modelos de vehículos en la planta de Almussafes en su camino hacia la electrificación impactará en la actividad de las 70 empresas proveedoras del metal y el plástico

Trabajadores en la planta de Ford de Almussafes en una imagen de archivo.

Trabajadores en la planta de Ford de Almussafes en una imagen de archivo. / PERALES IBORRA

M. Vilaplana

M. Vilaplana

El futuro de la movilidad, en el actual contexto de lucha contra el cambio climático, está en los vehículos eléctricos, pero el tránsito hacia ese nuevo escenario va a tener dolorosas consecuencias socioeconómicas. Y como muestra, un botón. La multinacional Ford, en su plan para electrificar la planta de Almussafes, en Valencia, anunciaba este viernes el despido de nada menos que 1.144 trabajadores y el cese de la producción de dos modelos de vehículos, el S-Max y el Galaxy, a partir de este mes de abril. Una decisión cuyo impacto no se circunscribirá tan solo a esta factoría, sino también a la industria auxiliar, que, en el caso de la provincia de Alicante, va a reducir su volumen de trabajo alrededor de un 10%.

El gigante automovilístico ha enmarcado el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que pretende aplicar en una reestructuración profunda de sus operaciones en Europa y en un redimensionamiento de su plantilla en España, habida cuenta de que, en ese futuro eléctrico que se está preparando, se necesitará menos mano de obra. Los 1.144 trabajadores suponen casi uno de cada cinco empleos de la factoría, teniendo en cuenta que está compuesta por 5.750 operarios.

Los sindicatos han destacado que la negociación va a resultar complicada, sobre la base de que el volumen de despidos dificulta alcanzar un acuerdo que garantice la voluntariedad del 100% de las bajas a través de planes de acompañamiento hacia la jubilación y bajas incentivadas. Sea como fuere, lo cierto es que el anuncio va a tener un impacto más que considerable en la industria auxiliar de la automoción de la provincia, de manera especial en la comarca de la Foia de Castalla, donde son alrededor de 70 las empresas del metal y el plástico que trabajan para este sector.

Así lo asevera el director de la Asociación de Empresarios de Ibi y la Foia (Ibiae), Héctor Torrente, quien subraya que, no por esperado, va a tener menos consecuencias negativas. Según sus palabras, «las empresas ya han estado notando en las últimas semanas una menor carga de trabajo, debido a que Ford, ante la previsión de dejar de producir estos modelos, ha ido apurando las piezas en stock. En cualquier caso, se trata de una mala noticia que, de entrada, puede mermar la actividad entre un 5% y un 10%, aunque es difícil de calcular».

En cualquier caso, destaca Torrente, lo que más preocupa es el periodo de transición entre el vehículo de combustión y el eléctrico. «Se habla -indica- de 2026, pero lo cierto es que no están claros ni estos plazos ni hacia donde se va exactamente. También falta por ver cual será la demanda de piezas a partir de ese momento, pese a que las empresas de la zona ya han demostrado en más de una ocasión su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos».

Por su parte, el presidente de la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), Luis Rodríguez, no duda a la hora de señalar que «se trata de una noticia muy preocupante, en un sector, como es el automovilístico, que ya viene sufriendo en los últimos tiempos la caída de ventas que ha supuesto tanto la crisis de los componentes como las dudas de los clientes a la hora de decantarse por un tipo de vehículo u otro en esta transición hacia la movilidad eléctrica». Rodríguez, en cualquier caso, también confía en que esta bajada de la producción que se va a registrar en la planta de Ford en Almussafes sea de carácter temporal en su ruta hacia la electrificación, «algo -apunta- para lo que las empresas proveedoras ya se están también preparando».

Alfredo Martínez, por su parte, es el responsable del departamento comercial y de ingeniería de la empresa ibense Faperin, que, a través de intermediarios, fabrica todo tipo de piezas plásticas para diferentes marcas, entre ellas, Ford. El futuro del coche eléctrico lo ve con preocupación, porque, en su opinión, «va a tardar todavía un tiempo considerable para que las ventas pueden equipararse a las de los vehículos de combustión».

Otra esperanza a la que se aferra la industria auxiliar es la gigafactoría de baterías de Sagunto que se anuncia para 2026.

Maroto recuerda que las ayudas están condicionadas al empleo

Poco después de anunciarse los despidos, la ministra de Industria, Reyes Maroto, manifestaba su «máxima preocupación» por el ERE de Ford, al tiempo que recordaba que «las ayudas públicas que está dando el Gobierno para hacer todo el cambio hacia la movilidad eléctrica están condicionadas al mantenimiento del empleo». Así, se puso a disposición de los sindicatos para que «podamos minimizar el impacto del anuncio si se confirma». Por su parte, la portavoz del Consell, Aitana Mas, mostró su preocupación por el ERE, aunque aseguró que respetarán los acuerdos entre sindicatos y empresa. m. v.