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La otra factura de la luz

España tiene 641 operadores alternativos de energía con sus propias tarifas y condiciones

Un hombre lee un libro a la luz de una bombilla

Los operadores de energía alternativos no son unos recién llegados en el mercado eléctrico: algunas compañías, como Gesternova, llevan más de una década ofreciendo sus servicios a los hogares españoles. Sin embargo, ganaron en protagonismo en enero, con la subida de la tarifa de la luz en plena ola de frío por la borrasca Filomena.

Como recordaba desde sus redes sociales una de las comercializadoras más populares, Holaluz, la factura para los consumidores con tarifa ligada al mercado regulado y al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) se encareció, mientras que las cuotas de los alternativos permanecieron estables. Tomando la media diaria, el pico se marcó el viernes 8 de enero, cuando el precio por MWh alcanzó los 94,99 euros, según el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE). Atendiendo al dato horario, el máximo superó los 121 euros un día después.

El precio de la luz no es constante: varía en función de factores como la demanda final de energía o (como sucedió con Filomena) las condiciones climatológicas, que influyen en el mix energético, es decir, en el peso que tienen las distintas fuentes de la energía que se consume. Renovables como la solar o la eólica, que abaratan los costes de generación, no producen la misma energía los 365 días del año y no se pueden controlar como las fósiles o la nuclear. Los vaivenes se reflejan en las subastas del mercado diario, donde se negocia la energía con una antelación de 24 horas. Con este sistema, que comercializan los cinco grandes grupos eléctricos (Endesa, Iberdrola, Naturgy, Repsol y EDP), los precios diarios que paga el consumidor en el mercado mayorista se contratan un día antes. Para los 10,7 millones de hogares acogidos al PVPC, los récords de enero supusieron abonar unos 80 euros en el recibo mensual, frente a los 67 euros de media correspondientes al mismo periodo de 2019, según cálculos de la organización de consumidores Facua. Por su parte, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, situaba entre cuatro y diez euros el dinero que se pagó a mayores.

La cosa cambia cuando se trata del mercado libre. Lo que comercializan los operadores alternativos son ofertas cerradas, con un precio de kWh concreto que generalmente garantizan durante un año y luego van actualizando. El coste de la energía depende, en este caso, de las distintas ofertas que planteen la infinidad de empresas que existen en España. En total, según el censo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), hay 641 comercializadoras de energía eléctrica. Una cifra que choca con la realidad que plantea este mismo regulador: solo una de cada cuatro familias conoce la diferencia entre contratar la electricidad en el mercado libre y hacerlo en el regulado.

En un contexto en el que el propio consejero delegado de Endesa, José Bogas, reconoció -en una entrevista concedida a Activos- que para entender la factura de la luz hay que hacer un máster, las comercializadoras alternativas se presentan como la piedra de Rosetta de tan complejo jeroglífico. La sencillez, tanto en las condiciones de las ofertas como en la facturación, es una de las virtudes que suelen poner en valor, junto con la transparencia. Otra de sus principales bazas frente a las eléctricas tradicionales es la garantía de encontrar un precio por KWh «estable todo el año». Además, el reclamo de la energía 100% renovable y limpia, que muchas de ellas proporcionan, motiva a clientes concienciados con la sostenibilidad.

El hecho de esquivar las fluctuaciones del mercado mayorista y la apuesta generalizada por la energía verde son variables que pueden llevar a pensar en una mensualidad más barata -de hecho, así lo afirman la mayoría de estas compañías en sus webs-. Sin embargo, la realidad es que las alternativas no logran batir al PVPC. Los datos de la CNMC correspondientes a mediados de 2020 revelan que en el mercado regulado el gasto medio por mes en suministro eléctrico de un hogar estándar fue de 37 euros, con un consumo promedio de 188,1 kWh/mes. A su vez, en el mercado libre el gasto medio mensual fue de 56,3 euros, con un consumo de 214,4 kWh/mes. Por su parte, en los análisis de Facua las tarifas del mercado libre ocupan siempre los primeros puestos en el ranking de las más caras, por encima de las del mercado regulado.

Esto se debe a dos razones fundamentales, en opinión de Julio Usaola, catedrático del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid e investigador responsable del Grupo de Redes y Sistemas de Energía Eléctrica. «El PVPC es más variable, aunque a largo plazo sea más económico. Por esta razón, si se quiere un precio plano, la comercializadora trata de no correr riesgos y ofrece un precio más alto de lo esperado. Otra razón es que los costes de comercialización están fijados por ley en el PVPC, en tanto que el mercado libre no lo están», explica.

A la hora de escoger, Usaola aconseja leer bien la letra pequeña del precio, las condiciones y la combinación con otras ofertas. «Lo mejor es que compare su tarifa actual y las otras que puede encontrar en la CNMC con lo que le saldría con el PVPC», asegura este experto.

A examen

Para tener una comprobación real de precios y condiciones, Activos ha hecho simulaciones con tres de estas compañías independientes. El perfil del hogar es de una potencia de consumo contratada de 3,3kW, un gasto medio mensual en mercado regulado de entre 50 y 55 euros (impuestos incluidos) y un consumo promedio de 217 kWh/mes. En las tarifas elegidas se omiten las planas o con discriminación horaria; y con respecto a las compañías, se excluyen las que pertenecen a algún gran grupo (por ejemplo Pepenergy y EnergyGo de Grupo MasMóvil; o CHC, de EDP).

La primera es Holaluz. En el caso de la tarifa «Clásica», en la que se abona a mes vencido y se facturan los consumos registrados en el contador, el precio por kWh que garantizan para el primer año es de 0,1760 euros, y el coste promedio mensual asciende a 56 euros. Al testar la tarifa «Sin Sorpresas», en la que se calcula una cuota fija personalizada con base en el consumo anterior, la mensualidad saldría a 55 euros (impuestos incluidos). En este caso, al cabo del año la compañía revisa el consumo real y regulariza los pagos: si ha consumido más de lo previsto, el cliente debe abonar la diferencia; si ha consumido menos, se le abona.

La prueba continúa con Gesternova, una de las primeras alternativas en ponerse en marcha, en 2005, y la segunda mejor valorada por los usuarios según una encuesta de la OCU de 2020. En este ranking de satisfacción se sitúa por detrás de Som Energía, una cooperativa de consumo que requiere a los clientes ser socios para acceder a sus servicios. La oferta de Gesternova seleccionada es «Me Cambio», la tarifa fija con un precio de 0,12450 euros por kWh. La contratación de esta tarifa tendría una mensualidad estimada de 58,51 euros (impuestos incluidos).

La tercera compañía revisada es Podo, a la que Cepsa cedía sus clientes de luz y gas este pasado mes de febrero. Con esta operadora, el coste resultante de la simulación es el mismo para las dos ofertas solicitadas -una fija y otra en función del consumo-: 47 euros al mes (impuestos incluidos), con un precio de la energía de 0,119 euros/kWh.

Ninguna de estas tres opciones exige permanencia y todas venden electricidad de origen 100% renovable. En cuanto a los precios, las simulaciones no arrojan prácticamente ninguna diferencia con el contrato de PVPC.

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