Transporte

La gran “autopista” eléctrica entre Galicia y Portugal no funcionará antes de 2025

El Gobierno luso prevé dar la licencia a su tramo de 65,8 kilómetros el último trimestre del año y las obras durarán 17 meses | España ya autorizó su línea el pasado diciembre

Imagen del trazado de la "autopista" eléctrica sobre una subestación.

Imagen del trazado de la "autopista" eléctrica sobre una subestación. / FDV / Símón Espinosa

Julio Pérez

Entre otros hitos fruto del acelerón de la transición energética, el sistema eléctrico español batió el pasado año su máximo histórico de producción eólica, con 61.176 gigavatios hora (GWh); y en fotovoltaica: 27.864 GWh. No hubo récord de generación verde porque la tercera pata de las fuentes limpias, la hidroeléctrica, languideció por culpa de la sequía y su aportación se desplomó cerca del 40%.

Con la revisión en estos momentos de los objetivos de potencia en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) hasta 2030 y la apuesta por otras tecnologías sin emisiones como la eólica marina, el hidrógeno y el biogás, el país aspira a convertirse en un polo renovable europeo que permita ofrecer un suministro estable, descarbonizado y barato a las industrias asentadas aquí y al resto del continente.

Los programas de intercambio de energía eléctrica de España con otros países cerraron ya 2022 con el mayor saldo exportador de la historia. Alcanzó los 28.500 GWh, un 71,4% más que el ejercicio anterior, mientras que las importaciones bajaron a la mitad (8.585 GWh), según los últimos datos de Red Eléctrica. Nunca antes se mandó tanta electricidad a Francia y los envíos a Portugal se duplicaron por los excedentes de la producción de Galicia.

La línea eléctrica que va del concello ourensano de Cartelle hasta la freguesía de Lindoso, en el municipio luso de Ponte da Barca, es una de las interconexiones internacionales más relevantes del sistema eléctrico español y la principal arteria del mercado ibérico. Desde el 1 de julio de 2007, los dos territorios son un único espacio eléctrico, “en la expectativa de que de su funcionamiento se derivarían beneficios para los consumidores de ambos países, en un marco de garantía de acceso a todos los interesados en condiciones de igualdad, transparencia y objetividad”. Hay 11 enlaces para intercambiar electricidad a través de Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Galicia, donde existen dos, aunque uno –Conchas-Lindoso– está en desuso. Por la otra, la de Cartelle-Lindoso, la comunidad exportó 4.146 GWh durante el año pasado tras un incremento del 28,5% respecto a 2021; y se importaron 290 GWh, un 58% menos.

Ese nudo de intercambio de electricidad entre Galicia y Portugal se ha quedado cojo. “La gran afluencia permanente de energía en la actual única línea transfronteriza de 400 kilovoltios (kv) en esta zona es responsable en ocasiones de limitaciones a la importación”, señala la Dirección General de Energía y Geología del Gobierno portugués en el relatorio para la autorización medioambiental del proyecto de ejecución de la segunda gran interconexión en el norte del país pactada con el Ejecutivo español. Una gran autopista eléctrica que permitirá duplicar la capacidad de intercambio, pensando en el fuerte crecimiento de la generación renovable en Galicia. Las autoridades lusas aseguran que “en ocasiones” los dos circuitos de la línea “se disparan” a causa, entre otras razones, de las sobrecargas.

El nuevo enlace eléctrico internacional, considerado de interés comunitario por la UE, integra dos tramos. El que discurre por Portugal suma en total 65,8 kilómetros desde Ponte de Lima a Fontefría con 168 apoyos.

“Se prevé que la construcción del proyecto tendrá una duración de 17 meses”

Ejecutivo portugués y Redes Energéticas Nacionais

— REN, Red Eléctrica lusa

Las obras arrancarán cuando se emita la licencia correspondiente, “que está prevista para el último trimestre de 2023”. La línea, por tanto, no entraría en funcionamiento antes de 2025.

La parte española va de Beariz (Ourense) hasta Fontefría mediante dos líneas de 30 y 27 kilómetros y con dos nuevas subestaciones también. La inversión ronda los 55 millones de euros. Recibió hace un año el informe de impacto ambiental favorable y en diciembre la autorización administrativa previa de la Dirección General de Política Energética y Minas del Ministerio para la Transición Ecológica. En este caso, la previsión de Red Eléctrica, encargada de las obras y su funcionamiento posterior, es ponerla en marcha en 2024, aunque su funcionamiento en la práctica dependerá de la entrada en servicio del tramo portugués.

Para encontrar los primeros movimientos de papeles con este proyecto hay que retroceder hasta 2011, cuando tanto España como Portugal realizaron las primeras evaluaciones de la línea, aunque realmente su concepción fue mucho antes. Estaba ya en la planificación eléctrica española de 2008. No ha sido un proceso burocrático fácil, ni tampoco un diseño tranquilo. A los dos lados del Miño hubo que revisar los trazados ante la oposición de algunos municipios –principalmente Arbo en el caso de Galicia– y afinar la unión de la interconexión en la frontera para cruzar sin impacto el río Miño.

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