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Entrevista a Salvador Navarro, presidente de la CEV

Salvador Navarro: «Los cierres perimetrales no son la solución. Hay que centrarse en la vacuna»

El presidente de la patronal autonómica CEV admite que el problema son las dosis, sí, pero reivindica que hay que empezar a poner en marcha ya todas las infraestructuras y, además, contando con el sector privado

Salvador Navarro, en la entrevista en INFORMACIÓN.

Ni cierres sectoriales ni perimetrales. A juicio del presidente de la patronal autonómica CEV y vicepresidente de la CEOE, Salvador Navarro, la clave tras un año de pandemia pasa por la vacunación. Admite que el problema son las dosis, sí, pero reivindica que hay que empezar a poner en marcha ya todas las infraestructuras y, además, contando con el sector privado. Para ello, es fundamental que nuestra clase política se deje de demagogias... Y de mociones y de elecciones. No toca. Lo dice un convencido de que la política tiene consecuencias económicas y que, por tanto, mejor decir lo que se piensa.

«Los cierres perimetrales no son la solución. Hay que centrarse en la vacuna»

Tras un año de pandemia, ¿en qué punto nos encontramos?

La clave es que ya tenemos la vacuna. Cuando empezó la pandemia, se hablaba de dos o tres años. Es verdad que en el plano económico seguimos en la misma línea. Mientras la movilidad no se normalice, no podemos recuperar la economía. Por eso, hemos firmado un protocolo con la Generalitat, que es el Plan Sumamos, con la CEOE. Tenemos que centrarnos en la vacunación, y el objetivo es crear una especie de mancha de aceite en positivo, para que la movilidad se normalice, y, una vez que se consiga, iremos recuperando paulatinamente la economía.

Sin embargo, las dosis no acaban de llegar. ¿Se puede ser optimista en un contexto como éste?

Tarde o temprano, va a haber vacunas, sea en abril o en mayo. Por eso, la apuesta de la confederación es decirle a la Administración que siga con su proceso, que nos adherimos al protocolo que marca, porque es la Conselleria de Sanidad la que lo debe marcar, pero en esta Comunidad tenemos un sector privado potente, que incluye a los hospitales, las mutuas y las empresas. Tenemos que dejarnos de corporativismos y demagogias sobre lo público y privado, porque lo que queremos es, con los protocolos que marque Sanidad, hacer una expansión lo más alta posible de la vacuna, no sé si del 70%, el 60% ó el 40%, pero la cifra que tenga que ser. No nos podemos permitir que la campaña turística del próximo verano se pierda. Me preocupa la demagogia que existe hoy por hoy en la política entre lo público y lo privado. No se nos ve como una herramienta de apoyo por parte de la Administración.

«Los cierres perimetrales no son la solución. Hay que centrarse en la vacuna»

Desde el principio ha existido una dicotomía entre salud y economía. ¿Por qué no hemos sido capaces de encontrar el equilibrio?

Efectivamente, no hemos encontrado el equilibrio. Tenemos a 700.000 personas en ERTE que, lamentablemente, se van a convertir en ERE si esto se alarga en el tiempo. No obstante, por mucho que las normas se nos impongan, hay un componente claro de responsabilidad individual. Hay actuaciones que no deberían darse, viendo lo que ha ocurrido. Por ejemplo, hay casos recientes, como el de la primera nevada en Alicante, con todos a ver la nieve el fin de semana. Son situaciones puntuales que preocupan y que debemos evitar. Lamentablemente, ocurre y ocurrirá porque somos una sociedad que está muy cómoda en el derecho, en la libertad, y en el que soy yo y lo que quiero hacer lo hago. No tenemos una visión de conjunto y de comunidad.

Se tiende mucho a apelar a la responsabilidad individual, pero, ¿qué parte de responsabilidad tienen también las administraciones?

En la cuestión sanitaria había total desconocimiento, aunque no soy experto y no puedo opinar de esa situación, pero sí de la falta absoluta de sensibilidad de las distintas administraciones al inicio, en cuanto a que, si por imperativo legal usted me cierra, me tiene que cubrir los gastos que tengo. La poca sensibilidad especialmente se ha trasladado desde las entidades locales con la restauración, con los hoteles, cobrando terrazas o IBI al principio. En este país, lamentablemente, sigue habiendo mucha demagogia en la política hacia la parte empresarial. No me atrevo a decir que no está bien vista, pero parece que somos otra parte de la sociedad, cuando ha habido una alta responsabilidad por parte de las empresas y de los trabajadores. Donde sí ha habido una total sintonía con la Administración y la parte sindical ha sido en esta Comunidad. Al inicio de la pandemia fuimos los primeros en dar ayudas a autónomos, aunque, lamentablemente, no eran suficientes.

Sin embargo, al principio, las críticas de empresariado se focalizaban en el Gobierno central y ahora también se dirigen al Consell. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

Tenemos un Consell que ya tenía problemas financieros y, a pesar de las ayudas temporales que está dando el Gobierno a todas las comunidades, no acaba de solucionarse el problema de la financiación autonómica, que es lo recriminable en ese sentido, que no se actúe, que no se tenga sensibilidad. Igual que Montoro incumplió con la Comunidad, Montero está incumpliendo. Ahora, por responsabilidad, no es momento de hacer un acto de presión hacia el Gobierno, pero no deben olvidarse de nosotros. Luego, las críticas al Consell, y esto también vale para la política nacional, van en el sentido de que se dejen de historietas entre ellos, porque los empresarios lo que queremos es abrir las puertas, los trabajadores quieren trabajar, y la sociedad quiere que los problemas se solventen. Los problemas sanitarios son más complicados de solventar, pero se tienen que dejar sus cuestiones personales. Lo que no quiere la sociedad es que haya divergencias internas y, si las hay, se solucionan en el seno interno. Por eso, necesitamos una sociedad civil fuerte e independiente, y los empresarios, como parte de la sociedad civil, tenemos que decir lo que pensamos, sin ninguna dependencia. Es importante, y hablo de la CEV, que tengamos nuestra independencia económica.

Calzado, hoteles, turismo residencial, comercio, metal… No hay sector que no se haya quejado porque las ayudas llegan tarde y mal o directamente no llegan. ¿Qué falla?

Venimos de una etapa, como país, con un exceso de endeudamiento, no hay suficiente dinero, y el dinero que nos llega de Europa viene con una serie de requisitos. ¿Dónde tiene que ir el dinero? A los sectores más desfavorecidos, que son los que han cerrado. Cuando se hablaba de sectores, creo recordar que se hablaba de 2.500 euros por empresa. No, no puede ser, porque no todos han cerrado, no todos tienen la misma capacidad y, para mí, los grandes perjudicados han sido los hoteles, que han estado cerrados desde el primer día y no han tenido las ayudas.

Ya, pero hay sectores que no han cerrado y están teniendo pérdidas importantes...

Sí, pero, por eso, el plan de 11.000 millones, que se presentó y luego tardaron 15 días en desarrollar, está ahí, y estoy seguro de que van a venir más. Este primer plan se ha centrado en los sectores que han estado cerrados, pero va a venir un segundo plan, aunque aquí el problema son los tiempos. Celebro este plan, pero, lamentablemente, va a llegar tarde para muchas empresas y para muchos empleos. En cualquier caso, desde CEOE, ya hemos trasladado la problemática de haber dejado a algunos sectores fuera, como el calzado o incluso el transporte, pero también se está trabajando para que las comunidades puedan abrir la vía de entrada a distintos CNAE.

¿Ha faltado apoyo al turismo?

Claramente ha faltado apoyo al turismo. De hecho, el turismo no es el 15% del PIB, es mucho más, y acaba afectando a la industria, porque hay menos consumo. Ha habido una clara falta de sensibilidad. Cuando se confina el país, se cierran todos los aeropuertos, y, cuando se abren, se pone en marcha el de Madrid, Barcelona, Canarias, Málaga, Baleares, y se queda el de Alicante-Elche fuera. Es una falta de interés y voluntad política, aunque desde la CEV actuamos rápido. Eso fue viernes y el lunes se tomó la decisión de abrir. Ése es el reflejo de que, cuando se toman las decisiones desde el Gobierno central, no se tiene en cuenta nuestra realidad.

¿Nos falta capacidad de influencia en esta Comunidad?

Nos falta capacidad de influencia política y empresarial, y eso es algo que debemos trabajar. Nuestra capacidad emprendedora y creativa en ocasiones nos hace ser individualistas. Nos falta trabajar más en asociación y, desde luego, vertebrar el territorio para poder ir en común, que poco a poco se está haciendo. Los problemas de Alicante o de Benicàssim son los problemas de la Comunidad. Nos falta un plan estratégico de Comunidad y eso no lo pueden trabajar los políticos, lo debemos trabajar toda la sociedad

¿Se ha criminalizado a la hostelería con algunas decisiones adoptadas?

Criminalizar no sé, pero sí se ha lanzado el mensaje de que, en el momento en el que está abierta, es cuando hay más contagios. Lo importante es tener en cuenta que, cuando te quitas la mascarilla, sabes que tienes una responsabilidad, y es verdad que hay diversos sitios en los que nos acomodamos. Al final, es una cuestión de responsabilidad individual, y se han lanzado mensajes cuyo efecto mediático es que se criminalizaba al sector.

Sin embargo, los centros comerciales no han corrido la misma suerte. ¿Por qué?

Hemos tenido reuniones con Sanidad, precisamente, para trabajar cuestiones de la desescalada, y la información de los epidemiólogos es clara. El sector del comercio ha tenido una reducción de aforo, que tampoco están de acuerdo, porque es complicado mantener un comercio en el que pueden entrar tres clientes. En el comercio estás en contacto con alguien, pero no te quitas la mascarilla, pero en la hostelería y el ocio nocturno sí. De ahí la importancia de la responsabilidad individual.

¿Cómo se le explica a una persona de otra comunidad con una segunda residencia aquí o con familia en esta provincia que no puede viajar en Semana Santa pero que un alemán sí?

Yo no tengo capacidad para explicar si un alemán con PCR puede entrar en España por qué una persona de Madrid con PCR no puede venir a Alicante. No lo entiendo, igual que no entiendo las disfunciones que se crean entre las comunidades autónomas, cuando hay 16 que están de acuerdo en decretar un cierre perimetral y una que no. O cerramos todos o abrimos todos.

¿Mantendría los cierres perimetrales en Semana Santa?

Los cierres perimetrales no han dado la solución. Por cuestiones de trabajo, voy a Madrid prácticamente todas las semanas, he estado en Barcelona y en Navarra, y no he tenido ningún control por la carretera. No sé si se controla cada determinado tiempo un punto kilométrico, o si se controlan las estaciones y los aeropuertos, pero los cierres perimetrales no han dado resultados. Nos debemos centrar en la vacunación. Ni los cierres perimetrales ni los cierres sectoriales harán que esto mejore.

Mientras usted se ha alineado con Ximo Puig y ha equiparado el «nacionalismo» de Ayuso con el independentismo, el presidente de CEV Alicante, Hosbec y Facpyme se han puesto del lado de Carlos Mazón a la hora de reivindicar una financiación justa, con lo que eso suponía de crítica ímplicita al jefe del Consell…

Cuando digo que me preocupa el nacionalismo de Madrid que se refleja con Ayuso igual que el independentismo de Cataluña es porque hay alguien que está equivocado. No puede ser que haya 16 comunidades que estén a favor del cierre perimetral, que da el resultado que da, pero lo piden, y que una vaya a la contra. ¿Voy en contra de Madrid? No. Cuando el Consell plantea el dumping fiscal en Madrid, lo hemos tenido claro: de dumping fiscal nada, es necesaria una armonización fiscal, pero a la baja. En cuanto a la financiación, nuestro posicionamiento siempre ha sido claro. Estuvimos en la manifestación que organizamos con los sindicatos por la financiación autonómica. Cualquier movimiento lógico que se haga de posicionamiento a favor de los intereses de la Comunidad lo vamos a apoyar, y es momento de que el Gobierno central aporte una solución, porque hay un compromiso.

¿Le está faltando contundencia a Puig a la hora de pedir la reforma del sistema de financiación?

Le falta contundencia y le faltan apoyos, porque sus socios de gobierno deberían estar apoyándole y no ir a la contra, como sucede.

¿Está preparada la Administración española para gestionar los fondos europeos que deben llegar?

No, no. Las entidades locales también están pidiendo fondos europeos, y hemos estado en contacto con alcaldes y son los primeros que nos dicen que, si mañana les llegan 1.000 millones de fondos europeos, no tienen capacidad administrativa ni legislativa. Al inicio, cuando planteamos que los trabajadores en ERTE tuvieran un suplemento por parte del Consell, el equipo de Economía se puso a trabajar, pero no eran suficientes, y planteamos que funcionarios de Educación o Justicia apoyaran. No hay movilidad en la Administración. Me sorprende que una Administración que pretende ser ágil, eficiente y moderna no tenga capacidad para dar movilidad a sus trabajadores en cuestiones puntuales. Eso es aplicable a los fondos europeos. Luego, aparte de que Europa es farragosa en cuestiones burocráticas, en España todos los años hay 700.000 ó 800.000 páginas en el BOE o boletines de las comunidades autónomas. Tenemos un problema de legislación porque, además, podemos legislar, pero luego hay leyes que no se pueden cumplir, y eso hay que cambiarlo. Hay que cambiar la Administración y el modelo de gestión del Gobierno central y el de las comunidades autónomas.

¿Les preocupa que acabe saliendo la derogación de la reforma laboral?

Europa está diciendo que no es el momento de mirar atrás. Es el momento de centrarnos en el futuro. La reforma laboral, entre otras cosas, contemplaba los ERTE y hoy estamos con los ERTE por esa reforma laboral. Ahora tenemos otros problemas, como ver qué vamos a hacer cuando el 31 de mayo se acaben los ERTE, tenemos un problema de paro juvenil, y tenemos un problema de paro entre los mayores de 50 años. Debemos centrarnos ahí, en la reforma del sistema de pensiones, y en gestionar los modelos de contratos, que para nosotros pasa por un contrato estable, un contrato de formación y un contrato temporal. No tiene que haber más contratos.

Mociones frustradas en Murcia y en Castilla y León, elecciones anticipadas en Madrid, y todo con la amenaza de que Sánchez y Puig también acaben adelantando la cita con las urnas. ¿Qué le pasa a la clase política de este país?

Esto lo deberían contestar los políticos, porque la sociedad está centrada en otros problemas. Es importante que valoren si es el momento de mociones de censura y de adelanto de elecciones. Europa nos mira un poco atónitos porque, con la que está cayendo, no somos capaces de ponernos de acuerdo. No obstante, hay que reconocer que en este año de pandemia la oposición al Consell ha sido bastante leal, ha aportado ideas, y también el president se ha reunido con los distintos líderes de la oposición. El problema de la pandemia lo tenemos que solucionar todos, no sólo una fuerza política. Unas elecciones en Madrid, que gobierne X en España o X+Y en la Comunidad no me va a solventar mis problemas de paro ni de cierre empresarial. A los políticos no les gusta que hablemos de política, pero tienen que asumir que sus decisiones tienen consecuencias económicas. Nosotros tenemos que decir lo que pensamos. Unas veces acertaremos, otras nos equivocaremos, pero, desde el punto de vista institucional, tenemos lealtad a la Generalitat, y la ha gobernado un tripartito, y la ha gobernado el PP. Hemos apoyado en las cuestiones que teníamos que apoyar y hemos sido críticos cuando tocaba.

¿Qué hemos aprendido de la crisis de este último año?

Hemos aprendido qué es la capacidad humana de resistir. Estamos cansados psicológicamente, pero las empresarias y empresarios de esta Comunidad han demostrado una alta responsabilidad para con la sociedad en general, con casos como el de los hoteles, que se brindaron a acoger a sanitarios y pacientes al inicio de la pandemia; o como el del textil, que teniendo a su personal en ERTE, decidió ser valiente y reconvertir toda su industria para dar respuesta a las necesidades que teníamos en esos momentos y fabricar mascarillas.

Muchos madrileños tienen segundas residencias aquí o directamente vienen a pasar las vacaciones. ¿Podemos acabar cayendo en la madrileñofobia o directamente que los madrileños acaben generando rechazo hacia la Comunidad?

No, no. La vida no es blanca ni negra, hay tonalidades. Sólo estamos ejerciendo nuestro derecho a opinar, y, si hay 16 comunidades autónomas que toman una decisión, no entendemos por qué una no. Igual que si hay una comunidad que tiene capacidad para impulsar rebajas fiscales, no entendemos por qué esta Comunidad no puede hacerlo también.

La primera vez la integración de Uepal fracasó. ¿Qué puede ocurrir ahora?

Cuando uno toma una decisión, toda acción lleva una reacción. Ahora, yo no hablaría de fracaso, sino de ajustes, y hoy Uepal está con nosotros, reconoce el papel de la confederación a nivel de interlocución en la Comunidad Valenciana, y reconoce que aquí hay una confederación que es CEV Alicante, con su presidente, Perfecto Palacio. Sí que es verdad que habría que dar un paso, que creo que sería definitivo, que es el traslado de Uepal a la sede de CEV Alicante. La gente está cómoda, aunque cada uno tenga su opinión, como en todos los sectores, y Juan José Sellés está en la junta directiva de Cepyme. Alicante tiene mucho potencial y tiene que estar en València. Por eso me gusta que Carlos Mazón esté en València. València tiene que venir a Alicante y Alicante tiene que ir a València, y eso vale para Castellón. Por eso es necesaria la vertebración empresarial, porque eso ayudará en el plano política.

Después de toda gran crisis llegan cambios a todos los niveles. ¿Cómo va a cambiar la crisis del covid a las organizaciones empresariales?

Las asociaciones sectoriales han estado muy activas y muy pendientes de las necesidades de sus clientes, porque no son asociados, son clientes si lo vemos de una forma proactiva, y eso hace que sus necesidades lleguen a la CEV. De hecho, la CEV ha crecido en asociaciones sectoriales y en empresas, pero, eso sí, tenemos que estar centrados en las necesidades de nuestro cliente, que es la empresa. Esto, además, sin perder de vista la independencia económica.

En cualquier caso, el próximo año tocarían elecciones tanto en CEV Comunitat Valenciana como en CEV Alicante...

El tiempo nos ha demostrado que en un año pueden pasar muchas cosas. Sí es verdad que a esta junta le quedan dos cuestiones pendientes, que es el posicionamiento en Madrid y la oficina en Bruselas, aunque ya tenemos a una persona trabajando allí.

¿Se ve repitiendo y ve repitiendo también a Perfecto Palacio?

Perfecto tiene capacidad para liderar este cargo y más, y le estoy muy agradecido por haber asumido la presidencia de CEV Alicante, porque desde el primer momento está convencido de las potencialidades de la provincia de Alicante y también de la Comunidad Valenciana. A partir de ahí, por supuesto, la decisión es suya.

¿Y usted?

Hay días en los que pienso en mis nietos, y hay días en los que pienso que hace falta acabar de asentar el proyecto, sobre todo en Madrid y en Europa, y con un ojo mirando también en la CEOE, porque estoy en el equipo de Antonio Garamendi y tenemos una magnífica posición.

Economía ha planteado que las ferias se conviertan en una corporación de derecho público, siguiendo el modelo de las cámaras de comercio. ¿Apoya esta salida?

El modelo pinta bien, pero los socios del Consell se deben apañar, que nos dejen de historias entre unos y otros, que se centren en solucionar los problemas de las ferias, tanto de Alicante como de València. A mí el modelo me suena bien, falta ver qué opina la Abogacía de la Generalitat y ver la responsabilidad que podemos tener los miembros del comité en el caso de Feria València si no hay una solución pronto.

Durante esta crisis son muchas las voces que han aprovechado para reclamar un cambio del modelo productivo. ¿Lo suscribe?

Cuando los políticos hablan de cambio de modelo productivo, siempre les corrijo. ¿Por qué tenemos que cambiar el modelo productivo? ¿Qué tenemos que cambiar? ¿Y cuentan con los empresarios? Tenemos que mejorar el modelo productivo, tenemos que mejorar la capacidad de innovación, pero no tenemos que desterrar el modelo turístico, como algunos políticos de esta Comunidad han hecho. Tenemos un compromiso con la sociedad, y es mejorar la capacidad de innovación en todos los sectores. Aquí hay sectores punteros que están funcionando muy bien, pero cambiar el modelo productivo no lo veo. Otra cosa es mejorar el modelo productivo, y aumentar la innovación en el turismo, en la hostelería, en todos los sectores, porque eso mejorará la retribución empresarial, la retribución salarial, y, con eso, las exportaciones.

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