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De las musas al teatro: fondos sostenibles

La inversión media de sus 66.000 partícipes es de 26.000 euros

Sede del BBVA en Madrid. A la derecha, Luis Vadillo, director de su gestora de inversión | Activos P. Allendesalazar

El BBVA es desde 2020 neutro en emisiones directas de carbono (emite la misma cantidad de CO2 a la atmósfera de la que elimina mediante medidas internas de reducción y compensa con la compra de créditos de carbono vinculados a proyectos verdes y la inversión directa en ese tipo de proyectos). Esta semana, además, ha anunciado su compromiso de ser neutro en emisiones indirectas (incluyendo las que realizan los clientes a los que financia) en 2050.

Esta apuesta medioambiental de los bancos, sin embargo, queda a veces muy lejos del radar de los clientes. Por ello, la entidad ofrece desde el año pasado una alternativa sostenible en todos sus productos para empresas y particulares.

Prueba de ello son los cuatro fondos sostenibles que comercializa su gestora de activos: Futuro Sostenible (renta mixta, que cede un millón de euros de sus comisiones al año a 23 oenegés), Desarrollo Sostenible (renta variable), Bonos Sostenibles (renta fija) y Plan Sostenible Moderado (pensiones).

Los cuatro han pasado de contar con 100 millones de euros de sus clientes en 2018 a más de 2.000 millones (de los 38.982 millones que manjea la gestora), con unos 66.000 partícipes (del total de 1,33 millones) y un patrimonio medio invertido de aproximadamente 26.000 euros por persona. La entidad no ofrece datos, pero asegura que acumulan rentabilidad positiva, mientras que las comisiones de gestión van del 0,7% al 1,55%. «El aterrizaje de todo esto de la sostenibilidad es poder concretarla en algún sitio donde nuestros clientes puedan invertir su dinero», indica Luis Vadillo, director de la gestora de activos de BBVA en Europa. El crecimiento de los cuatro vehículos, apunta, «ha sido espectacular porque hay una sensibilidad de los ciudadanos hacia esta inversión; están entre nuestros fondos más demandados». Los otros donde más invierten sus clientes son el Quality Mejores Ideas y el Tecnología y Telecomunicaciones, dos fondos temáticos que destinan el dinero a sectores de fuerte crecimiento, un área en la que la gestora va a lanzar dos nuevos productos: Planeta Tierra y Demografía.

Mejor control del riesgo

La inversión sostenible está ciertamente de moda, pero, ¿qué es y como se mide? Aunque se asocia popularmente con la transición ecológica, en realidad es un concepto más amplio. «Se suele resumir en tres letras, que recogen el tipo de variables que se analizan para invertir de forma sostenible, como son las ambientales, sociales y de gobernanza o de un buen gobierno: ASG», expone Alberto Gómez-Reino, responsable de inversión sostenible de la gestora de BBVA en España. «La evidencia empírica es cada vez mayor de que tener en cuenta estos aspectos no financieros no detrae rentabilidad y desde luego permite controlar mucho mejor los riesgos», añade.

Su explosión en los últimos tiempos, explica, se debe a la adhesión a acuerdos internacionales de los grandes inversores institucionales («Te expones a demostrar que haces lo que dices que haces») y al impulso de la Unión Europea («Es la única región del mundo que le ha dado un impulso regulatorio muy importante, tan amplio que la normativa llega a cuentagotas porque el plan es tan vasto que es imposible lanzarlo a la vez»).

A raíz de una norma que entró en vigor en marzo, precisamente, la gestora ha creado un semáforo para asignar un color a las empresas en que invierte según su sostenibilidad: «En rojo habrá cinco o seis de las más de 1.500 en que invertimos en Europa».

«No ser sostenible no es una opción, porque además nos lo piden los clientes. Ahora parece que todo es verde. Hasta un competidor ha puesto el logo verde. Pero para nosotros no es una moda, es una realidad porque llevamos mucho tiempo en ello», remata Vadillo.

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