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Los felices años 20

¿Estamos en el siglo XXI o en los felices años 20 del siglo XX? ¿Volverán los años locos (roaring twenties)?

Los felices años 20

Ha llegado marzo y estamos muy cerca de la primavera. La tercera ola de nuestra crisis pandémica está de capa caída. Podemos tomar un café y disfrutar de una charla con amigos (hasta cuatro) en una terraza al aire libre. El calorcito vendrá poco a poco, el sol brilla como nunca. El optimismo vital comienza a calar en la sociedad. Queremos viajar, convivir, bailar, divertirnos. Estamos tan hastiados de nuestro pasado reciente que nos parece que todo lo que venga solo puede ser mejor. 

Pero, ¿será así? ¿Estamos en el siglo XXI o en los felices años 20 del siglo XX? ¿Volverán los años locos (roaring twenties)?

Sobre este aspecto y en el ámbito económico se ha escrito ya mucho. Como estamos justo al inicio de esta década, las predicciones son solo eso, predicciones. Y ya saben ustedes, y posiblemente me esté repitiendo, que los mejores economistas son los que hablan de historia, porque tratar de hacer predicciones sobre el futuro no es lo suyo (dicho con absoluto cariño a los excelente profesionales del sector y a la «bruja Lola»).

En relación con hechos históricos, aquel periodo fue considerado un valle entre la primera guerra mundial y la segunda contienda que marcó el primer quinquenio de los años cuarenta del siglo pasado. Además, la gripe del año 1918, enmascarada en la Primera Guerra Mundial, acabó con la vida de 50 millones de personas (frente a los 20 millones del conflicto bélico). A partir de la finalización de la guerra se inició un periodo expansivo que acabó con el jueves y posterior martes negro de octubre de 1929, el crack bursátil que arruinó a muchas empresas, inversores y que dio a la humanidad de bruces contra la realidad.

En el actual siglo, tras la crisis de las puntocom del año 2001 se produjo la crisis financiera y económica que datamos en 2008. Cuando estábamos en pleno proceso de recuperación, nos ha abordado nuestra propia pandemia que ha generado una nueva crisis económica y social. Tan impactante como una guerra en el aspecto económico. Se trata de un black swan (cisne negro) o evento impredecible que de manera cíclica nos sorprende para cambiar o alterar el orden establecido.

Como referente de aquella época tenemos a Henry Ford, fundador de Ford Motor Company. Es el paradigma del cambio e innovación en los sistemas de producción con la cadena de montaje e industrialización entre ellos. Esto provocó la reducción de costas que, junto con el aumento de la producción, generó importantes beneficios a las compañías y la democratización de bienes de consumo. Es la época donde la radio y otros electrodomésticos fueron accesibles a un mayor número de personas, facilitado todo ello por la posibilidad de compra a plazos o la financiación de las adquisiciones de estos bienes. 

¿Cuál es la transformación que está marcando este momento? ¿Quién es el Henry Ford de los actuales años 20? Pues podríamos pensar que es el 5G o la velocidad en la transmisión de datos lo que está marcando y marcará esta década. Pero en mi opinión nos estaríamos centrando solo en la red de transporte, por llamarlo de alguna manera, en las necesarias autopistas para que la información circule por la nube a una velocidad 100 veces mayor que la actual. Esto es evidente que facilitará el Internet de las Cosas (por ejemplo, hará factible los vehículos sin conductor, públicos y privados, por la precisión de localización de los mismos). Pero la verdadera revolución es la Inteligencia Artificial. Y los datos que la misma necesita para desarrollarse.

A nivel regional, los actores principales son los hippies de Silicon Valley y los aguerridos programadores chinos. La batalla será ganada por estos últimos salvo que cambie la mentalidad de los primeros y se incremente la agresividad del empresariado norteamericano ( hay que «achinarse» en este sentido). Europa ocupa un lugar secundario y esa debería ser nuestra preocupación.

Si tratamos de personalizar este cambio nos vienen a la mente empresas como Apple, Google, Microsoft, Facebook, Amazon, Alibaba, Cisco, Tencent, etc. Y sus CEO al frente como Jeff Bezos, Jack Ma, Larry Page…

En lo cultural, discúlpenme, pero al menos de momento perdemos por goleada en los actuales años 20, aunque es cierto que estamos en los albores de la década. Vienen a mi mente los geniales Charles Chaplin, Pablo Picasso y los escritores y poetas de la Generación del 27.

Estamos deseosos de vivir el desenfreno y la relajación moral de aquella época. Hablar de charleston y jazz nos transportan a ese momento donde dejarse llevar era la pauta. De seguro que lo haremos y con sentido de la responsabilidad en los próximos meses.

Pero aquella fue, además, una época donde lo peor de la humanidad se fue gestando. Los nacionalismos y el racismo tuvieron un momento álgido en aquella década que luego eclosionó en los años 30 y nos condujo la Segunda Guerra Mundial.

Hoy estamos observando cómo la crisis económica y sanitaria está generando una crisis social y moral. Los nacionalismos tienen un caldo de cultivo excelente y estamos observando, sin reaccionar en mi opinión, como están ganando cuota de poder a pasos agigantados. Los peligrosos populismos son nuestro pan de cada día. Hace 100 años del modelo «WASP» (blanco, anglosajón, nativo y protestante) y del KKK. Si miramos lo que está ocurriendo con el supremacismo blanco trumpiano las similitudes son preocupantes. Diez décadas después.

No está siendo tratado como debería el problema y espero que sus consecuencias no sean tan nefastas como en otros períodos, pero hay que ser conscientes de la situación y aplicarnos a solventarlo.

Estamos a tiempo. 

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