Brevas a la sombra, granadas como rubíes y aceitunas con agua salada

La Estación Experimental Agraria, ubicada en Elche, realiza ensayos con nuevas variedades, técnicas de riego, mallados y aplicación de sustancias naturales para lograr cultivos más resistentes ante la sequía y el calor

Dos técnicos de la estación realizando pruebas en un campo experimental de higueras bajo malla.

El Conseller Barrachina visita las obras de la Estación Experimental Agraria de Elche / Áxel Álvarez

Miguel Vilaplana

Miguel Vilaplana

El campo alicantino y, por extensión, el de la Comunidad Valenciana, se está enfrentando cada vez a condiciones más extremas de sequía y calor, lo que está poniendo en riesgo la continuidad de cultivos tradicionales, cuyas cosechas se están viendo mermadas como consecuencia de estos factores. Esta nueva situación está obligando al sector a reinventarse, en un contexto en el que la Estación Experimental Agraria, ubicada en Elche, está jugando un papel fundamental realizado ensayos con nuevas variedades, técnicas de riego, mallados y aplicación de sustancias naturales, todo con la finalidad de conseguir cultivos más resistentes y productivos. Brevas a la sombra, granadas rojas como rubíes y aceitunas que soporten el riego con aguas de una elevada salinidad, son algunas de las experimentaciones que se están llevando a cabo.

El campo experimental de granada mollar en el que se buscan variedades que aceleren e intensifiquen la coloración.

El campo experimental de granada mollar en el que se buscan variedades que aceleren e intensifiquen la coloración. / Áxel Álvarez

La de la Estación Experimental Agraria de Elche es una larguísima trayectoria, teniendo en cuenta que sus orígenes se remontan nada menos que a 1928, en la época en que la instalación del bombeo de aguas desde la desembocadura del Segura llevó a realizar ensayos de diversas especies que se adaptaran a la nueva situación. Fue una especie de embrión del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIE), bajo cuyo auspicio funcionan también en la actualidad las estaciones de Carcaixent, Llutxent y Vila-real, así como el Servicio de Transferencia de Tecnología de Moncada.

Según explica el director de la estación ilicitana, Julián Bartual, gran parte del trabajo que está desarrollando el organismo se centra en los efectos provocados en la agricultura por el cambio climático. «Tanto la sequía como el aumento de las temperaturas están afectando a la calidad de la fruta, al tiempo que están apareciendo plagas y enfermedades que antes no existían y que, sin embargo, a partir de ahora van a convivir con nosotros», explica.

Una higuera en contenedor en el campo experimental bajo malla.

Una higuera en contenedor en el campo experimental bajo malla. / Áxel Álvarez

Este es el motivo por el que la investigación se está orientando a la búsqueda de variedades que se puedan adaptar mejor a estas nuevas condiciones, nuevas técnicas de riego que permitan rentabilizar la escasa agua disponible, o incluso la aplicación de sustancias que ayuden a las plantas a resistir las condiciones más adversas. Yo todo ello, preferentemente, centrado en cultivos de fuerte implantación en la zona, como son los higos y brevas, la granada mollar o los limones, entre otros.

En el caso de las higueras, las investigaciones abarcan tanto a las brevas como a los higos. Por un lado, con el ensayo de nuevas variedades y, por otro, con el uso de mallas en cultivos extensivos, con la finalidad de proteger a los frutos de la fuerte insolación y el consiguiente calor. Todo ello, además, vigilando el estrés hídrico de las plantas, el desarrollo de plagas y enfermedades, y el tamaño, firmeza y color de los frutos.

Pruebas para concretar el stado de salud de las higueras.

Pruebas para concretar el estado de salud de las higueras. / Áxel Álvarez

En lo que respecta a la granada mollar, también se está trabajando en variedades que se adapten a lo que demanda el mercado, incluyendo el característico color rojo. Según señala Bartual, «el problema con el que se están encontrando los productores es que, debido a que las temperaturas nocturnas son ahora más cálidas, la granada tarda más en coger el color. De ahí que estemos buscando variedades que se adapten mejor y cojan coloración de manera más rápida».

Otro de los campos en los que se está trabajando es en diversos tratamientos destinados a que la planta pueda defenderse mejor de las nuevas plagas, y que ofrezca una mayor respuesta al estrés provocado por el calor y la radiación. Entre los diferentes productos con los que se está experimentando, destacan los extractos naturales de plantas.

Los técnicos de la estación, asimismo, están trabajando en distintas fórmulas con la finalidad de optimizar recursos hídricos, ante la evidencia de que cada vez van a ser más escasos, atendiendo a los recortes que se vienen aplicando en el trasvase Tajo-Segura y los largos periodos de sequía.

Uno de los proyectos busca encontrar variedades de olivo resistentes al riego con aguas salinas.

Uno de los proyectos busca encontrar variedades de olivo resistentes al riego con aguas salinas. / Juani Ruz

Así las cosas, el objetivo es aplicar lo que se denomina agricultura de precisión, por medio de la implantación de sensores en el suelo y con mediciones en las plantas para comprobar cuál es la respuesta.

Olivos

Entre los proyectos que se están desarrollando también destaca el que afecta a los olivos. El incremento de los costes de producción agrícolas de los últimos años, junto a la escasez de mano de obra, han propiciado que tanto en el Camp d’Elx como en otras zonas de la Comunidad Valenciana se esté incrementando el abandono de tierras, siendo una de las posibles alternativas la implantación del cultivo del olivo en superintensivo, toda vez que su alto nivel de mecanización propicia que se reduzcan para el agricultor los costes de mantenimiento.

El obstáculo, una vez más, es el del agua, tanto por la escasez como por la baja calidad creciente debido a esa carestía. De ahí que la estación, junto con dos de las almazaras más representativas de la zona, hayan establecido un campo de ensayo experimental con diferentes variedades autóctonas de interés agronómico y comercial, que además sean resistentes a las aguas pobres. En este sentido, y según destaca Julián Bartual, se van a utilizar para el riego aguas salinas, con la finalidad de evaluar el comportamiento de los árboles y encontrar aquellas variedades que se adapten mejor.

La Estación Agraria Experimental, asimismo, trabaja en otros proyectos relacionados con la alcachofa o el tomate de Muchamiel, así como en el control de enfermedades como la cochinilla roja de la palmera o la avispilla del almendro. 

La reforma de la sede, a punto de finalizar

La reforma a la que se está sometiendo a la Estación Experimental Agraria está en su recta final. De no surgir contratiempos, la actuación, que ha requerido de una inversión de 3,2 millones de euros por parte de la Conselleria de Agricultura, estará finalizada este próximo mes de septiembre.

Las obras están afectando a los dos edificios del complejo, todo con el objetivo de mejorar las infraestructuras, así como ampliar las capacidades de formación, investigación y divulgación. En el inmueble principal, entre otras cuestiones, se incluirá un nuevo salón de actos, salas de reuniones y un aula de informática, mientras que el segundo contará con vestuarios, zonas de almacén y diversos despachos.

Todo ello en un marco en el que el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIE), del que depende la estación, contará este año con un presupuesto de 20,48 millones de euros, frente a los 18 millones de 2024, según ha informado el conseller Miguel Barrachina.

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