Propuesta de jornada de 37,5 horas

Todos los convenios laborales tendrán que reducir hasta dos horas semanales

Ocho convenios colectivos que afectan a 78.831 trabajadores de la provincia de Alicante han finalizado su vigencia y se enfrentan a una negociación abierta

Yolanda Díaz: "No se trata de 'echar horas en el trabajo', se trata de ser eficientes"

Sara Fernández

Ana Jover

Ana Jover

Llegar a las 1.712 horas anuales de trabajo o lo que es lo mismo, las 37 horas y media semanales se convirtió ayer en un nuevo quebradero de cabeza para los sectores estratégicos de la provincia de Alicante. La aprobación del anteproyecto de ley para la reducción de la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo, el registro de jornada y el derecho a la desconexión tiene que pasar aún el visto bueno del Congreso, pero mientras se lleva adelante el procedimiento, el empresariado ha empezado a hacer números de lo que supondría esta medida y, las cuentas no salen.

En la actualidad y según los datos facilitados por la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), la jornada media por sectores en la provincia de Alicante es de 39,2 en Agricultura; 39,4 en Comercio; 38,4 en Industria; 39,2 en Servicios y para la Construcción se indica por año (1.736 horas ). En líneas generales, significa que los empleados alicantinos están unas dos horas por encima de la propuesta del Gobierno.

En su momento, tanto la patronal empresarial como las sectoriales ya se mostraron contrarias a la idea. En el caso de los denominados sectores estratégicos como Agricultura, Servicios –con especial atención a hostelería y hotelería – y Construcción adujeron problemas de competitividad.

Ahora nada ha cambiado, pero se convierte en real el hecho de que los sindicatos planteen esta propuesta en los convenios que han caducado. Según la CEV, en Alicante es el caso de cuatro convenios del área de Servicios –Limpieza de edificios y locales, Consignatarios de buques, Supermercados y autoservicios y Transportes de Mercancías por carretera –, uno de Comercio –Minoristas y mayoristas exportadores de calzado –, uno agrario –Actividades agropecuarias – y el de Construcción y Obras Públicas. En estos ocho casos, significa hablar de 78.831 trabajadores. Ellos podrían convertirse en los primeros campos de prueba de la negociación. Para los sindicatos, caso de UGT hablamos de realidades factibles y lo que comparten con el empresariado es la idea de ir «uno a uno».

¿Una medida de empresa?

«Nadie dice quién va a pagar la fiesta», asegura Rosa Sánchez, secretaria general de la Federación del Metal alicantina (Fempa). Sánchez pone voz a un sector bajo el que hay más de 35.000 trabajadores. No es el principal, pero explica a la perfección la complejidad de introducir la reducción de la jornada. «No es lo mismo el metal industrial, que ya estamos en las 37,8 horas semanales (1.752 horas anuales), que el industrial comercial (ferreterías) que son 1.800 horas por año.

«No se puede tomar una medida de empresa, sin la empresa. No es un no rotundo a la reducción de jornada. Es un no rotundo a las formas», concluye. Por el contrario, los sindicatos consideran que la llegada a acuerdos es factible. La secretaria general de l’Alacantí de UGT, Yolanda Díaz, apunta a una cuestión clave. Para la responsable sindical, el problema no es ajustar esa una o dos horas, sino los que como en el caso de Seguridad, «encontramos que a finales de año dejan de trabajar, porque ya han hecho las 80 horas extraordinarias. Para ellos, se abre una oportunidad para negociar en pro del empleo de calidad».

A partir de aquí, es fácil adivinar la complejidad de los tres pilares económicos de la provincia como son la agricultura, los servicios y la construcción. Desde Asaja Alicante, su presidente José Vicente Andreu, explica que «actualmente ya sufrimos una grave falta de mano de obra en nuestras explotaciones y campañas agrícolas. La reducción supondrá, en primer lugar, una subida de costes para los pequeños y medianos agricultores, que tendrán que cubrir las mismas tareas en menos horas de trabajo», además de un aumento de precios para el consumidor en el medio plazo.

Dentro de la industria, un sector clave es el calzado. Cerca de 20.000 personas están bajo sus epígrafes. «La reducción de la jornada laboral va a impactar de lleno en la supervivencia de muchas empresas», asegura Vicente Pastor, presidente de Avecal. «En el caso del calzado no se puede fijar una jornada semanal máxima, tal y como plantea el Gobierno, ya que se debería tener en cuenta el cómputo de horas anuales», por los picos de trabajo. Y así, uno tras otro.

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