Una de cada cuatro gasolineras de la provincia de Alicante ya es low cost

La cifra de estaciones de servicio automáticas prácticamente se ha triplicado desde el año 2019, impulsada por la pandemia y la escalada de los precios

Una estación de servicio automática en Alicante.

Una estación de servicio automática en Alicante. / HECTOR FUENTES

A pesar de las reticencias con las que muchos conductores las acogieron al inicio, las denominadas estaciones de servicio automáticas no han dejado de proliferar en Alicante, hasta el punto de convertir a la provincia en una de las demarcaciones donde las también conocidas como gasolineras low cost tienen una mayor cuota de mercado.

En concreto, de acuerdo con los datos facilitados por la patronal Aesae, hasta uno de cada cuatro surtidores que funcionan en estos momentos en la provincia –el 24,9%- ya corresponde a una de estas instalaciones, prácticamente las únicas que han abierto en los últimos años, frente al repliegue que han experimentado las gasolineras tradicionales.

Son siete puntos más que a nivel nacional, donde las estaciones de servicio desatendidas ya suponen el 18,3% del total. Sólo Barcelona, con un 34%, Girona (30,3%), Lleida (30%), Segovia (27,2%), Soria (26,8%) y València (25,5%) cuentan con una penetración mayor de este modelo, cuyo principal atractivo son unos precios entre 10 y 20 céntimos por debajo de la media.

Las estaciones de servicios con las gasolina 95 más barata en Alicante.

Las estaciones de servicios con las gasolina 95 más barata en Alicante. / Información

Como recuerda el presidente de Aesae, Manuel Jiménez, la fecha clave para el despegue de este modelo de negocio en la Comunidad Valenciana fue el año 2018, cuando la Generalitat se vio obligada a derogar la normativa que obligaba a todas las estaciones de servicio a contar con un responsable para atender a las personas con diversidad funcional, y que hasta entonces había frenado el crecimiento del sector. Una disposición que la dirección general del Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pyme de la Comisión Europea consideró contraria a derecho.

A partir de ese momento el número de instalaciones empezó a aumentar de forma progresiva, aunque fueron la pandemia -que puso en valor las características de un servicio que permitía repostar sin necesidad de tener contacto con nadie-, y, sobre todo, la posterior escalada de precios de los carburantes lo que aceleró su implantación. "Cuando los carburantes empezaron a subir, muchos conductores empezaron a mirar qué opciones había en el mercado que pudieran reducir el gasto", reconoce Jiménez.

El resultado es que de las 44 estaciones automáticas con que contaba la provincia en el año 2019 se ha pasado a 113 al cierre de 2022, es decir, casi el triple de instalaciones en menos de cuatro ejercicios. Por su parte, la cuota de penetración –el porcentaje que suponen las 'low cost' sobre el total de surtidores en funcionamiento- se ha incrementado desde el 11% al 24,9% en el mismo periodo.

Las estaciones de servicio con el gasóleo A más barato en la provincia.

Las estaciones de servicio con el gasóleo A más barato en la provincia. / Información

A pesar de que el precio representa su mayor atractivo, Jiménez señala que, "al final, si las estaciones automáticas crecen es porque el modelo también se adapta a las necesidades de los conductores". Por ejemplo, recuerda que muchas gasolineras tradicionales ya funcionan también en régimen de autoservicio, "pero con el inconveniente de tener que pasar por caja para pagar, donde lo habitual es que tengas que hacer cola y que tengas delante a alguien que solo está comprando una barra de pan o cualquier otra cosa de la tienda". Una espera que contrasta con la rapidez de pagar con la tarjeta en el mismo surtidor.

Pero también hay motivos empresariales detrás del éxito de este modelo. Como apunta el presidente de Aesae, los costes de funcionamiento de una de estas instalaciones pueden ser la mitad y hasta un tercio de los de una estación de servicio al uso, lo que facilita su implantación en determinados puntos donde las gasolineras atendidas no son rentables.

En cuanto a las acusaciones sobre la menor calidad del carburante que se sirve en este tipo de surtidores, Jiménez lo niega tajantemente y pone en cuestión los supuestos beneficios de los aditivos que tanto publicitan desde lo que denomina "oligopolio" que rige el mercado tradicional. En este mismo sentido, el empresario señala que son las estaciones automáticas las que realmente están introduciendo la competencia en el sistema.

Pendientes de la evolución del precio del petróleo

A la espera de ver las consecuencias que puede comportar el anuncio de Arabia Saudí de que recortará la producción diaria de petróleo en un millón de barriles, los precios de los carburantes se mantienen en niveles por debajo de los que marcaban antes de la guerra de Ucrania. El litro de diésel se paga en Alicante a 1,420 euros frente a los más de dos euros que alcanzó hace un año y la gasolina 95 está en una media de 1,597 euros, frente a los 2,116 de hace doce meses.