El impacto de la guerra de Oriente Medio en la energía siembra la alarma en la industria alicantina

La preocupación se está extendiendo entre las empresas, principalmente del metal y el juguete, ante el encarecimiento del petróleo- El conflicto amenaza con empeorar aún más las exportaciones del mármol

Operarios en una empresa metalúrgica de la provincia, sector intensivo en el consumo de energía.

Operarios en una empresa metalúrgica de la provincia, sector intensivo en el consumo de energía. / Juani Ruz

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Justo cuando parecía que el panorama empezaba a despejarse para la industria con la bajada de los tipos de interés y una previsible recuperación del consumo, la escalada bélica que se está produciendo en Oriente Medio vuelve a poblar el horizonte de negros nubarrones. Y es que la alarma se está extendiendo entre las empresas de la provincia, que temen que los precios de la energía se disparen si finalmente Israel cumple con su amenaza y acaba atacando las instalaciones petrolíferas de Irán. El aumento de los costes repercutiría en todos los sectores, aunque con una mayor virulencia en el metal, consumidor intensivo de electricidad, así como en el juguete, teniendo en cuenta que el plástico es un derivado del petróleo. También el mármol asiste con especial inquietud a todo lo que está sucediendo, toda vez que la zona de conflicto es uno de los principales destinos de las exportaciones de las empresas alicantinas.

El recrudecimiento que se está registrando en Oriente Medio, con la extensión del conflicto bélico al Líbano, Siria e Irán, amenaza con tener unas consecuencias muy dañinas para la economía. Especialmente en el caso de Irán, teniendo en cuenta que se trata del quinto productor mundial de productos petroquímicos y el segundo de Oriente Medio, con un 27 % del total, tan solo superado por Arabia Saudí con el 50 %. Un ataque contra sus infraestructuras productivas o de almacenamiento, por tanto, generaría un incremento de los precios de la energía a nivel global, con la industria como una de las principales damnificadas.

Así lo consideran, al menos, los diferentes sectores alicantinos, empezando por el metal, uno de los consumidores más intensivos. El presidente de la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), Jorge Ibáñez, no duda al señalar que «todo indica que los costes van a subir y que lo vamos a pasar mal, porque los precios de la energía repercuten mucho en nuestros productos».

Una opinión similar a la de José Antonio Pastor, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), que recuerda que «el plástico es un derivado del petróleo, que ya se está encareciendo». Además, subraya que el conflicto puede volver a dificultar el transporte por el Canal de Suez, al tiempo que apunta a una probable contracción del consumo por efectos psicológicos.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado ((Avecal), Marián Cano, destaca que la escalada está provocando incertidumbre en el sector, sobre la base de que «genera inestabilidad en los mercados internacionales y nuestra industria se nutre precisamente de las exportaciones». Y añade que esa inestabilidad puede derivar en problemas en las cadenas de suministro y en un encarecimiento de los costes energéticos y de transporte, «lo que puede impactar en la competitividad de nuestras empresas», alerta.

Consejo

El Consejo Intertextil Español (CIE) ha aprovechado estos días la celebración de la feria Textilhogar para analizar el conflicto, cuya extensión «está propiciando nuevos focos de riesgo geopolíticos que mantienen la incertidumbre en la coyuntura económica actual», indica Pepe Serna, presidente de este organismo y de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval).

El mármol, que esta semana recibía el impacto que ha supuesto la presentación de un ERE para 224 personas por parte de Levantina, también mira con especial inquietud lo que está sucediendo. El presidente de Mármol Alicante, Luis Horcajuelo, recuerda que Oriente Medio es la zona de mayor consumo de piedra natural y que la probabilidad de que haya un impacto sobre las exportaciones «es muy elevada», asevera.

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