Lo que empezó como un modesto proyecto de unos amigos enamorados de las plantas aromáticas se ha convertido 35 años después en una potente empresa, referente internacional en plantas olorosas y medicinales. Herbes del Molí, que ha hecho de la agricultura ecológica y la calidad sus señas de identidad, exporta en estos momentos a los cinco continentes y es la proveedora de las marcas blancas de algunas de las principales cadenas de supermercados. Pero todo ese crecimiento no le ha hecho perder sus raíces ni su compromiso social con el territorio que la vio nacer, toda vez que, desde su sede en el municipio alicantino de Benimarfull, de apenas 400 habitantes, emplea a más de 70 personas del ámbito rural, contribuyendo de esta forma de manera decisiva a combatir la despoblación.

Una empleada envasando hierbas elaboradas por la empresa. | Juani Ruz

Herbes del Molí nació en 1986 de la mano de Ismael Corberá. y su mujer, Boel Scott, quienes siguen al frente del negocio, y un amigo. «Éramos -señala Corberá- tres jóvenes apasionados de las hierbas aromáticas que decidimos impulsar un proyecto común después de dedicar un tiempo a recorrer el mundo y aprender sobre el uso de las plantas en diferentes culturas. A partir de ahí, pusimos en marcha esta aventura en un emplazamiento que considerábamos perfecto, un antiguo molino harinero con más de 500 años de historia, rodeado por las sierras de Mariola, Benicadell, La Safor, Almudaina y Aitana, conocidas todas ellas por la variedad y calidad de sus hierbas aromáticas y medicinales. Como digo, el enclave ideal desde el que recuperar y compartir la sabiduría popular mediterránea».

Preparación de cúrcuma en las instalaciones de la empresa. | Juani Ruz

Hoy, 35 años después, las cosas han cambiado mucho, toda vez que la empresa ha ido creciendo de forma progresiva, hasta convertirse en un referente a nivel tanto nacional como internacional en el mundo de las hierbas aromáticas y medicinales, así como en agricultura ecológica. Corberá destaca que están certificados según la normativa europea, y que, además, siguiendo la línea de respeto al medio ambiente, «fuimos la primera firma española en obtener el reconocimiento Fair Wild, que asegura que la recolección de recursos silvestres es respetuosa con el entorno y asegura su sostenibilidad. Nuestra empresa, consciente de su responsabilidad, también ha apostado en su trato con proveedores de zonas desfavorecidas para seguir los principios del comercio justo, estando igualmente certificados en Fair Trade como importadores y transformadores».

Hay que reseñar, en este sentido, que Herbes del Molí tiene la mayor parte de sus plantaciones en el entorno de su sede de Benimarfull, concretamente en municipios como Agres, Alfafara, Banyeres, Alcoy, Aielo o Albaida, aunque recurre a otros lugares de España e incluso a otros países para abastecerse de hierbas que no encuentran en esta zona su hábitat adecuado para desarrollarse.

Y todo ello bajo unos estrictos parámetros de calidad. «Elaboramos nuestros productos -indica el propietario de la empresa- de forma rápida y cuidadosa, para que no pierdan sus propiedades ni sus aromas. En ningún caso utilizamos aromas artificiales. Además, contamos con un laboratorio que realiza más de 3.000 analíticas al año, precisamente para certificar la calidad. Al final, ése es el secreto de nuestra empresa».

El director general, Alberto García, explica que la firma cuenta en estos momentos con dos marcas. La primera, denominada Herbes del Molí, especializada en herboristería, con 175 referencias, y la segunda, bajo el nombre Artemis, dedicada a la alimentación, que dispone de 200. También elaboran y envasan para terceros, concretamente para las marcas blancas de algunas de las principales cadenas de supermercados, así como para firmas dedicadas a la comercialización de este tipo de productos. Entre los diferentes artículos que elabora la empresa figuran cápsulas, infusiones, tés, tisanas, especias, graneles, aceites esenciales, bolsas de plantas, productos de aromaterapia y pirámides.

«En 2020 -subraya García- facturamos alrededor de 6,5 millones de euros, y el 30% de nuestra producción fue al extranjero. Estamos presentes en los cinco continentes, aunque Europa y Estados Unidos son nuestros principales clientes». El director general, además, afirma que la crisis generada por el coronavirus no les ha afectado, «porque, aunque ha habido una caída de la restauración, se ha visto compensada por el incremento del consumo en los hogares».

El éxito que está teniendo Herbes del Molí y su crecimiento imparable no le ha hecho perder el contacto con el territorio al que está apegada desde su nacimiento. Una prueba de ello son los 70 trabajadores que prestan sus servicios en la empresa, que incluso se incrementan en medio centenar más en plena temporada de cultivo y recolección. Y, además, la inmensa mayoría con una característica común, puesto que viven en el ámbito rural. El director general señala que «estamos muy vinculados a esta zona, y por eso también apostamos por la gente de aquí. Nuestros empleados proceden del propio Benimarfull, así como de poblaciones de los alrededores como Beniarrés, Planes o Agres, además de algunos de Muro o Alcoy. Siempre intentamos, como digo, buscar a personas de nuestro entorno, con el añadido de que existe una paridad prácticamente total entre hombres y mujeres».

La empresa, de esta forma, contribuye de forma decisiva a la lucha contra la despoblación, factor éste que es el principal peligro que azota a las zonas rurales, donde los jóvenes se ven obligados a marcharse a vivir a las grandes ciudades por falta de oportunidades en sus respectivos pueblos. Así lo señala Cristina Francés vecina de Agres que, a sus 48 años, lleva siete trabajando en Herbes del Molí. «El campo -señala- no da para vivir, y, si no fuera por empresas como esta, que apuesta por la gente de la zona, no tendríamos otro remedio que marcharnos de aquí para buscarnos el sustento». La alcoyana Paula Gisbert, de 32 años y cinco en la firma, se expresa en parecidos términos, indicando que «la empresa tiene mucha interacción con la zona y, además, ofrece oportunidades en materia de promoción interna».

En el ámbito de la responsabilidad social corporativa, la firma ha creado también la Fundación Herbes del Molí Organic & Cultural World Center, que tiene como misión facilitar el intercambio y la transmisión de conocimientos a través de la docencia, el estudio, la investigación y las relaciones interpersonales, fomentando la implantación de sistemas sostenibles relacionados con la agricultura ecológica, las plantas medicinales, las energías alternativas y el uso racional de recursos.