El temporal de frío y nieve que ha condicionado los primeros compases de 2021 ha disparado el coste de la electricidad. El precio de la luz ha aumentado casi un 30% en lo que va de año, según Facua, y los consumidores tendrán que rascarse el bolsillo para abonar la próxima factura. Claro que no todos pagarán el mismo peaje por aclimatar su hogar. Mientras millones de economías domésticas sufrirán un incremento generalizado del recibo, el gasto podrá ser amortiguado en aquellas viviendas proyectadas especialmente para reducir el consumo y alcanzar mayores niveles de eficiencia energética. Se trata de una corriente al alza que encuentra su paradigma en las Passivhaus o casas pasivas, que permiten ahorros energéticos de hasta el 75% en comparación con la construcción convencional. El diseño de casas, bloques de pisos y hasta complejos de oficinas a partir de los estándares más exigentes en materia de sostenibilidad se erige ya como una tendencia que se extiende por la geografía nacional después de triunfar en las economías más avanzadas del entorno europeo.

La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) calcula que en España existen 10 millones de edificios que suman 26 millones de viviendas. El 55% fueron levantados al margen de cualquier reglamento relacionado con criterios de eficiencia energética, un 40% con la normativa básica de 1979 y solo el 5% a partir de los sucesivos códigos técnicos de edificación aprobados desde 2006, que incluyen ciertos parámetros en sostenibilidad. La estadística refleja que el parque inmobiliario, en su inmensa mayoría, carece de elementos relacionados con la arquitectura bioclimática y, según la Unión Europea, los edificios son los responsables del 36% de la emisión de gases de efecto invernadero. Con el objetivo de revertir esa realidad, Bruselas ha armonizado una política común en materia inmobiliaria. Desde el pasado septiembre, cualquier licencia de obras visada en territorio nacional está supeditada a a la nueva directiva, que persigue reducir el consumo eléctrico con la vista puesta en la autosuficiencia y las energías limpias. «Lo óptimo es aislar muy bien el edificio, que tenga una buena orientación y buenos materiales para disminuir la necesidad de aportes energéticos de fuentes externas, pensando siempre en que la mejor energía es la que no se consume», indica la responsable de Medio Ambiente de la CNC, Begoña Leyva. De hecho, el Gobierno central quiere aprovechar los fondos europeos para seguir avanzando en esta senda, hasta el punto de que tiene previsto destinar 5.300 millones a un plan de eficiencia energética que podría beneficiar a unas 480.000 viviendas.

Una vivienda

Mientras eso llega, la adaptación de las promociones de viviendas al nuevo reglamento se está materializando ya en la incorporación de pequeñas plantas fotovoltaicas, instalaciones de geotermia o dispositivos de aerotermia. Incluso algunos residenciales están incluyendo pequeños aerogeneradores. TM Grupo Inmobiliario, con sede en Torrevieja, y que desarrolla promociones en la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Andalucía, es una de las firmas que se ha adelantado a la aplicación de las nuevas normas para el sector de la construcción. Lo ha hecho reforzando el aislamiento de las viviendas con materiales de mayor espesor, disponiendo ventanas que incluyen tres capas de vidrio y que, además, cuentan con un sistema de control solar para evitar el recalentamiento en verano, e incluyendo aerotermia como solución para reducir en tres cuartas partes el consumo de aire acondicionado, calefacción y producción de agua caliente sanitaria. «Lo que indica el nuevo reglamento es que debes aislar mejor el edificio para que pierda menos energía y consuma menos, y que la generación de agua caliente se produzca empleando entre un 5% y un 10% más de renovables. El incremento de costes de aplicar estas medidas se puede cifrar entre un 2% y un 4% sobre el valor total. Nosotros hemos ido un paso más allá con la aerotermia, que en una vivienda de tres dormitorios puede ahorrar unos 40 euros al mes en electricidad», señala el subdirector de la promotora, Manuel Fernández-Figares.

Precisamente, ahorro energético, sostenibilidad y sensibilidad medioambiental son tres de las premisas que desde hace 25 años promueve el estándar Passivhaus, el más exigente en materia de eficiencia . Desde la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) de España, con 800 socios entre técnicos, arquitectos, promotores y constructores, explican que los edificios de esta tipología consiguen reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración y la poca energía suplementaria que requieren se cubre a partir de renovables. Los cinco principios básicos que cumplen las construcciones de este tipo son incluir un muy buen aislamiento térmico, ventanas y puertas de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, hermeticidad del aire y sistemas de ventilación mecánica con recuperación de calor, es decir, un dispositivo por conductos que llegan a todas las estancias y renuevan el aire, pero manteniendo invariable la temperatura. 

Placas solares

Según datos de la agrupación, en la actualidad hay más de 138.000 metros cuadrados certificados como Passivhaus en España, repartidos en 141 proyectos. «Las previsiones para los próximos dos años es que alcanzaremos más de 367.000 metros cuadrados en 298 proyectos, lo que evitará el consumo de 12,89 millones de kWh cada año y se dejarán de emitir 2.451 toneladas de CO2 anuales a la atmósfera», destacan desde PEP. Sus estadísticas apuntan a que en los últimos dos años se ha certificado la misma superficie que en los ocho anteriores. «Cada vez existe un mayor interés por el Passivhaus y no solo de particulares, sino también de las administraciones», sostiene Arturo Andrés Jiménez, integrado en la junta de gobierno. Aunque el estándar comenzó a implantarse en el norte de la Península, ya ha llegado a prácticamente todas las comunidades. Desde la plataforma subrayan especialmente los ejemplos de País Vasco, Navarra o Aragón, «comunidades punta de lanza que han apostado por este estándar tanto a nivel público como a nivel privado».

El edificio Flumen, en construcción en Zaragoza, será el primero destinado a VPO que contará con el certificado Passivhaus Plus del país. Incluye placas fotovoltaicas en la cubierta y tendrá cero emisiones. El bloque ha sido proyectado por Grupo Lobe, empresa dedicada al diseño, construcción y comercialización de viviendas que apuestan por la eficiencia energética como valor diferencial y que se posiciona como un referente en el sector del Passivhaus , con promociones en puntos como Zaragoza, Madrid y València. Fuentes de la compañía que dirige Juan Carlos Bandrés detallan que ya han certificado 750 viviendas de este tipo en el país. Si se suman los proyectos que tienen en marcha, la cifra se eleva hasta los 2.076. 

Sistema interno

Pedro Arconada es propietario de una Passivhaus desde hace nueve años en Carrión de los Condes (Palencia). Es una vivienda que, según dice, ha llegado a ser visitada hasta por delegaciones de Japón interesadas en este tipo de construcción. Calcula que la factura de la luz decrece entre un 70% y un 80% en comparación con una casa convencional. Lo sabe por experiencia propia y, también, porque trabaja como técnico certificador de obra ligado al Passivhaus Institut. «Es como un plan de pensiones. Cuando te compras una vivienda, tienes una hipoteca en el banco, con un plazo estipulado, pero la hipoteca energética la tendrás toda la vida y, de esta forma, se reduce mucho», dice con relación al pago de facturas por suministro. También Ramón Campo se ha beneficiado de las ventajas de la construcción eficiente al transformar las oficinas de su firma, Innovafoto, con la filosofía Passivhaus. Ubicado a a pocos kilómetros de València, fue el primer edificio empresarial en el país, levantado en 2006. «Lo más importante es crear una envolvente que haga un efecto cueva para conservar la temperatura. En una construcción normal lo habitual sería pagar facturas de luz de hasta 2.000 euros, mientras que aquí no se abonan más de 300 ó 400 euros», recalca. Lo más importante, enfatiza, es la máquina de ventilación, «el pulmón que impide que se pierda el calor y el frío, y mantiene una temperatura estable», prosigue. 

El creciente interés por esta nueva tipología de viviendas está favoreciendo que nuevas empresas se sumen a esta forma de construcción eficiente, como Passivhaus Mediterráneo, que abre cada día las puertas de su casa piloto en Torrellano, en Elche, para mostrar a los interesados las posibilidades de estas construcciones. En este caso, la propiedad incluye paneles fotovoltaicos y baterías que acumulan la electricidad. «La factura energética nunca pasa de 35 euros mensuales, buena parte de los cuales hay que recordar que son impuestos. Hablamos de precios de construcción de 1.350 euros por metro cuadrado con todo, al margen del terreno», apuntan desde la constructora que, como muchas otras, empiezan a sumarse ya a la corriente que busca continuar cimentando el consumo cero.