El acuerdo de la UE con Mercosur abrirá un boquete de 25 millones en las naranjas alicantinas

El pacto liberará la comercialización de zumo brasileño en Europa, lo que hundirá los precios de las 100.000 toneladas que se destinan anualmente a la elaboración de este producto en la provincia

Naranjas de la Vega Baja dañadas por un plaga destinadas para zumo

Naranjas de la Vega Baja dañadas por un plaga destinadas para zumo / Áxel Álvarez

M. Vilaplana

M. Vilaplana

El reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur amenaza con abrir un boquete de considerables proporciones en el sector alicantino de las naranjas. Nada menos que 25 millones de euros se calcula pueden llegar a perder los agricultores, toda vez que el pacto liberará la comercialización de zumo brasileño en el ámbito comunitario, lo que hundirá los precios de las 100.000 toneladas que se destinan anualmente a la elaboración de este producto en la provincia. Desde Asaja se reclama a Bruselas mayor protección para la agricultura europea, así como la implementación inmediata de cláusulas espejo para garantizar los estándares de producción.

Fue el pasado mes de diciembre cuando se firmaba este acuerdo que, no obstante, tendrá que superar todavía la tramitación en el Parlamento Europeo. Justo un proceso que los agricultores comunitarios y, más en concreto, los de la provincia de Alicante, confían en que se aproveche para introducir cambios sustanciales, dado que en las circunstancias actuales se teme una entrada masiva de productos procedentes de países sudamericanos que, además, no cumplirán con los mismos estándares de calidad que se exigen en territorio comunitario.

Naranjas recolectadas en Jacarilla que se destinan a la extracción de zumo.

Naranjas recolectadas en Jacarilla que se destinan a la extracción de zumo. / Áxel Álvarez

Uno de los sectores que puede salir más perjudicado es el de las naranjas. Y es que, según explica el presidente de Asaja Alicante y productor de cítricos, José Vicente Andreu, el acuerdo con Mercosur eliminará los aranceles a los zumos exprimidos y congelados de Brasil, lo que tendrá una repercusión directa en las naranjas que se dedican a este producto en España.

En el caso concreto de la provincia de Alicante, de las 300.000 toneladas anuales que se cultivan, alrededor de 100.000, las que tienen un tamaño menor o desperfectos en la piel, se destinan a la industria de los zumos. Pues bien, de confirmarse el acuerdo en los términos en los que se ha firmado, la invasión de los zumos brasileños propiciaría un desplome de los precios, estimándose un impacto, teniendo en cuenta el volumen de la cosecha, que podría alcanzar los 25 millones de euros.

Según Andreu, «en los países que integran Mercosur no tienen las restricciones fitosanitarias ni de sanidad vegetal que se nos imponen a nosotros, lo que evidentemente perjudicará las cotizaciones en origen de nuestros agricultores ante la entrada masiva de productos más baratos, pero también menos seguros».

En parecidos términos se expresa Ramón Espinosa, técnico agrícola y también secretario de Asaja, quien expresa su rechazo al acuerdo, sobre la base de que «nuestro sector vuelve a ser moneda de cambio para otros intereses económicos». Y destaca que si bien el sector del zumo es el que puede verse más perjudicado, también se espera una entrada masiva de cítricos en fresco procedentes de Sudamérica. Con todo ello, exige «la implementación inmediata de cláusulas espejo para garantizar reprocidad en los estándares de producción», de manera que no haya competencia desleal y se equiparen los precios.

Otra voz autorizada es la de José Antonio Esquivá, presidente de la cooperativa agrícola de Bigastro, especializada en cítricos, entre otros productos agrarios. Y señala que «no sabemos a ciencia cierta qué es lo que va a pasar con lo de Mercosur, aunque la música no suena demasiado bien». Sobre todo para un sector, como es el de las naranjas y los limones, que ya cuenta con numerosas amenazas, «El problema que estamos teniendo ahora mismo es el de las importaciones que llegan de países como Egipto o Sudáfrica, con precios muy bajos y problemas de sanidad vegetal que se traducen en la entrada de plagas», enfatiza. Todo ello partiendo, añade, de un último año que para los limones fue el peor de la historia por la cantidad de cosecha que se quedó sin recoger.

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