Energía

Las medidas 'antiinflación' ahorraron 350 euros en la factura energética en 2022

Medidas como el tope al gas, la rebaja fiscal de la luz y los 20 céntimos al carburante limitaron el recibo de energía de un hogar medio a 2.942 euros

Las medidas 'antiinflación' ahorraron 350 euros en la factura energética en 2022.

Las medidas 'antiinflación' ahorraron 350 euros en la factura energética en 2022.

Sara Ledo

Las medidas del Gobierno para frenar la subida de los precios de la energía han conseguido frenar en alrededor de un tercio el alza de la factura energética de los hogares, según un estudio realizado por el Basque Centre for Climate Change (BC3). En concreto, las medidas 'antiinflación' ahorraron 350 euros a los consumidores en su factura de luz, gas y carburantes que ascendió a un total de 2.942 euros, un 29% más alta que la del año anterior. Sin medidas, el alza respecto al año 2021 hubiera sido del 44% (hasta un total de 3.292 euros).

Entre las medidas figuran la rebaja fiscal de la factura de la luz y del gas (rebaja del IVA del 21% al 5% en ambos casos y rebaja del 5,11% al 0,5% del Impuesto especial eléctrico, así como la suspensión del impuesto sobre la producción eléctrica), el recorte a los beneficios de las centrales nucleares e hidráulicas ante la subida del precio del gas, el tope al gas en la generación eléctrica, regularización de la retribución a la renovables, el límite a la tarifa regulada del gas (la conocida como TUR), la bonificación de 20 céntimos a la gasolina y el diésel, el límite al alza del precio de la bombona de butano y las mejoras en el bono social.

Según el estudio, en los hogares más vulnerables o con menor renta los beneficios han sido mayores. La reducción de la factura energética respecto del gasto supone aproximadamente el 2,5% para los hogares de menor renta y un 0,8% para los hogares de mayor renta, fundamentalmente debido a las medidas destinadas a reducir la factura de la luz, pues en el caso de los carburantes es claramente regresiva. Pero dado que el gasto aumenta con la renta y una parte de las medidas ha tenido un carácter generalista, los beneficios en términos absolutos aumentan según la riqueza del hogar: el ahorro para los hogares más pobres es de 314 euros y para los hogares más ricos de 488 euros.

Por otro lado, los hogares menos afectados por el aumento de los precios son los que están formados por personas mayores que vive solas o cuyos miembros no están activos en el mercado laboral al tener, generalmente, una renta más baja. Los más afectados son aquellos situados en entornos diseminados (rurales) o en municipios pequeños, por la mayor disposición al aumento de los precios de los carburantes.

En el caso concreto de las facturas de electricidad para un consumidor medio --con un consumo de 2.674 kilovatios-hora al año y una potencia de 4,1 kilovatios-- el incremento del gasto ha sido del 15% hasta un total de 947 euros, pero sin las medidas del Gobierno el alza hubiera sido del 35% (1.110 euros). El efecto es diferente según la tarifa. Así, para los consumidores del mercado regulado, con tarifa de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), el alza ha sido del 35%, hasta una media de 975,94 euros (sin medidas ascendería a 1.341,15 euros); mientras que para los clientes del mercado libre el incremento fue del 15% hasta un total de 803,67 euros (sin medidas serían de 91,43 euros).

La tarifa regulada está vinculada directamente a los precios mayoristas y por eso su incremento es mayor, como también lo será la bajada que se está produciendo en los últimos meses en el mercado diario.

Por el contrario, los 1,3 millones de clientes vulnerables y vulnerables severos con bono social eléctrico --que tienen desde el inicio de la guerra una rebaja en sus facturas de entre el 65% y el 80%-- obtuvieron recibos con cuantías inferiores a los del año pasado --403,23 euros en el primer caso y 289,29 euros en el segundo caso--. No obstante, el estudio subraya que un "porcentaje elevado de perceptores no están realmente acogidos a los bonos sociales, por lo que una forma eficaz para proteger a los hogares vulnerables ante las subidas de precios actuales o futuras es agilizar y facilitar todo lo posible el acceso a dichos bonos, incluso valorar la concesión automática a algunos colectivos como, por ejemplo, los perceptores del Ingreso Mínimo VitalFinalmente, los criterios para acceder al bono social han de estar, lógicamente, condicionados a la renta",

En el caso del gas, la factura media ha sido de 1.039,58 euros en el mercado libre, un 34,37% más que en 2021, mientras que en el caso del mercado regulado, la conocida como TUR, ha supuesto un gasto medio para los consumidores de 697,34 euros, un 17,43% menos que el año pasado, pero casi la mitad de lo que hubiera costado si el Gobierno no hubiese intervenido esta tarifa para congelar sus incrementos. Los consumidores vulnerables o vulnerables severos perceptores del bono social térmico --al que da derecho el bono eléctrico-- han podido descontar de esa factura media una cantidad de entre 50 y 498 euros en el primer caso y entre 80 y 797 euros en el segundo caso, en función de su zona climática.

En el caso de los carburantes, el incremento ha sido del 32% en el caso de la gasolina hasta un total de 725 euros por hogar (sin medidas, el gasto hubiera crecido el 44% hasta 792 euros) y del 48% para el diésel, con una factura total de 837 euros (sin medidas, el gasto sería un 61% superior al del año pasado hasta un total de 913 euros).