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Un pueblo en shock por el cierre de Marie Claire: "Será una bomba"

Los vecinos de Vilafranca avisan que la desaparición de la textil hundirá a una zona amenazada por la despoblación. El Ayuntamiento aprobará en un pleno una declaración reclamando medidas para evitar el final de la empresa

Trabajadores de la firma, en un día triste como el de este miércoles en Vilafranca (arriba). Algunos de los vecinos del pueblo (abajo).

Trabajadores de la firma, en un día triste como el de este miércoles en Vilafranca (arriba). Algunos de los vecinos del pueblo (abajo). / Gabriel Utiel

Javier Ortí / Elena Aguilar

Marie Claire y Vilafranca siempre han caminado de la mano. Los últimos 116 años de esta localidad de Els Ports de poco más de 2.200 habitantes han transcurrido en paralelo a una empresa que en sus años de bonanza llegó a emplear a un millar de personas, fue referente mundial en la fabricación de lencería y acuñó aquel célebre eslogan de un panti para cada mujer. Por eso, el anuncio de la compañía de cesar la actividad el próximo 20 de junio si antes no consigue refinanciar su deuda y encontrar nuevos inversores ha dejado en estado shock a la comarca. Y eso que tanto la plantilla como los vecinos aseguran que la decisión no les sorprende. "Se veía venir. Era una muerte anunciada", coinciden.

El grupo B2TEX, propietario de Marie Claire desde hace dos años, comunicó el martes a los representantes de los trabajadores su intención de cesar la actividad a finales de junio, entrar en concurso de acreedores y presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción que afectaría a la totalidad de la plantilla: 280 profesionales, de los que 214 están en la fábrica de Vilafranca. "La empresa nos dice que va a luchar hasta el último momento por evitar el cierre, pero reconoce que la situación es insostenible. Todos sabemos que las posibilidades de que su plan salga adelante son mínimas. Hay más posibilidades de que nos toque la lotería que de salvar Marie Claire. Ojalá nos equivoquemos, pero nos quedan tres semanas de vida", aseguran los delegados sindicales, que insisten en que el cierre será "una bomba de relojería" para la comarca. 

Si en el interior de la fábrica (la plantilla lleva seis meses en ERTE y en estos momentos en Vilafranca apenas trabajan 90 personas) el pesimismo y el desánimo son la tónica dominante, en la calle todo el mundo da por sentado que Marie Claire desaparece. "Estamos hechos polvo. A nadie le sorprende este final, pero aún así da muchísima rabia. Con la muerte de la empresa este pueblo perderá su puntal económico y si cada vez somos menos vecinos, la despoblación se acelerará", comentan varias vecinas del municipio asombradas por la repercusión mediática que ha tenido la noticia. "Este pueblo parece el plató de Sálvame. Hay cámaras de televisión por todos lados", exclaman. 

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Agencia ATLAS

Otro de los que opina que el final de la histórica enseña hace tiempo que estaba escrito es José Ramón Ibáñez. "Ha pasado lo que se veía que tenía que pasar. Da mucha pena, pero es lo que hay. Poco podemos hacer porque la decisión está en manos de otros", apunta este vecino. 

Entre las que tampoco pueden ocultar su tristeza está Patricia Pons. Esta villafranquina sostiene que para su municipio el cierre de la histórica textil es la peor de las noticias. "Para el pueblo las consecuencias serán fatales y también para los municipios de alrededor", explica mientras considera que se hubiera podido hacer algo más de lo que se ha hecho para intentar salvar la compañía.

Sin industria, el pueblo se muere

Juanjo Gil, Enrique Mestre y José Miguel Monfort ahondan en las repercusiones que tendrá para el municipio el más que probable cierre de Marie Claire. "Sabíamos que la empresa iba mal, pero teníamos la esperanza de que con las ayudas oficiales que ha recibido podría salir adelante", comentaron. También reconocen que el sector textil pasa por un momento muy complicado. "Competir con China es imposible", defienden mientras hablan del desastre que supondrá la desaparición de la textil tanto para Vilafranca como para los pueblos colindantes como por ejemplo Iglesuela del Cid y Mosqueruela, ya en la provincia de Teruel, lugares de los que proceden al menos un docena de trabajadores. "Esperemos que salga algo, pero los municipios pequeños si no tenemos industria estamos condenados a despoblarnos y, al final, aquí no habrá nadie", coinciden los tres. 

En Vilafranca quien no ha trabado en la Marie Claire tiene una pareja, un hijo, un padre o un primo en la plantilla. Vicent García, José Vicente Tena y Carlos Monfort, ya jubilados, pertenecen al grupo de los extrabajadores. "Es muy lamentable que se cierre. Durante años y años hemos vivido de la fábrica y gracias a ella esta comarca ha podido salir adelante", sentencian al tiempo que recuerdan los años de esplendor en los que la marca era reconocida mundialmente y cada día decenas de trabajadores de toda la comarca acudían a la fabrica en autobús. 

SOS del Ayuntamiento

Aunque las palabras tristeza, lástima o pena son las que más se repiten, también hay vecinos que defienden que ni la empresa ni las administraciones públicas tienen que darse por vencidos. "Si la empresa tal y como dicen no es viable, que busquen la manera de darle una utilidad y mantener los puestos de trabajo. Aquí hay toda una instalación y unas máquinas que podría tener otra utilidad", argumenta otro viandante.

Silvia Colom, alcaldesa socialista de Vilafranca, tampoco está dispuesta a quedarse con los brazos cruzados y hace un llamamiento a unir esfuerzos, tanto desde la dirección de la compañía como de las administraciones para "encontrar una solución financiera que evite el cierre de la empresa y mantenga el máximo número de puestos de trabajo".

Colom anunció que para hoy jueves ha convocado un pleno extraordinario de urgencia para aprobar una declaración institucional sobre Marie Claire. "Hay que seguir buscando acciones de rehabilitación de la industria y encontrar un inversor que apoye el proyecto para volver a lanzar la marca Marie Claire", apuntó.