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Sector primario

La crisis climática ya pasa factura al campo español, que cada año pierde unos 550 millones de euros

La plantación de cultivos a mayor altitud, junto con el diseño de nuevas variedades adaptadas al calor y la instalación de tecnología, forman parte de la estrategia que el sector ha adoptado para tratar de mitigar la situación

Una vaca pasta tras el paso del incendio en el municipio zamorano de Porto.

Una vaca pasta tras el paso del incendio en el municipio zamorano de Porto. / Emilio Fraile / Europa Press

Barcelona

Las estrategias para combatir los efectos del cambio climático sobre la agricultura, posiblemente el sector que primero y más directamente está notando el impacto de las olas de calor y los fenómenos meteorológicos extremos, se están desplegando por tierra, mar y aire. Y es que el campo español suma anualmente unas pérdidas de unos 550 millones de euros anuales, es decir, los productores han dejado de ingresar en torno a un 6% de lo que ganaban hace solo unos años, según un estudio publicado por uno de los principales sindicatos del sector, la Confederación de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Solo en 2023, el año de la gran sequía, el sistema de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) pagó la cifra récord de 1.200 millones de euros en concepto de indemnizaciones por los cultivos dañados.

"Está claro, y se ha visto estos días con los incendios del noroeste de España, que el cambio climático lo tenemos ya aquí", subraya Javier Fatás, responsable del área de Medio Ambiente en ese sindicato. "Y esto ya va más allá de las políticas que se puedan hacer en términos de población rural o de ayudas a las producciones", agrega Fatás. Se trata del inicio de una cuenta atrás contra la que agricultores y ganaderos han empezado ya a tomar cartas en el asunto. De entrada, son varias las empresas del sector que han llevado sus cultivos a terrenos más frescos, con temperaturas más moderadas, yendo hacia fincas situadas a altitudes más elevadas o hacia suelos ubicados más al norte.

También se ha avanzado en el desarrollo de nuevas variedades de cultivos, mejor adaptadas al entorno, como los trabajos que lleva a cabo el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA), en Catalunya, que ya ha presentado dos nuevas tipologías manzanas más resistentes a las altas temperaturas. Hay empresas, como la cadena Ametller Origen, que cuenta con un centro de investigación en Cabrera de Mar (Barcelona), en el que estudia cómo conseguir un buen rendimiento de las producciones con las nuevas condiciones climáticas. Y, en las granjas, el uso de la tecnología se ha generalizado, no solo para climatizar las instalaciones (y reducir así el gasto energético), sino también para dosificar el agua que beben los animales o para poder asegurar el bienestar animal en caso de que llegue, por ejemplo, una tormenta.

Bajada del rendimiento y de la calidad

Todas estas innovaciones se ha acelerado, más si cabe, en los últimos tiempos, después de que los científicos hayan alertado de que una subida media de temperaturas de 1,5ºC se traduciría en una bajada apreciable de los rendimientos y de la calidad de la producción. "Se podría llegar a perder más de un 10% de la superficie más apta para los vinos de calidad en toda España y un 80% de la superficie de variedades de olivo como hojiblanca o manzanilla en Andalucía. También podrían llegar a bajar en torno al 8% los rendimientos del trigo", alertaba el responsable del departamento de Riesgos Agrarios de COAG, Pablo Resco, en la presentación de uno de los estudios de que dispone la organización agraria.

Con un incremento de 2°C, agregó Resco, podrían peligrar las dehesas de encina en la parte occidental de Andalucía o Extremadura, podría llegar a descender más de un 15% el rendimiento de cereales como el trigo en algunas regiones, la superficie de viñedo de alta calidad podría reducirse en un 20%, y en el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo.

En ese mismo estudio, titulado 'Impactos del cambio climático sobre la agricultura española', se estima que las mayores pérdidas irán asociadas al incremento del estrés hídrico en los cultivos, debido al aumento de la evapotranspiración, que se producirá por la subida de las temperaturas y el descenso de las precipitaciones. Los daños se podrían incrementar aún más por la mayor incidencia de plagas y enfermedades, que en el caso del trigo podría llegar a aumentar en un 60% las pérdidas actuales con un incremento de 2°C.

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