Los trabajadores alicantinos se hacen mayores

La cifra de profesionales mayores de 55 años se ha duplicado en la última década

David Navarro

David Navarro

El mercado laboral tampoco escapa del envejecimiento que sufre la población de la provincia, a medida que la generación del "baby boom" –la más numerosa de la historia- va cumpliendo años. Y lo hace, además, a un ritmo vertiginoso, lo que complica enormemente el relevo generacional en un número cada vez mayor de sectores económicos, que tienen cada vez más difícil encontrar a los trabajadores necesarios para sustituir a los que se jubilan.

Sólo en la última década, entre el primer trimestre de 2013 y el mismo periodo de 2023, la población activa de la provincia de más de 55 años ha pasado de 115.000 a 206.900 personas, lo que significa que prácticamente se ha duplicado, de acuerdo con los datos detallados de la EPA que ofrece el Instituto Valenciano de Estadística. En términos porcentuales, los trabajadores más experimentados suponen ya hasta el 21,6% de toda la fuerza laboral alicantina –lo que incluye tanto a los ocupados, como a los parados que buscan un empleo- frente al 12,9% de hace diez años.

Una situación que pone a prueba los resortes del propio mercado laboral, sobre todo si se tiene en cuenta que las nuevas generaciones que se incorporan son cada vez menos numerosas. En el caso de los más jóvenes, los que tienen entre 16 y 24 años el descenso apenas se nota –la cifra pasa de 64.100 a 63.100 personas en esta década-, ya que a esas edades la mayoría sigue estudiando, por lo que no computa como población activa (los residentes en la zona que trabajan o buscan activamente un empleo).

Pero los efectos de la caída de la natalidad si se observan claramente entre la cohorte que va de los 25 a los 34 años, una edad a la que la mayoría ya se ha incorporado al mundo laboral. Si hace diez años este colectivo sumaba 209.500 personas, en la actualidad la cifra ha caído a 168.100. En otras palabras, que la generación más joven es casi un 20% menos numerosa que la que está más próxima a la jubilación.

Si se tienen en cuenta el total de trabajadores por debajo de los 35 años, la cifra de población activa que puede considerarse joven desciende del 30,7% de toda la mano de obra al 24,1%.

La agricultura es uno de los sectores más envejecidos.

La agricultura es uno de los sectores más envejecidos. / JUANI RUZ

"Hay un problema clarísimo de relevo generacional en toda la economía española, que vamos a tener que afrontar en los próximos años. Y la solución no es sencilla, porque todas las opciones suponen un coste económico o social", señala el director de Randstad Research, Valentín Bote.

De esta forma, el experto señala que la primera medida debería ser recualificar al enorme volumen de parados que aún arrastra tanto la economía española, como la alicantina, "lo que supone dedicar muchos más recursos económicos de los que ahora se destinan a esta finalidad y también un esfuerzo personal por parte de los afectados". Junto a esto, Bote también ve inevitable que vengan más trabajadores del extranjero, lo que también implicará un mayor esfuerzo para integrarlos socialmente.

Y, por último, confía en que otra parte del problema se solvente con la robotización, aunque señala que en muchos casos, probablemente, las necesidades de nuevo personal que provocarán las jubilaciones de la generación de "baby boom" llegarán mucho antes de que esté lista la tecnología para sustituirlos. De esta forma, Bote considera que en los próximos años se verá una tendencia a prolongar la vida laboral más allá de la edad de jubilación, algo que ahora es anecdótico en España, pero que ya empieza a ser habitual en países donde el envejecimiento es aún más avanzado, como Japón.

Agricultura

En cuanto a los sectores, la agricultura es la actividad que tiene los trabajadores de mayor edad. Hasta el 37% de la población activa del sector primario alicantino supera ya los 55 años, y si se mira exclusivamente los que están ocupados –dejando de lado a los parados- la cifra se dispara hasta el 49,6%. "La realidad es que la mayoría de agricultores está rozando la edad de jubilación y, si miras los capataces y encargados de finca, la mayoría está entre los 55 y los 65 años. No hay jóvenes que quieran trabajar en el campo", asegura el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, que considera un error la desaparición hace casi dos décadas de los ciclos específicos que existían de FP. Así, Andreu recuerda que en la actualidad la mayor parte de la mano de obra que emplea el sector ya es de origen extranjero, ante el rechazo de las nuevas generaciones "al trabajo manual".

En el caso de la industria, la cifra de mayores de 55 años es algo más moderada pero, aun así, suponen el 22% de toda la fuerza laboral. Eso sí, en el caso de aquellas industrias más intensivas en mano de obra, como el calzado, el problema de la falta de relevo generacional es más evidente. "Todos los padres queremos que los hijos estudien y vayan a la universidad, no se ve la industria como un sector de oportunidad laboral", lamenta Marián Cano, la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal). Desde el sector llevan años alertando del problema y reclamando más ciclos de FP Dual para atajarlo, a lo que acaban de sumar la puesta en marcha de una campaña con el objetivo de atraer a los jóvenes al sector.

Una fábrica de calzado en Petrer.

Una fábrica de calzado en Petrer. / AXEL ALVAREZ

El envejecimiento de la fuerza laboral también avanza en el sector servicios, donde los trabajadores más experimentados han pasado del 11,5% al 21,2% en los últimos diez años. Aunque la EPA no ofrece un mayor desglose, un estudio del Observatorio de las Ocupaciones del Sepe con datos de 2021 llamaba la atención, por ejemplo, de la situación del sector sanitario o de la administración, donde uno de cada diez trabajadores no es que superara los 55 años, es que ya había cumplido los 60.

En paralelo a esta situación, el coordinador de zona de la Fundación Adecco en Alicante, Juan Pablo Martínez, alerta de la persistencia de un fuerte "edadismo" entre las empresas, que impide que muchos de los trabajadores que pierden su empleo en esta etapa de su vida puedan reincorporarse al mercado laboral. Eso sí, una situación que también empieza a cambiar, aunque solo sea por el hecho de que cada vez son más los candidatos de estas edades que llegan a las entrevistas de trabajo, por pura lógica demográfica. "Además, hay empresas que empiezan a valorar las cualidades que aportan estos trabajadores, como la madurez, la experiencia, el mayor control emocional o la estabilidad que aportan a las plantillas, ya que son menos dados a cambiar de empleo que los jóvenes", asegura Martínez.