La tecnología alcoyana que ha ayudado a reconstruir en tiempo récord el puente del barranco del Poyo

Los trabajos de reconstrucción de la zona afectada por la dana han puesto a prueba la capacidad tecnológica e industrial de las empresas de la Comunidad Valenciana. Y, de momento, parece que están superando la prueba y con nota. Una de las obras más emblemáticas ha sido la reparación del puente de la CV-36 sobre el barranco del Poyo, que ha podido ejecutarse en solo siete meses frente a los 18 habituales, gracias a que se optó por reutilizar el tablero que soporta la carretera y devolverlo a su lugar con unos potentes gatos hidráulicos.

Una compleja tarea en la que también son claves los apoyos elastoméricos que se sitúan entre esta plataforma y los pilares del puente, para absorber las vibraciones producidas por el tráfico o, incluso, movimientos sísmicos. Unas piezas clave que la firma alcoyana Caucho Industrial Verdú se ha encargado de diseñar y fabricar con carácter de urgencia.

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La elección de esta filial del Grupo Soledad -propietario también de Insa Turbo o Confortauto- no es casual. La firma es la líder en el mercado nacional en el suministro de este tipo de materiales, que ha instalado en numerosos viaductos del AVE, en puentes como los de la ronda de Elche y en numerosos proyectos internacionales en países como Serbia, Argelia, Irán, México o Egipto, incluido alguno de los puentes que cruzan el Nilo, tal y como explica el director comercial internacional de Grupo Soledad, Salvador Pérez Lucena.

La obra

El puente sobre el barranco del Poyo sufrió un hundimiento de 2,8 metros y un desplazamiento lateral de más de 80 centímetros como consecuencia de la riada que se produjo la noche del pasado 29 de octubre, que provocó 229 fallecidos. Se trata de una infraestructura vital para los desplazamientos por la zona, por lo que se convirtió en una de las prioridades.

La obra se adjudicó a un consorcio entre Pavasal y CHM -otra firma alicantina-, que, tras analizar su estado, decidieron mantener el tablero del puente, ya que solo había sufrido daños reparables. Eso sí, había que desplazar esta infraestructura de más de 100 toneladas.

Para ello, CHM aprovechó su experiencia en la construcción de túneles de montaña -como los de la autovía a Alcoy o las que ha ejecutado en la Marina- y utilizó unos enormes gatos hidráulicos. Por su parte, Caucho Industrial Verdú se encargó de diseñar y fabricar otra de las piezas clave, los apoyos elastoméricos sobre los que reposa la plataforma y que se encargan de amortiguar la vibración que pasa de esta parte del puente a los pilares para elevar su resistencia.

Unas piezas que siempre se diseñan específicamente para cada proyecto, en función de la carga que debe soportar la infraestructura, las temperaturas y otra serie de condicionantes. En el equipo técnico participaron siete ingenieros especializados de la compañía, además de otro personal que permitió cumplir los plazos que había marcado la administración.

Potencial

Pérez Lucena señala que "proyectos como este reflejan el verdadero potencial de nuestra industria: capacidad de reacción, excelencia técnica y vocación de servicio. La recuperación de una infraestructura crítica en apenas siete meses no es casualidad, sino el resultado del trabajo coordinado de un equipo altamente preparado".

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Caucho Industrial Verdú forma parte del Grupo Soledad, desde donde se desarrollan y suministran soluciones técnicas en más de 30 países, con presencia activa en proyectos desde México hasta Arabia Saudí, colaborando con grandes ingenierías, constructoras y administraciones públicas. Esta vocación internacional se combina con un profundo arraigo local y con una manera de trabajar centrada en la excelencia, la sostenibilidad y la confianza.

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