Tomás Guillén, CEO del grupo IFEDES

Abrir, profesionalizar y desarrollarse estratégicamente

No es fácil abrir el entorno de gobierno de la empresa (especialmente en las familiares) a terceros pero es tan complejo como necesario, para poder dar saltos cualitativos

AEFA e IFEDES celebraron el pasado miércoles una jornada sobre liderazgo.

AEFA e IFEDES celebraron el pasado miércoles una jornada sobre liderazgo.

Una línea más de profesionalización en el buen gobierno de la empresa ante las exigencias competitivas del entorno actual, es la necesidad de abrir las empresas y sus órganos de gobierno para tener otros puntos de vista y otras visiones disruptivas e innovadoras.

No es fácil abrir el entorno de gobierno de la empresa (especialmente en las familiares) a terceros e incluso puede ser incómodo en la medida que puede cuestionar el cómo se hacen las cosas o se toman las decisiones.

Pero es tan complejo como necesario, para poder dar saltos cualitativos en los modelos de gestión la vertebración de la propiedad en la estructura de un Consejo de Administración y su apertura a consejeros externos es clave.

El consejero externo va aportar, una visión crítica objetiva a la empresa en la toma de decisiones, teniendo en cuenta su Know- How y su experiencia en gestión empresarial en diferentes sectores, aportando buenas prácticas y enriqueciendo el repertorio estratégico de la empresa (no puede quedarse solo en aspectos burocráticos o económico-administrativos).

Tomás Guillén, CEO del grupo IFEDES.

Tomás Guillén, CEO del grupo IFEDES.

Su aportación se basa en acompañar a la propiedad en el consejo y a la dirección de la empresa desde el contraste de criterios, promoviendo la profesionalización con la “separación de gorras y espacios” en la gestión y la propiedad. Pero también en la visión del mercado y el modelo de negocio, en potenciar la velocidad de cambio interna de adaptación al mercado, desarrollando el enfoque estratégico de la empresa.

Ayudar a asignar con racionalidad y eficacia recursos sin mayores vínculos personales e influencias que la de maximizar la creación de valor para el accionista/propiedad de la empresa en el medio y largo plazo.

Además, la figura del consejero externo da credibilidad de la función de supervisión respecto a todos los accionistas y ayuda a dinamizar el Consejo apoyando a sus diferentes figuras y asegurando la implantación de una metodología de buen Gobierno con buenas prácticas para su estructuración y funcionamiento en su día a día.

Por todo ello, debemos de ver estos procesos como una inversión (no un gasto) más, para la evolución y desarrollo estratégico de las empresas, especialmente familiares, supone una importante inflexión hacia su profesionalización y el desarrollo de un liderazgo transformador de la propiedad hacia toda la organización y su modelo de negocio.